Los tiempos de bonanza de las grandes empresas tecnológicas parecen estar en pausa, pero, a la vez, están poniendo a prueba la sobrevivencia de sus modelos de negocio.

Un sismo está sacudiendo los cimientos de la industria tecnológica. Entre despidos, congelación de contrataciones y estrategias de diversificación para hallar nuevas fuentes de ingresos, algunas grandes empresas de tecnología que el mercado creía que nunca dejarían de crecer viven una prueba de fuego para regresar al camino dorado.

Los gigantes sucumben frente a la incertidumbre del mercado. A principios de noviembre del año pasado, la industria tecnológica fue testigo de algo que hace un par de años habría sido casi imposible de creer. Meta, antes Facebook, realizó uno de los despidos más grandes de su historia. “Crecimos demasiado rápido. Asumimos que los tiempos de prosperidad continuarían”, dijo Mark Zuckerberg, fundador y ceo de la empresa, en un video filtrado a la CNBC. “Asumo toda la responsabilidad de esta decisión. En última instancia, es mi decisión y ha sido una de las más difíciles que he tenido que tomar en los 18 años que llevo dirigiendo la empresa”.

Esta firma, durante muchos años, pareció ser invulnerable en el mercado, pues, incluso cuando tenía problemas políticos, seguía creciendo y aumentando sus ingresos. Sólo hace falta ver lo ocurrido en junio de 2021, cuando Facebook alcanzó, por primera vez en su existencia, un valor superior al billón de dólares, uniéndose a Apple, Microsoft, Amazon y Alphabet, la empresa matriz de Google.

Pero fue entonces cuando la gravedad se hizo presente. Facebook empezó a perder popularidad entre las generaciones más jóvenes y vio cómo el número de usuarios que lo utilizaban a diario caía por primera vez. Al mismo tiempo, la empresa matriz de Facebook, Meta Networks, advertía de un lento crecimiento de los ingresos ante la competencia de rivales como TikTok y YouTube.

“Uno de los problemas concretos que tiene Meta es que, si eres joven, no usas la antigua aplicación de Facebook, y ahora probablemente estés en TikTok, su gran competidor. A la empresa le hace falta encontrar algo que atraiga a los jóvenes, y eso es lo que se espera con Meta”, afirma Radamés Camargo, director de Análisis y Relaciones con los Medios de The CIU. En los últimos años, Facebook ha reiterado, en varias ocasiones, que iba a seguir invirtiendo, en el futuro, en el desarrollo de hardware, software y contenidos de realidad aumentada y realidad virtual para el metaverso, gastando miles de millones de dólares al año en este proyecto, cuya materialización le iba a llevar entre cinco y 10 años.

Sin embargo, esta apuesta no aterriza aún y la realidad ha alcanzado a la compañía de Mark Zuckerberg.

EFECTO DOMINÓ

Durante la pandemia, cuando parecía que la economía se adentraba en una recesión y que trabajar desde casa sería la nueva normalidad, los inversionistas se apresuraron a poner sus recursos en todo lo relacionado con la tecnología. En este periodo, las acciones de empresas tecnológicas que resultaban de gran relevancia para nuestra vida cotidiana, como Zoom, Netflix o Amazon, experimentaron un enorme crecimiento, a pesar de la crisis; tendencia que, de otro modo, habrían tardado varios años en experimentar a ese grado. El intento por impregnar los mercados se aceleró y, con ello, el gasto y la contratación de estas empresas.

Pero, como dice Isaac Newton, “todo lo que sube tiene que bajar”. En 2022, se hizo notoria la presión de los inversionistas sobre el sector tecnológico en Wall Street y sus posibilidades de crecimiento. La mayoría de las firmas tecnológicas ha realizado grandes despidos, ha dejado de contratar y ha advertido que es posible que no crezcan en los próximos años.

Apenas el pasado octubre, tras intentar evadir su compromiso de comprar Twitter, Elon Musk adquirió la empresa por 4,400 millones de dólares (mdd). Justo después de hacerlo, despidió a la mitad de la plantilla, alegando que el personal de Twitter era muy numeroso y ponía demasiado énfasis en la moderación de contenidos, la seguridad de la plataforma, el desarrollo de productos y el marketing. Además, el propietario de Tesla añadió que Twitter estaba perdiendo 4 mdd cada día, por lo que estaría dispuesto a aplicar cualquier medida que ayudara a la plataforma a lograr la rentabilidad. Antes de comenzar a hacer los despidos, Musk dijo a los inversionistas, en un memorándum, que tenía un “muy mal presentimiento” sobre la economía.

“No están seguros de sus perspectivas de crecimiento, así que van a dejar de gastar tanto; y una forma de hacerlo es contratar menos gente o despedir. [Musk] necesita efectivo e, incluso si no hubiera comprado la empresa, Twitter habría realizado despidos por las mismas razones por las que otras empresas también lo hicieron”, dice Camargo.

No obstante, ni Twitter ni Facebook han sido los únicos en decir adiós a miles de sus empleados. Amazon, gigante del comercio electrónico, valorado en 900,000 mdd hasta el último año, prevé sumar hasta 20,000 despidos entre el pasado año y los próximos meses. Stripe recortó el 14% de su plantilla, Intel el 20%, la aplicación de inversión Robinhood despidió a casi una cuarta parte de sus trabajadores, Lyft se deshizo del 13% de su plantilla, Snap dejó marchar a una quinta parte de su personal, mientras que Apple y Amazon anunciaron un congelamiento en sus contrataciones.

Además de los despidos, Facebook y estas otras compañías están tratando de encontrar la manera de recortar otros gastos que parecen golpear justo en el corazón de lo que significa estar empleado en el sector tecnológico. Pertenecer a esta industria no sólo suponía disfrutar de salarios superelevados, sino también de comida gratis, transporte a la oficina y de vuelta a casa, gimnasios y salas de juegos, beneficios que también están desapareciendo.

“Esto no significa que estas empresas vayan a morir en un mes o un año. Siguen generando miles de millones de dólares en ingresos. Pero, simplemente, estas firmas que tienen más de una década en el mercado ya no están creciendo al mismo ritmo de antes”, dice Camargo.

CRECER RÁPIDO O MORIR LENTO

Pero, si estas empresas son enormes monstruos con valoraciones masivas, ¿por qué tienen que seguir creciendo? La respuesta es sencilla: las grandes compañías están obligadas a responder a sus accionistas en el mercado bursátil, y ellos están deseosos de obtener, lo más rápidamente posible, grandes rendimientos.

Mas, como lo señala un estudio realizado por McKinsey & Company, mantener el crecimiento es realmente difícil. La investigación, que analizó los ciclos de vida de unas 3,000 empresas de software y servicios en línea del mundo, descubrió que “el éxito es efímero”. Cerca del 85% de las superempresas fueron incapaces de mantener sus tasas de crecimiento y, una vez perdidas, menos de una cuarta parte fue capaz de recuperarlas. Las firmas que recuperaron su ritmo de crecimiento histórico tenían capitalizaciones bursátiles 53% inferiores a las de las que mantuvieron el inmenso crecimiento durante todo el proceso.

Por si fuera poco, la Comisión Federal de Comercio (FTC) quiere impedir que grandes tecnológicas se hagan aun más grandes. La FTC intenta bloquear la adquisición, por parte de Meta, de Unlimited, la empresa responsable del juego de realidad virtual Supernatural, así como la adquisición, por Microsoft, de Activision Blizzard, un acuerdo que sería incluso mayor que la adquisición de Twitter por parte de Musk.

Aunque las circunstancias de cada empresa son únicas, el estudio de McKinsey & Company descubrió que las estrategias de éxito de los gigantes tecnológicos incluyen la ampliación de su oferta a nuevas zonas geográficas o canales a un nuevo mercado de productos o la transformación de la oferta en una plataforma. “Las firmas de éxito dominan la transición de un acto al siguiente. Entre las dificultades, se encuentran la transición en el momento equivocado y la selección de la estrategia errada”, explica el reporte.

En estos momentos, las grandes tecnológicas están intentando diversificar su negocio para darle alivio a los inversionistas. Un ejemplo claro es Netflix, que ahora está incursionando en la industria de los videojuegos e introduciendo un plan basado en publicidad. O Twitter, explorando un modelo de suscripción. O Meta, explotando las funciones de compras y vídeos cortos, tanto en Facebook como en Instagram.

“La diversificación es, a veces, la única manera de lograr el crecimiento de una empresa, o la única manera de sobrevivir cuando las ventas y la rentabilidad del producto principal están disminuyendo. Aun así, no será fácil para ellas rentabilizar a corto plazo estos nuevos modelos que están probando. Tendrán que superar no sólo los retos de la adopción por parte de los usuarios, sino también los de los reguladores”, dice Camargo, quien es un testigo de la prueba de fuego que viven los gigantes de la tecnología.

Forbes/Andrea Villar

Conéctate con Formato7:

APUNTES | ¿Qué nos depara el 2023?