Este lunes 11, al día siguiente de la consulta de revocación de mandato, el presidente Andrés Manuel López Obrador se reunió con 29 gobernadoras y gobernadores, incluida la Jefa de Gobierno de CDMX, para determinar que en este mes se aplicarán 3 millones y medio de vacunas contra el Covid-19 a las personas rezagadas, ante el riesgo de algún rebrote de la enfermedad, y para pedirles que consideren sumarse al programa de federalización de la salud.

Obviamente, ahí estuvo el gobernador Cuitláhuac García, en cuya entidad más de 1 millón y medio de veracruzanos refrendaron su apoyo al tabasqueño para que continúe en la Presidencia de la República hasta el 30 de septiembre de 2024.

Pero la reunión más interesante de ese día no fue la que se efectuó por la mañana en el Salón Tesorería de Palacio Nacional sino a la que se convocó posteriormente en el Antiguo Palacio del Ayuntamiento.

Y es que la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, recibió no sólo a Cuitláhuac García y a otros gobernadores emanados de Morena, entre ellos a los de Baja California Sur, Guerrero, Tlaxcala, Campeche, Puebla, Sonora y Morelos, sino también a la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez; al director del IMSS, Zoé Robledo; al dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, y… ¡al mismísimo secretario de Gobernación, Adán Augusto López!, cuando en otros tiempos el titular de la Segob habría sido quien citara en sus oficinas de Bucareli a los gobernantes y miembros del gabinete presidencial. Y eso lo sabe muy bien Manuel Bartlett, actual director de la Comisión Federal de Electricidad, quien de 1982 a 1988 ocupó ese mismo despacho que al inicio de la administración del ex presidente Carlos Salinas de Gortari le entregaría al ex gobernador de Veracruz, Fernando Gutiérrez Barrios.

¿Fue una cortesía política del gobernador de Tabasco con licencia hacia Sheinbaum? Por supuesto que no. El lunes antepasado, al preguntársele en su conferencia de prensa sobre las críticas en contra de Adán Augusto por haber viajado el día anterior en un avión de la Guardia Nacional a Hermosillo, Sonora, donde fue grabado en un mitin de apoyo a la ratificación presidencial, López Obrador dijo que el secretario de Gobernación estaba visitando los estados para cumplir con su responsabilidad, no para promover la consulta, y que para que “se tranquilicen nuestros adversarios” afirmó que su paisano y amigo sólo “está ayudándome en la transformación del país”, reiterando que “no es precandidato a la Presidencia”.

Por la mañana, en conferencia de prensa, Sheinbaum respondió a sus detractores que el resultado de la consulta de revocación de mandato en CDMX demuestra que es falsa la idea de que el conservadurismo se apoderó de la capital del país; dijo que, al contrario, refrendó su carácter progresista y de apoyo al Presidente.

Destacó que de un millón 502 mil personas que participaron en el ejercicio, 90 por ciento se manifestó a favor del titular del Ejecutivo federal.

“Es una ciudad que quiere al presidente López Obrador, una ciudad obradorista”, expresó la Jefa de Gobierno al reiterar que en la consulta apoyaron la gestión presidencial un millón 325 mil capitalinos, más que el millón 27 mil votos obtenidos por el PAN en la elección de 2021, eso con todas las casillas de una elección constitucional.

 ¿La bendición?

Por cierto, el columnista Roberto Rock, de El Universal, publica hoy el siguiente comentario:

“Si estos días santos visita usted la Catedral de la Ciudad de México, mire hacia arriba y quizá descubra cómo una de sus torres exhibe fracturas importantes, que ponen en riesgo la estabilidad de todo el edificio. En busca de apoyo para que haya nuevas reparaciones en este inmueble de claro valor histórico y social, el arzobispo primado metropolitano, Carlos Aguiar Retes, pidió durante meses una cita con el presidente López Obrador, sin suerte. De hecho, no se ha reunido con él en privado desde que el prelado asumió su cargo, en diciembre de 2017. Monseñor Aguiar tocó varias puertas, alegó que los obispos de Puebla y Michoacán ya han sido recibidos en las oficinas presidenciales, pero ni así. Finalmente, una voluntad compasiva le abrió camino hasta la señora Beatriz Gutiérrez Müller, esposa del mandatario. Ella le gestionó una cita con la jefa de Gobierno capitalino, Claudia Sheinbaum, quien ha comprometido ayuda para emprender las obras de restauración necesarias.?

El Caín de Altotonga

Gracias a su oficio político, el flamante alcalde de Altotonga, Ignacio Morales Guevara, del PRI, ha logrado establecer acuerdos de colaboración, coordinación y respeto mutuo con los otros dos niveles de gobierno, el estatal y federal, ambos de extracción morenista, lo que le ha permitido iniciar su administración municipal con gran estabilidad política y financiera, a pesar de las deudas, desvíos y malversación de recursos que dejó su antecesor y que registró el Órgano de Fiscalización Superior del estado. Por eso es que algunos sectores de dicha municipalidad han reprobado el enfermizo protagonismo de su hermano, el ex alcalde y ex diputado local Carlos Morales, quien este domingo 10 de abril, día en que se realizó la consulta popular de revocación de mandato, sin consultar ni tener la autorización del edil, reunió mediante una chicharroniza a algunos agentes municipales para descalificar este ejercicio democrático inédito en el que pese a la baja participación ciudadana fue ratificado mayoritariamente el presidente Andrés Manuel López Obrador. Ojalá que Charly, también discípulo del caballeroso y prudente ex senador y actual diputado federal Pepe Yunes Zorrilla, entienda que, en política, “hay tiempos de echar cohetes y tiempos de recoger las varas”. O como solía decir el ex gobernador Miguel Alemán Velasco: “el que ya bailó, que se siente”.