México vive días y semanas difíciles frente a la pandemia de COVID-19. A nueves meses del primer caso registrado, en el país comenzó una “segunda ola” de contagios y muertes por la enfermedad provocada por el nuevo coronavirus. Y, sin embargo, aún se vislumbran meses complicados en la batalla sanitaria.

“Estamos ante un claro repunte de casos, similar al que ya han experimentado otros países en todo el mundo”, aseguró el doctor Isaac Chávez Díaz, médico anestesiólogo de la UNAM, a Infobae México.

Al médico no le faltan razones. Apenas hace un par de semanas, el país superó la barrera de los 100,000 muertos por COVID-19 y más de un millón de contagios confirmados acumulados. Además, en la última semana, el país rompió dos veces el récord de casos reportados cada 24 horas.

El martes 24 de noviembre, la Secretaría de Salud (SSa) reportó 10,794 nuevos contagios. Asimismo, unos días después, el viernes 27 de noviembre, se sumaron 12,081 nuevos contagios en un solo día, batiendo el máximo alcanzado a principios de semana.

Sin embargo, Chávez Díaz sabe que la situación siempre puede empeorar. “Es difícil predecir el comportamiento de la pandemia, parte de la criticas al doctor Hugo López-Gatell son por la imprecisión del pico de la pandemia”, advirtió.

Por el comportamiento en otros países que tuvieron su primera ola meses antes de México, la unión con la temporada de Influenza, cansancio de la población por seguir medidas, falta de medicamentos en los hospitales y más factores, parece que diciembre y enero serán los peores meses de la pandemia en México

Y es que para el médico anestesiólogo, las autoridades han enviado mensajes mixtos ante la situación. “Hay lugares con alto riesgo de contagio como antros, bares y restaurantes sin ventilación natural que siguen abiertos a pesar de que se pase a semáforo naranja”, indicó, en referencia a la Ciudad de México.

Del naranja al rojo en el semáforo epidemiológico

Los bares y antros, a los que el gobierno capitalino de Claudia Sheinbaum les permitió abrir en su momento solamente para funcionar como restaurantes, fueron cerrados nuevamente hace un par de semanas y permanecerán así al menos 15 días más ante el aumento importante de hospitalizaciones.

Sin embargo, los restaurantes, aunque con horarios y capacidad reducidos, siguen operando, y las críticas y presión han aumentado contra la jefa de gobierno debido a que el semáforo epidemiológico naranja (de riesgo alto) se ha mantenido aun con el aumento de casos en la capital.

“Pareciera que hay lucha contante entre economía y salud pública, cuando en realidad no debe de haber este conflicto, los intereses están alineados, si existe salud en la población se puede recuperar la economía”, manifestó Chávez Díaz.

“A ningún país le conviene tener muertes, población enferma, incapacitada, o con secuelas por la enfermedad. Pero muchos gobernantes de los tres niveles (local, estatal y federal) siguen sin dar el ejemplo del uso correcto del cubrebocas y sin limitar las actividades como conferencias de prensa o reuniones que se pueden hacer vía electrónica”, precisó.

Pero la Ciudad de México no es la única en la República. A principios de noviembre, Chihuahua, en el norte del país, se convirtió en el primer estado en volver al semáforo epidemiológico rojo (de riesgo máximo) ante el aumento de hospitalizaciones, muertes y contagios.

Este lunes, el gobierno de Zacatecas, en el centro de México, también anunció su retroceso de semáforo naranja a rojo. Chávez Díaz, por su parte, consideró que “el enfoque (para el cierre de negocios) se puede hacer en los lugares con más riesgo de contagio: bares, restaurantes sin ventilación natural, gimnasios, parroquias”, dijo.

Que sigue

Ante esta situación, Chávez Díaz urgió a la población a evitar viajes y visitas para la temporada decembrina. “Sólo convivir con las personas que viven en la misma casa, no viajar, no visitar a otras familias”, remarcó.

“Es fácil cometer errores en las medidas en especial cuando estamos con familia tenemos un instinto por acercarnos, también por el consumo de alcohol y la comida, toda reunión es de esperarse que tendrá mucho tiempo de personas sin cubrebocas, por eso es altamente recomendable no hacerlas”, añadió.

No es fácil poner una fecha, los expertos más optimistas ponen a finales del 2021 un regreso a la “antigua normalidad”, lo más cautelosos hasta el 2022

Y es que, a pesar de las noticias positivas con respecto al desarrollo de diferentes vacunas, el doctor recordó que es difícil predecir en qué momento la situación cambiará de forma definitiva. “No hay que festejar antes de tiempo. La campaña de vacunación para millones de personas será de varios meses y los servicios de salud podrían continuar en desabastos intermitentes en insumos y medicamentos”, destacó.

INFORMACIÓN/INFOBAE