Prefacio.

De todas las comparecencias para la glosa del segundo informe de gobierno, fue apenas en la de este lunes, de la titular de la Contraloría General del Estado (Mercedes Santoyo Domínguez) en la que escuché que se hablara con la verdad, sin maquillajes. *** La contralora confirmó lo que se ha venido publicando en estos dos años: que la escasa obra pública y las adquisiciones que hace el gobierno estatal, en su gran mayoría se adjudican de manera directa, sin concurso o licitación. *** Las cifras son escandalosas: de enero a octubre de 2020 se registraron 19 mil 591 operaciones; en 23 de ellas se realizaron licitaciones públicas nacionales; en otras cuatro, licitaciones públicas estatales; en 164 se reportaron licitaciones públicas simplificadas y en las 19 mil 400 restantes, se utilizó el mecanismo de la adjudicación directa. *** De 132 contratos de obra pública revisados por la Contraloría, en 97 se señalaron “incidencias u observaciones”. *** Otro dato que aportó la contralora fue que en lo que va de este año la oficina a su cargo ha recibido al menos 30 casos de acoso sexual en oficinas del Gobierno del Estado. *** Mencionó que hasta su llegada a la Contraloría, esas denuncias terminaban en un “llamado de atención” al servidor público denunciado, pero advirtió que eso está cambiando pues la Contraloría ahora tiene injerencia directa: “lo que podría quedarse como un simple regaño puede ser una falta grave”. *** Si recordamos el gran número (y el cuantioso monto que representaba) de observaciones que le hizo la Auditoría Superior de la Federación al gobierno de Veracruz, y escuchamos a la contralora admitir que las obras se asignan de manera directa, estamos ante un grave escenario de corrupción. *** De eso nada dice nuestro “honesto” gobernador.

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La llegada de Fidel Herrera Beltrán al gobierno de Veracruz (diciembre del 2004) fue un acontecimiento, por decir lo menos, “pintoresco”. Llamó la atención su estilo de hacer política, su frescura y espontaneidad. Rompió de inmediato con la rigidez que había caracterizado el gobierno de Miguel Alemán.

Seis años antes (1988) la toma de posesión se había realizado en el Estadio Xalapeño, con gran fastuosidad, con invitados de diversas partes del mundo y figuras internacionales de la política, los negocios y la farándula.

La de Fidel Herrera fue más bien una verbena popular. Acudió a las instalaciones del Congreso del Estado a rendir juramento y de ahí se trasladó a Palacio de Gobierno, inmueble al que le habían retirado, durante la madrugada de ese primero de diciembre, los arcos detectores que habían mandado instalar su antecesor. “El Palacio es la casa del pueblo, no debe haber restricciones para su acceso”, expresó el nativo de Nopaltepec.

Fui de los analistas más críticos a su gobierno, que pasó de esa frescura a un descarado populismo. Mentía con gran facilidad y era capaz de construir los escenarios más favorables, a pesar de las severas crisis que vivieron los veracruzanos durante su gestión.

A diferencia de muchos de mis colegas, que habían tenido contacto con Fidel Herrera en otros momentos de su carrera política, yo no lo conocía personalmente, por lo que mis análisis se sustentaron siempre en una investigación profunda y detallada de su carácter, de sus actitudes, entrevistando a muchos de los que convivían cotidianamente con él.

Dialogué con quienes pasaron por la secretaría particular del gobernador, con secretarios de despacho y hasta con personal de apoyo que lo trataba con frecuencia.

Alguna vez le pregunté a su coordinador de Comunicación Social, el periodista Alfredo Gándara: “¿por qué nadie defiende a Fidel? He hablado con casi todos los miembros de su gabinete y me cuentan de sus acciones, de sus proyectos, pero nadie –ni tú- me hace alguna observación por mi postura frente a su gobierno?”.

La respuesta fue clara: “Porque no nos lo ha ordenado. El único autorizado para salir en su defensa, es él mismo. Si él quiere hacer alguna observación, o ampliar la información sobre algo publicado, él mismo toma el teléfono y se comunica con el periodista. Si cualquiera de nosotros –incluso yo, que forma parte de mis responsabilidades- aboga por él sin antes haber sido instruido al respecto, nos hacemos merecedores de una fuerte reprimenda”.

Me vino a la mente ese comentario por el mensaje emitido este lunes por el hijo de Fidel, Javier Herrera Borunda:

“El día de hoy veo reportajes donde de manera soez e injusta calumnian a mi padre. Es claro que dichos reportajes carecen del rigor metodológico que la profesión del periodismo entraña, pues se basan en testimonios de oídas de terceros, carentes de todo valor; muy acorde con los tiempos políticos. Mi padre nunca ha tenido problemas con autoridad alguna, ni nacionales y mucho menos internacionales. El hecho real es que todas y cada una de estas infames calumnias ya habían sido hechas en el pasado. Todas fueron desmentidas por la realidad y aclaradas a plenitud en su momento. Él, hace años, dejó la vida pública para concentrarse en su salud. Agradezco los mensajes de cariño y afecto que he recibido en las últimas horas, su legado de servicio habla por él”.

En efecto, lo que se sabe formalmente, es que Fidel Herrera enfrenta serios problemas de salud y que, por lo mismo, ha dejado de lado su actividad política. Los que lo conocen, sin embargo, insisten en que Fidel Herrera fue, es y será hasta el último aliento, un político de tiempo completo.

A estas alturas está más claro que uno de los objetivos de revivir el caso aún no resuelto del homicidio de Regina Martínez (ocurrido en 2012, durante la gestión de Javier Duarte) fue rescatar también todas las versiones que en su momento circularon (y de las que nunca existió una acusación formal) sobre los supuestos nexos de Fidel Herrera con grupos de la delincuencia organizada.

“Yo soy naco, no narco”, habría respondido el propio Fidel Herrera ante alguno de esos señalamientos.

Lo que se escucha en los cafés y en las charlas con algunos de los que trabajaron con él, es que Fidel Herrera tiene bajo su control las decisiones del Partido Verde, que maneja a través, precisamente, de su hijo Javier. Se escucha también que tiene acuerdos al más alto nivel con el gobierno federal de Morena y que muchos legisladores, de las más diversas siglas, lo mantienen al tanto y actúan a partir de sus “consejos”.

Es mucho lo que se puede escribir sobre Fidel Herrera Beltrán y mucho es malo, como buena parte de sus acciones al frente del gobierno de Veracruz. Insistir en dichos sobre supuestos nexos con grupos delictivos, sin más aporte que los testimonios de algunas personas que “escucharon” o que “leyeron” sobre esos temas, es pretender hacer ruido en plena temporada pre-electoral.

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Epílogo.

Su nombre, José Clemente Zorrilla Rostro. Fue el encargado de presentar demanda de Juicio Político en contra de la magistrada Sofía Martínez Huerta. *** Estaba adscrito como juez de Primera Instancia en Ozuluama, y reclamó en su demanda que fue destituido de su cargo sin que existiera un acuerdo expreso del Consejo de la Judicatura. Lo cierto es que Zorrilla Rostro (quien consiguió el nombramiento de juez gracias a su cercanía con quien en ese entonces era Presidente del Poder Judicial, Edel Álvarez Peña) se ausentó de su puesto, sin justificación alguna, durante casi un mes. *** Bueno, pues José Clemente Zorrilla ya recibió su remuneración por parte de quienes hoy controlan los destinos del Tribunal Superior de Justicia: Fue cambiado de adscripción. Hoy, en lugar de despachar en Ozuluama, lo hace ¡en Xalapa! El premio a la deslealtad. *** Este lunes se confirmaron 6 mil 399 nuevos casos de Covid-19 y otros 357 fallecimientos. Así, el registro nacional subió a un millón 182 mil 249 personas que han tenido la enfermedad y 110 mil 074 que han perdido la vida por esta causa. ***  José Luis Alomía, director de Epidemiología, informó que hay 35 mil 223 casos sospechosos en espera del resultado de la prueba de laboratorio. *** Este lunes el gobernador Cuitláhuac García anunció que emitió un decreto por el que se establece la campaña “Mantengámonos en verde, cuida tu salud”, que se implementará desde este lunes hasta el próximo 3 de enero de 2021. *** En el decreto se anuncian nuevas medidas preventivas, por lo que “quedan suspendidas las comidas, cenas y reuniones tradicionales de fin de año que se realizan con los trabajadores de las distintas dependencias y entidades de la administración pública estatal”. *** Además, se mantienen las medidas sanitarias de los semáforos epidemiológicos municipales y la distensión de algunas medidas y la apertura gradual de las actividades correspondientes al semáforo verde “sólo se aplicarán hasta conseguir cuatro semanas consecutivas en el color verde”. *** Aclaró que “no habrá retorno a clases presenciales hasta que la Secretaría de Educación Pública lo indique y el semáforo verde haya permanecido por lo menos durante cuatro semanas continuas”, por lo que si el 21 de diciembre se regresa a semáforo amarillo, “se reinicia otra vez la contabilidad”.

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