Xalapa, Ver.-El trabajo se terminó para José Luis Barrera Romo en el mes de marzo, cuando su patrón le dijo que por la pandemia del coronavirus quedaba suspendida la obra pública en el estado de Oaxaca, así que regresó con su familia a esta ciudad, y su esposa María del Carmen López Hernández lo animó a vender empanadas de manjar, piña y jamón con queso; y el haber tenido ingresos y salud, son motivos suficientes para acudir agradecer a la Virgen de Guadalupe con flores, veladoras, y oraciones.

José Luis recuerda el temor que sintió cuando la obra carretera fue suspendida, porque representaba quedarse sin un salario cada quincena, para sostener a su familia, pero sabía que contaba con su esposa, María del Carmen, y que juntos encontrarían la forma de generar ingresos.

Ambos acudieron a la Basílica Menor de la Virgen de Guadalupe con su hija Juana del Carmen, y su nieta de un año edad, para darle gracias, y pedirle a la “Reina del Cielo”, que el sindicato de trabajadores de Oaxaca le otorgue la base laboral a José Luis, y con esto tendría un espacio seguro en la constructora.

Con 53 años de edad, José Luis se alegró porque el patrón de Caminos y Aeropista de Oaxaca (Cao) le llamó apenas el lunes 07 de diciembre para decirle que le había depositado dinero, con el cual debe comprar un boleto de autobús y regresarse a ese estado, porque el lunes reinician la obra pública que había sido suspendida.

Al respecto su esposa intervino “No está para saberlo, pero él lleva 10 años trabajando en esa empresa, y sabe qué pasa, que llega el primo, el amigo, el sobrino, y le dan la base sindical, y a mi esposo ya no le dieron otra vez la base, y eso está mal, porque mi esposo sabe hacer el trabajo, mi esposo se merece su base”.

José Luis respondió “Sí, pero ya me depositaron y me tengo que ir, le digo a mi esposa, ni modo, me voy a tener que ir, y estar sólo allá el 24 y el 31 de diciembre, pero es una temporada que es trabajo y hay que aprovechar. Ojala la virgen nos escuche y me den mi base de trabajo ya”.

De marzo a noviembre, María del Carmen y su hija elaboraron las empanadas de manjar y José Luis salió a las calles a venderlas, pero lo hizo protegido porque sentía el compromiso de cuidar a su esposa, su hija y nieta.

“Nosotros preparamos en la casa y yo salgo a vender con un canasto y voy gritando, me llevo mi gel, mi cubreboca, vendo empanadas de queso, buñuelo de molde, tlacoyo de chicarrón, de frijol, gorditas para preparar, todo lo hace mi esposa, y yo vendo, y con eso nos mantenemos, porque nos quedamos desempleados, y con la venta y la ayuda de la virgen de Guadalupe, pudimos salir bien, mírenos estamos sanos” explicó José Luis con estudios de secundaria.

Finalmente la madre de familia comentó que llevaban la virgen de las colonias Cincuentenario y Centenario mejor conocida como Casa Blanca en Xalapa, pero por el Covid, no acudieron el resto de los vecinos a la iglesia del Dique.

“Cada año venimos todos los de la colonia, venimos cantándole a la virgen, y le traemos flores. Esta vez no pudieron venir ellos, pero nosotros sí, y pedimos a la virgen que nos cuide a todos los que vivimos en la colonia Casa Blanca” finalizaron y subieron las escalinatas de la Basílica Menor, ubicada en el Barrio del Dique.

AVC/Verónica Huerta

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