Científicos de la NASA han elaborado un mensaje que podría enviarse a un cúmulo estelar de la Vía Láctea que está a 6.000 años luz de la Tierra y que se considera puede acoger a vida inteligente. Propone un encuentro que podría durar siglos.
En vísperas del 48 aniversario del Mensaje de Arecibo, un equipo de científicos, dirigido por el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en Los Ángeles, ha desarrollado un mensaje codificado en binario que propone un encuentro con otra posible civilización que podría habitar en lo más profundo de la Vía Láctea. El equipo describe su propuesta en un artículo publicado en la revista Journal of Galaxies.
El Mensaje de Arecibo, enviado en 1974 y diseñado por el astrónomo Frank Drake, uno de los pioneros del proyecto SETI para buscar vida inteligente fuera de la Tierra, se proponía dejar constancia de nuestra existencia ante cualquier civilización que pudiera habitar en la frontera de la Vía Láctea. Pero no ha sido el único intento.
Dos años antes del Mensaje de Arecibo, en 1972, la NASA lanzó la sonda espacial no tripulada Pioneer 10 con destino a Júpiter y el sistema solar, que contenía un diagrama artístico llamado la Placa de La Pioneer, diseñada por el cosmólogo Carl Sagan con la colaboración de Drake. Fue incluida asimismo en la Pioneer 11, lanzada un año después.
25.000 años luz de distancia
Fabricada de aluminio cubierto en oro, la placa contiene tallado un mensaje que anuncia a una posible civilización extraterrestre quiénes somos y dónde estamos. Incluso incluye el mensaje de una niña española, hija de dos científicos de la Complutense, que dejó constancia de la presencia en la especie humana de personas especiales.
La última señal de la Pioneer 10 fue recibida el 23 de enero de 2003, cuando estaba a doce mil millones de kilómetros de la Tierra. En la actualidad se dirige hacia la estrella Aldebarán, en la constelación de Tauro, a donde llegará dentro de 1.690.000 años.
El de Arecibo es un mensaje de radio, y no una placa en el interior de una sonda espacial. Tiene una longitud de 1679 bits y fue enviado en la dirección del cúmulo de estrellas de Vía Láctea llamado M13, situado a unos 25 000 años luz de la Tierra. En la actualidad el mensaje ha recorrido el 0,2% de la distancia programada.
El Mensaje de Arecibo contiene información sobre la situación del sistema solar, de nuestro planeta y del ser humano. En el diseño del mensaje también participó Carl Sagan. Tardará en llegar a su destino 25.000 años.
Nuevo intento
El nuevo mensaje que se ha propone enviar al encuentro de otras posibles civilizaciones se llama “Beacon in the Galaxy” (BITG) y es una versión actualizada y modernizada del Mensaje de Arecibo.
En vez de transmitir descripciones de ciertos aspectos de la Tierra y la humanidad, BITG contiene representaciones digitales de cosas como el espectro de hidrógeno, el ADN y la forma humana. El mensaje también contiene información sobre dónde está la Tierra y cuándo se envió el mensaje.
El equipo que lo ha concebido ha determinado incluso la mejor fecha y hora para enviar la misiva: entre el 30 de marzo y el 4 de octubre de cualquier año, ya que es cuando el ángulo de separación entre la Tierra y el Sol es mayor.
El mensaje (una onda de radio) se podrá enviar, según los autores, utilizando el Telescopio esférico de quinientos metros de apertura (FAST), en el suroeste de China, y a través de las 42 antenas del Allen Telescope Array (ATA) del Instituto SETI en Hat Creek, al norte de California.
Tanto el FAST, sucesor del radiotelescopio que envió el mensaje de Arecibo, como ATA, solo pueden recibir mensajes de radio, no enviarlos, pero los creadores del nuevo mensaje piensan que las próximas actualizaciones de ambos telescopios les permitirán finalmente enviarlo.
A 6.000 años luz de distancia
El destino de este mensaje es otra zona de la Vía Láctea que se ha considerado como la más probable para contener vida inteligente: un cúmulo de estrellas que está a una distancia de entre 6.000 a 20.000 años luz de nosotros, algo más cerca del objetivo perseguido por el Mensaje de Arecibo.
BITG incluye conceptos matemáticos y físicos básicos para establecer un medio universal de comunicación, seguido de información sobre la composición bioquímica de la vida en la Tierra, la posición del Sistema Solar en la Vía Láctea, así como representaciones digitalizadas del Sistema Solar y de la superficie de la Tierra.
El mensaje concluye con imágenes digitalizadas de la forma humana, junto con una invitación para que responda cualquier inteligencia receptora.
Los creadores de este mensaje destacan que el objetivo final es iniciar un diálogo, sin tener en cuenta la distancia a la que pueda ocurrir el encuentro con otra civilización, que podría durar siglos. “La humanidad tiene una historia convincente para compartir y el deseo de saber de los demás, y ahora los medios para hacerlo”, concluyen.
invdes
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