En vida fue maltratada y golpeada hasta el extremo de sacar sus cosas de la oficina del Tribunal Superior de Justicia a la basura, pero una vez que se dio a conocer su fallecimiento, por la noche del lunes 21 de febrero, el Poder Judicial se sumó a las expresiones que lamentaron el deceso de la ex magistrada Sofía Martínez Huerta.

En una esquela, el ente responsable de la impartición de justicia manejó “expresamos nuestro más sentido pésame a familiares y amigos por el sensible fallecimiento de la Dra. Sofía Martínez Huerta, Ex presidenta del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Veracruz”.

Recordemos que al iniciar diciembre de 2019, la magistrada Sofía Martínez rindió protesta como presidenta del Poder Judicial de Veracruz para el periodo 2020-2022, pero no duró en el cargo ni un año. En octubre de 2020, los magistrados decidieron echarla.

Un mes antes de rendir protesta como presidenta del Tribunal, Martínez Huerta fue nombrada magistrada por el Congreso del Estado durante la sesión del 11 de octubre de 2019.

En la votación interna para designar a quien relevaría a Edel Álvarez Peña en la presidencia del TSJ, Sofía Martínez derrotó a la magistrada Yolanda Cecilia Castañeda, una mujer de reconocida trayectoria en el Poder Judicial.

Sin embargo, trascendió que su confrontación con personajes de peso en el Gobierno del Estado, terminaron por provocar la salida de Martínez Huerta del cargo.

La mujer fue exhibida, destituida, echada de la peor manera del Tribunal.

El grupo de magistrados que le destituyó tomó el control del Tribunal e inició un proceso para revisar todas las cuentas del periodo de 10 meses en que Sofía Martínez ocupó la presidencia del Poder Judicial. Hablaron de una presunta malversación de 60 millones de pesos.

Para desprestigiarla, utilizaron el argumento de supuestos vínculos con el ex gobernador Miguel Ángel Yunes.

La depuesta presidenta del Tribunal inició un proceso de resistencia legal, pero el Juzgado de Distrito del Séptimo Circuido determinó negar el amparo solicitado.

En ese proceso, la magistrada denunció presuntas amenazas por parte del secretario de Gobierno de Veracruz, Eric Cisneros Burgos, y se quejó por persecución en su contra.

Su paso por la presidencia del Tribunal se caracterizó por ventilar el presunto megafraude que representó la construcción de las llamadas ciudades judiciales, cuyo costo terminó por provocar en el órgano de impartición de justicia un brutal déficit de recursos que pusieron en riesgo su capacidad de operación.

Para quienes conocen los entretelones de esas oficinas, ese fue el problema de fondo que provocó la abrupta salida de Martínez Huerta de la presidencia del Poder Judicial de Veracruz.

Al final, la mujer murió en Puebla un año y cuatro meses después de que la destituyeran del TSJ; y lo que llamó la atención es la esquela del Poder Judicial, cuya camarilla la echó antes de terminar el periodo para el cual fue designada.

@luisromero85