A principio de mes, el Presidente López Obrador anunció que a partir del jueves 6 de agosto, al filo del mediodía, todas las dependencias del gobierno federal, guardarían un minuto de silencio en homenaje a los fallecidos por Covid19 en el país, y de manera inmediata, un minuto de aplausos para los médicos que están en el frente de batalla atendiendo la pandemia.

Tres meses antes, tras las agresiones que ha sufrido el personal de salud, el mandatario también los calificó de “héroes y heroínas”, y criticó que a diferencia de lo que ocurre en otros países, en México los médicos y enfermeras no son reconocidos de la misma forma por la sociedad, por lo que terminando la emergencia sanitaria por el coronavirus se les hará un reconocimiento en Palacio Nacional. Lo que no aclaró es que tampoco reciben el apoyo y la protección del gobierno como en esos otros países.

Dijo entonces que “tenemos que respaldar, apoyar, reconocer el trabajo de las enfermeras, de los médicos, de los camilleros, de los que conducen las ambulancias, de todos los trabajadores, del sector salud, más en este momento, ya que son los trabajadores más importantes, héroes, heroínas, y tenemos que reconocer su trabajo”. Por desgracia, resultó una expresión más de la hipocresía y el engaño presidencial.

La semana pasada, luego de rebasar el pronóstico “más catastrófico” de la pandemia con más de 60 mil muertos y medio millón de contagios, el Subsecretario López-Gatell confirmó lo que se publicó en este mismo espacio el 8 de abril pasado: los miles de médicos, enfermeras y personal que fueron reclutados para atender el Covid19 cumplirán su contrato y no recibirán la basificación prometida. Ni siquiera se sabe cuántos podrán renovarlo en el mes de septiembre.

Se tiene previsto que el proceso de basificación del personal médico que trabajaba por contrato antes de la pandemia se retome hasta el próximo año, aunque no se tiene una fecha ni una cantidad de plazas específicas; todo dependerá de la evolución de esta emergencia sanitaria.

Durante los últimos seis meses se ha contratado a 46 mil 029 trabajadores de la salud. De ellos, 3 mil 936 son especialistas; 7 mil 819 médicos generales; mil 435 enfermeras especialistas; 19 mil 350 enfermeras generales; y 13 mil 489 son de otras áreas de la salud. No obstante, se calcula que México tiene un déficit de al menos 200 mil médicos, lo que hace que vivamos una terrible paradoja: el país está urgido de médicos y una buena parte de ellos está desempleado.

Al menos por parte del IMSS, se confirmó que la contratación para atender el coronavirus será sólo por un periodo de seis meses; el personal contaría con salarios competitivos, seguridad social, capacitación, además de un incentivo adicional para los médicos generales que presentarán examen de residencias médicas en septiembre, puesto que se les dará mayor puntaje en esta prueba. Pero como dijimos, sólo 2 de cada diez “héroes y heroínas” aspirantes conseguirán una plaza.

De hecho, una de las promesas que hizo el Presidente López Obrador al inicio de su gestión es que habría una basificación en todo el gremio de la salud. Después de hacer un análisis se detectó que existen 80 mil personas que trabajan por honorarios o son eventuales; a todos ellos se les dijo que serían contratados de manera definitiva para recibir los mismos beneficios que un empleado formal.

Pero llegó la pandemia y se convirtieron en héroes y heroínas sin derechos laborales. Debido a la enorme cantidad de personas, el proceso sería paulatino y duraría todo el sexenio, pero el gobierno ha dicho que debido a la emergencia sanitaria no podrá cumplir con el compromiso de basificar al menos 17 mil trabajadores de la salud durante el presente año. Por supuesto también están excluidos quienes fueron contratados de manera eventual y cuyo periodo está por concluir.

Muchos de quienes hoy López Obrador llama “héroes y heroínas”, esos profesionales que todos los días reciben un aplauso por mandato presidencial, son los mismos médicos residentes que hace año y medio salieron a las calles a demandar el pago de sus salarios que el gobierno les había retenido. Además, con la desaparición del Seguro Popular, se calcula que unos 6 mil quinientos médicos, enfermeras y personal administrativo en todo el país fueron echados a la calle, y aunque el Presidente aseguró que serían recontratados no sucedió así.

Al inicio de su gobierno, el Presidente López Obrador ofreció que al término de su sexenio habría atención y medicamentos gratuitos para todos los mexicanos, con un sistema de salud pública muy similar al que opera en los países nórdicos. A cambio de eso, impuso un nuevo Instituto Nacional de Salud para el Bienestar (Insabi) que opera sobre las ruinas del Seguro Popular.

Los médicos del país no son una clientela electoral del gobierno; nunca lo han sido. Hoy casi 300 profesionales de la salud han perdido la vida enfrentando la pandemia. Lo que requieren es seguridad laboral y protección sanitaria. Los aplausos sólo alimentan el ego del Presidente.

Las del estribo…

1. La estrategia de la prevención de la pandemia es tan absurda y contradictoria, que mientras el gobierno federal nos coloca en semáforo amarillo –con lo que se reanuda una buena parte de la actividad económica y el riesgo es moderado-, el gobierno estatal decidió una vez más cerrar los centros de las ciudades más importantes. ¿A quién le hacemos caso: a Gatell, a Cuitláhuac o a las decenas de esquelas y condolencias que leemos a diario en las redes sociales?

2. Durante su asamblea plenaria previo al inicio del periodo de sesiones, los legisladores de Morena discutían sobre la convocatoria de enjuiciar a ex presidentes y a cuál de ellos. Es decir, la justicia será selectiva a juicio y el humor de López Obrador. Lástima que la Corte les vaya a tirar el teatrito porque el Estado está obligado a impartir y procurar justicia, no a realizar ensayos pre electorales a modo.