“¡Pásale, pásale! ¿Qué le damos?” Es un martes por la mañana y los locatarios de la Rotonda invitan a los transeúntes a comprar, pero la afluencia es poca. Ni la cuaresma, que por motivos religiosos invita a evitar carnes rojas, ni la quincena recién cobrada, ha ayudado a mejorar sus ventas y según revelan, siguen viviendo los estragos de la pandemia en sus bolsillos.

Vivimos al día

Silvia Hernández, locataria del mercado Adolfo Ruíz Cortínez, comenta que el aumento en todos los insumos y combustibles derivó también en un incremento en su mercancía, por lo que los posibles compradores se quejan de ésto y prefieren comprar otro tipo de alimentos

“Es que todo está muy caro, el camarón se subió, la sierra, la mojarra ha estado muy cara y la gente así ya no la quiere. Ven los precios y se desaniman a comprar, dicen, “mejor compramos otra cosa”.

Esta situación, estima la empresaria, viene arrastrándose desde hace cuatro años “de unos cuatro años para acá ha estado baja (la venta), antes teníamos buena venta, pero ahora ya no, vamos al día”.

Sólo vendemos los fines de semana

A decir de los dependientes de las pescaderías, entre semana la venta se mantiene “tranquila” y “con poco movimiento”. Tal es el caso de Gilberto, quien reconoció que esperaban una venta mucho mayor “no se ha vendido como hemos querido. Está subiendo un poco y a la vez casi no. baja entre semana, es más jalador los fines de semana”.

Esta opinión fue compartida por Lilia “ha estado tranquilo, excepto los viernes, hay un poco más de afluencia de gente. Creo que desde que empezó la pandemia ha estado así, solamente ciertos días están marcados por venta, pero el resto tranquilo”.

Respecto a las preferencias de los compradores, comenta Gilberto, los pocos que compran adquieren mojarras, cuyo precio oscila entre los 70 y 130 pesos el kilo, camarones desde 70 hasta 220 pesos el kilo dependiendo además de su calidad y tamaño, jaiba que puede encontrarse desde 90 pesos, robalo hasta en 220 pesos el kilo y sierra en 150 kilos.

Los locatarios comentan que estos precios han aumentado relativamente a otros años, sin embargo niegan que estos incrementos sean la única causa de las bajas ventas, pues “todo está caro”. Por ejemplo, Citlali Aparicio, apuntó resignada que desde el inicio de la pandemia ya no esperan repuntes considerables como ahora con la cuaresma:

“A decir verdad creo que por el hecho de que todavía está la pandemia y todo es que ya tiene uno cierta noción de cómo van a estar estos tiempos, donde se supone que deberían ser de buena venta, pero realmente no es así. Ya lo teníamos básicamente previsto”.

AVC

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