Quienes dieron seguimiento puntual a la desafortunada candidatura del ex senador priista Pepe Yunes Zorrilla en la sucesión gubernamental de 2018, han encontrado algunas similitudes con la nueva postulación a la alcaldía de Xalapa del también senador Ricardo Ahued, ex simpatizante del partido tricolor al que jamás se afilió como tampoco ahora lo ha hecho con Morena.

Y es que al igual que Ahued, el político peroteño era bien visto también por su fama de honestidad, nobleza y caballerosidad. A nadie le quedaba duda de que era un excelente candidato pero arropado por el partido más desacreditado tras el corrupto sexenio del ex presidente Enrique Peña Nieto.

Como Ahued ahora, que se resistía a contender por la alcaldía ante el repudio popular que enfrenta la administración municipal de Morena que encabeza Hipólito Rodríguez Herrero, Pepe Yunes tampoco estaba muy convencido hace tres años de que era su mejor momento de contender por la gubernatura, pues tenía muy claro que debía enfrentar por un lado el avasallante efecto del candidato presidencial de Morena, Andrés Manuel López Obrador, y, por el otro, la maquinaria del gobierno del estado que operaría a favor del primogénito del gobernador saliente Miguel Ángel Yunes Linares.

No obstante que Yunes Zorrilla estaba consciente de que sus posibilidades de triunfo eran muy remotas, sin embargo terminó aceptando la candidatura porque se lo pidió su entrañable amigo José Antonio Meade, postulado a la Presidencia de la República por la alianza PRI-PVEM. Igual que en este proceso electoral municipal habría accedido Ahued a la petición del presidente López Obrador para salvar la capital veracruzana. Y es que de no habérselo pedido directamente el Jefe del Ejecutivo federal, se cree que el senador con licencia difícilmente se hubiese arriesgado a contender en esta complicada elección sólo por la invitación que públicamente le hicieron las diputadas Dorheny García, Rosalinda Galindo y Ana Miriam Ferráez, junto con el coordinador del grupo legislativo de Morena en el Congreso local, Juan Javier Gómez Cazarín.

A diferencia de las otras cuatro elecciones en las que en los últimos 17 años ha participado –en 2004 a la alcaldía; en 2009 para diputado federal; en 2013 para diputado local, y en 2018 para el Senado de la República–, Ricardo Ahued jamás había enfrentado un escenario tan complicado como en los próximos comicios municipales, pese al desgaste del PRI en las administraciones de los ex gobernadores Miguel Alemán Velasco, Fidel Herrera Beltrán y Javier Duarte de Ochoa.

Algunos experimentados políticos priistas advierten que en este proceso electoral, en contraste con sus anteriores candidaturas por el partido tricolor, Ahued no contaría con operadores electorales confiables ni eficaces y que tampoco parece tener el control de la estructura partidista, ni la formal ni la paralela integrada por el ejército de Servidores de la Nación que coordina coordina su acérrimo enemigo Manuel Huerta Ladrón de Guevara, delegado de la Secretaría de Bienestar, quien estaría apoyando la precandidatura del ex director municipal de Gobernación, Juan Vergel Pacheco, su ex correligionario en el PRD.

En 2016, como dirigente estatal de Morena, Huerta descalificó públicamente a Ahued cuando se rumoraba que el empresario pretendía contender por la alcaldía xalapeña como candidato de la alianza PAN-PRD o por la vía independiente.

“Ahued es un corruptazo, nos da risa. Es el símbolo del pacto entre (Miguel Ángel) Yunes y (Javier) Duarte. Le votó todas las cuentas públicas a Duarte, se esconde en el baño cuando tienen que votar los magistrados o vota abstención que es vota sí. Ahued es plástico, es puro fraude”, declaró el 22 de agosto de 2016.

Al año siguiente, en 2017, Huerta impulsó como candidato a la presidencia municipal por la alianza Morena-Partido del Trabajo a Hipólito Rodríguez Herrero, un académico universitario oriundo de Xochimilco que en 2015 había contendido como candidato del PT a la diputación federal por Xalapa.

A mediados de agosto de 2018, Huerta volvió a arremeter públicamente en contra de Ahued, quien para entonces ya era senador electo.

El choque entre ambos se dio porque Ahued habría criticado a la administración municipal de Rodríguez Herrero por los problemas con el relleno sanitario y los problemas de abasto de agua potable debido a que las autoridades morenistas de Xalapa no habían firmado el convenio con sus pares poblanos.
“No sé quién lo invitó a la fiesta, pero este señor, como es su costumbre, declara que yo no me meta, pero ¿cómo me no me voy a meter si se trata de Xalapa? Mal hace Huerta que en vez de conciliar se meta a un pelito, cuando le debería dar vergüenza ver los baches que hay en la ciudad, ahí se debería poner a trabajar”, le reviró Ahued al dirigente estatal de Morena.
“(…) Si Huerta cree que le estorbo al partido que me lo diga de inmediato (…) Si él quiere ser alcahuete y para eso me tiene que deslindar de Morena, pues que me deslinde el señor”, remarcó sumamente molesto Ahued.
Y es que Huerta, quien había puntualizado que Ahued no era militante de Morena y que sólo formaba parte de la bancada de ese partido en el Senado de la República, había declarado que su distancia con la ciudad lo tiene desinformado.

Lo cuestionó por decir que Xalapa se podía quedar sin agua, lo que consideró como una falacia. “Antes de declarar tal cosa, el senador debió haberse informado bien acerca del tema”, le sugirió Huerta.

“Yo lo que le recomiendo al senador Ricardo Ahued es que antes de decir una cosa se informe bien acerca de los temas de la capital del estado y que en todo caso mejor critique lo que hace mal la administración de Miguel Ángel Yunes Linares.

“Como está desinformado, se sumó a la ola de críticas en contra del ayuntamiento de Xalapa que, como todos sabemos, fueron auspiciadas desde el Palacio de Gobierno, pero aseguro que ello ni implica que haya rispidez entre el senador y el presidente municipal de Xalapa”, afirmó Huerta.

A su vez, Ahued Bardahuil respondió que él acostumbra a decir “las cosas de frente” y que no será “alcahuete o tapadera” de nadie, sobre todo si se trata de los problemas concernientes a Xalapa, por lo que aseguró que continuaría ejerciendo la autocrítica.

¿Con estos enemigos internos podrá Ahued ganar la elección municipal de Xalapa?