El Presidente López Obrador reconoce en la mediocridad un valor. El éxito es sólo de unos cuantos y eso lo vuelve excluyente y discriminante. El éxito es la mentalidad de los aspiracionistas que rechazan ser como los demás, que se sienten superiores; el fracaso y la mediocridad son la marca que identifica a las masas, es lo que nos hace iguales. En ello radica su valor, es el mantra del cuatroteísmo.

¿De qué depende el éxito deportivo de un país? ¿De su economía? Somos la economía 13 del mundo. ¿Del tamaño de su población? Somos el décimo país más poblado del mundo. Entonces porqué en las Olimpiadas quedamos en el lugar 84? Hemos transitado entre la mediocridad y el fracaso, donde sólo el mérito personal nos salva.

Por eso, al regreso de la delegación mexicana que participó en los Juegos Olímpicos de Tokio, no hubo celebración, sino más bien un conformismo vergonzoso. Días antes, la oficina del Presidente canceló el espacio reservado en su agenda para recibir a los campeones olímpicos. No hubo ninguno. Todo quedó en un breve y superficial comentario en la mañanera de este martes.

“Ganar o perder, es parte de la actividad física. Los que hacemos deporte sabemos que es una competencia, a veces se gana, a veces no, así es el deporte», refirió. “No es ganar siempre”, dijo el Presidente a un país que se había acostumbrado a victorias heroicas en Juegos Olímpicos. Hoy la mediocridad es nuestra mayor presea.

Sobre los resultados obtenidos, ningún reclamo, sólo expresó su reconocimiento a los deportistas de México. «No se puede culpar a los deportistas, ellos se aplicaron y vamos a recibirlos bien, se les va a entregar un reconocimiento a cada uno». Tiene razón, la responsabilidad es de un gobierno que les retiró todo el apoyo para su preparación y que incluso los mandó a las calles a conseguir recursos para poder asistir a torneos internacionales.

En octubre pasado, Morena en la Cámara de Diputados aprobó la desaparición de 109 fondos y fideicomisos públicos, entre ellos, el Fondo para el Deporte de Alto Rendimiento (Fodepar), con lo que la suerte de nuestros atletas estaba echada.

Este fondo estaba destinado a promover y fomentar el deporte de alto rendimiento con el objetivo de “brindar apoyo integral a los mejores deportistas del país por medio del otorgamiento de becas, campamentos, equipo multidisciplinario, competencias, equipo deportivo, complementos e insumos médicos y calzado deportivo”. El Fodepar ayudaba al cumplimiento de los objetivos del Programa de Cultura Física y Deporte del gobierno Federal, el cual beneficia a la población mexicana a través de estrategias de cultura física, deporte y alto rendimiento implementadas por la CONADE.

En realidad, los resultados de los atletas mexicanos tienen un gran mérito ante el abandono del gobierno federal, la corrupción y el favoritismo de Ana Gabriela Guevara y la burocracia dorada de las federaciones que aceptaron sin chistar que le retirarán el apoyo económico a los atletas, siempre y cuando no tocaran sus intereses.

Uno de los casos más emblemáticos es el de la gimnasta Alexa Moreno, cuarto lugar en la competencia de salto a caballo, tal vez la deportista más destacada de nuestra delegación, en una disciplina en la que México jamás había figurado en la élite mundial. Alexa utilizó parte del dinero que recibió del Premio Nacional del Deporte para la compra de algunos aparatos y llegar en óptimas condiciones a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

Mientras, la Secretaría de la Función Pública (SFP) del Gobierno Federal iniciaba una serie de investigaciones para esclarecer 22 observaciones, resultado de siete auditarías hechas a la Conade, además de una serie de acusaciones de sobornos y corrupción en contra de su titular, la ex medallista olímpica Ana Gabriela Guevara. Por orden del Presidente, la exculparon.

A unos días de iniciar los Juegos Olímpicos, insistía con frenesí que México obtendría al menos 10 medallas en la justa a desarrollarse en Tokio. La mayor cosecha de México en una sola edición de Juegos Olímpicos fue de 9 medallas en 1968, cifra que Ana Guevara creía poder superar la delegación que participa en Tokio 2020.

«Pasando el histórico que son nueve medallas desde México 1968, así que la presea 10 se estará escribiendo en la historia. El presidente de México fue muy optimista al momento de preguntar cuál sería el desempeño del equipo, y de referencia quería superar las cinco de Río de Janeiro, y le dije que no, porque serán muchas más”, dijo antes de partir a Tokio.

La de Japón fue la peor actuación de México en el último cuarto de siglo. Fue el mejor reconocimiento a la mediocridad de un gobierno que abandonó el deporte y a sus deportistas.

Las del estribo…

1. La actual dirigencia del sindicato de trabajadores del Congreso del estado utiliza los colores de Morena –y hasta las expresiones personales de Gómez Cazarín- para hacer campaña, tratando de convencer de que tienen son el candidato oficial. Al menos a los empleados ya les ha quedado claro cuáles son los intereses que defenderá el líder sindical, el mismo que había prometido no reelegirse.

2. Mientras la comunidad científica del mundo entero insiste en las bondades de aplicar vacunas distintas o incluso una tercera dosis, el gobernador de Veracruz no desperdicia oportunidad para exhibir su ignorancia. Ayer acusó que sugerir una segunda dosis de la vacuna Cansino –la utilizada para inmunizar a maestros- sólo tiene que ver con un tema comercial. Mientras, los hospitales de Veracruz están a reventar.