Históricamente el rezago ha sido un concepto común en la administración de justicia en todos los niveles del país, en lo laboral, en lo penal, en lo civil; ahí si está el gran elefante blanco de la burocracia, jueces omisos para favorecer a quienes les han favorecido, una operatividad comprometida por la insensibilidad de empleadas y empleados en los juzgados, una falta de administración de recursos para brindar herramientas tecnológicas y espacios físicos dignos para el desarrollo de una labor que es pilar de la estabilidad social y política en cualquier nación que presuma del estado de derecho.

El Poder Judicial de Veracruz no escapa a ello, con todo y su “cambio transformador”, basta con pararse una mañana afuera del Palacio de Justicia en Xalapa y hacer un sondeo con la gente que se forma desde muy temprano para desahogar sus diligencias en uno de los 3 poderes del Estado; bastaría también con platicar con empleadas y empleados de los juzgados, preguntarles sobre sus condiciones de trabajo, el privilegio de los de base que cumplen con el checador nadamás para poder cobrar quincenalmente, o sobre la incertidumbre de estar contratado como “de confianza” y machacar diariamente el temor de ser corrido en cualquier momento. Eso también es rezago y pinta de manera vívida la generalidad de la burocracia mexicana.

Ante la problemática algunos se han plantado en sus responsabilidades para empujar el timón y enderezar la ruta, ejemplo de ello es la implementación de herramientas de Justicia Alternativa. Justamente en el mes que corre, el día 16, se cumplen 15 años de haberse aprobado una reforma que dio entrada a los medios alternativos de solución de conflicto en el país, a lo que Veracruz debió alinearse desde aquellos años pero hoy puede presumir como logro, de lo que pocos hablan, incluso al interior del PJEV parece que no se ha valorado el trabajo de su Centro Estatal de Justicia Alternativa, el famoso CEJAV.

¿Será que para anteriores presidentes del PJEV no resultaba un botín?

El CEJAV es un organismo público descentralizado, adscrito al Poder Judicial, quizás el tamaño de su presupuesto no era atractivo para quienes han operado sospechosamente desde el PJEV anteriormente, y se mantenía por cumplir una obligación de ley. Aunque por otro lado, el manejo de los OPD en Veracruz tradicionalmente ha sido opaco, con señalamientos de corrupción y manejo irregular de recursos públicos, cuestión que no debería ser en la actualidad. La realidad es que, con poco o mucho, parece que el equipo que ahí labora está dando buenas cuentas, pero no se equivoquen, no son logros del gobierno, mucho menos del titular del ejecutivo; recordemos que se trata de uno de los tres poderes y su autonomía debe ser honrada para lo malo y para lo bueno, si a caso sería de reconocer a la Magistrada Presidenta Isabel Romero Cruz el ceder la confianza a quienes hacen posible que el CEJAV funcione y sea útil a la sociedad veracruzana.

Si hay que dar nombres

Sin ganas de poner a un lado todo el personal, quien está al frente del Centro es Fernando Valerio Gutiérrez, un veracruzano formado en un contexto familiar ya relacionado al servicio judicial, lo que seguramente le ha dado ventajas para tener una visión que hoy pone en práctica y se ha traducido en más de 5 mil casos resueltos mediante mecanismos alternativos. Además, porque nos consta, el es el primer interesado en buscar espacios para hablar de lo que el personal realiza, de promover sus servicios y que la gente los aproveche. A ello súmenle que, de manera muy particular, se nota un respaldo en lo administrativo hacia el organismo.

La capacidad del CEJAV le ha permitido desahogar carga de trabajo a los juzgados, tanto civiles como penales, y un gran ahorro de horas hombre de trabajo para el Poder Judicial, ya sus servicios son amplios y toda persona que tenga algún conflicto  vecinal, o se vea en la necesidad de presentar una demanda por pensión alimenticia, por un contrato o por un divorcio, en lugar de contratar un abogado y enfrentar un largo juicio, pueden acudir con los mediadores del Centro Estatal de Justicia Alternativa de Veracruz, donde los servicios son gratuitos y en 4 sesiones de una hora o menos, lograr un acuerdo, que tiene el mismo valor que una sentencia judicial.

Entonces ¿no vale la pena darle vuelo a lo que se hace bien o será que con los resultados en el CEJAV están pisando callos?. Estamos tan mal acostumbrados por la inercia de las malas noticias y la crítica, que el buen trabajo en el servicio público queda opacado, y detrás de la falta de capacidad para difundir temas positivos, de los trascendidos sobre plazas asignadas sin antigüedad y la autoasignación de enormes compensaciones en el PJEV declarado como parte de la 4T, y por lo tanto pintado de morenismo; las acciones responsables y de impacto directo en los justiciables no se cacarean.

Con Valerio aplica la máxima que dice “trabajo mata grilla”.