Aprovechando los tiempos oficiales asignados para la difusión de su segundo informe de gobierno, el Presidente desempolvó su campaña electoral de 2018 y ha iniciado el proselitismo morenista de cara a la elección federal intermedia del próximo año. López Obrador, el candidato, está de regreso.

El martes 1 de septiembre, el mandatario enviará al Congreso su segundo informe de labores al frente del Poder Ejecutivo; ese mismo día ofrecerá un mensaje desde Palacio Nacional. De su contenido nada se sabe, toda vez que la imagen institucional ha dado un vuelco al pasado y ha revivido las frases emblemáticas que marcaron el camino de López Obrador a la Presidencia.

Es posible que los estrategas de la imagen presidencial hayan apostado por la añoranza, las frases que permanecen en el imaginario colectivo, aun a riesgo de confirmar que las promesas del presidente no se han cumplido. En opinión del propio López Obrador, el segundo año de su gobierno podría resumirse en tres logros principales: el combate a la corrupción, elevar a rango constitucional la política de bienestar y el manejo de la crisis por la pandemia.

Como en cualquier administración anterior, la Presidencia de López Obrador ha sido de claros oscuros, particularmente en los tres temas que ha enfocado su gobierno. A pesar de que asegura haber ahorrado miles de millones de pesos en el combate a la corrupción, los indicadores reales muestran lo contrario.

Primero. La Encuesta Nacional de Calidad de Impacto Gubernamental del INEGI reveló que las víctimas de actos de corrupción en la prestación de servicios básicos creció 7.5% entre 2017 y 2019. El costo total en 2019 a consecuencia de la corrupción en la realización de trámites o solicitudes de servicios públicos y otros contactos con la autoridad fue de $12,770 millones, equivalente a $3,822 por persona afectada; el mayor costo provino de trámites educativos.

Segundo. En efecto, se elevó a rango constitucional los programas sociales del gobierno, sin embargo, la pobreza ha crecido a causa de la cancelación de otros programas como Prospera y el Seguro Popular. Si bien López Obrador ha logrado un crecimiento en el ingreso laboral y poder adquisitivo, esto no se ha relejado en bienestar debido a que se han perdido muchísimos más empleos de los que se han creado. La pandemia y la falta de una estrategia social, podría llevar a la extrema pobreza a otros diez millones de mexicanos.

Y tercero. Tal vez el manejo de la crisis por la pandemia del Covid19 será lo más cuestionado. Desde el punto de vista sanitario, el gobierno hizo un pronóstico del escenario “más catastrófico” de 60 mil muertos -cifra que podría crecer al doble en los próximos meses- en medio de serias carencias en el sector salud y la falta de apoyo al personal médico. Una y otra vez se ha involucrado a México en el desarrollo de una vacuna, como una forma de atenuar la responsabilidad por el número de contagios y decesos.

En el área económica, la profundidad de la caída en el PIB dependerá de la reacción y respuesta que dé el gobierno mexicano a la crisis económica que está generando la crisis sanitaria del Covid-19. El presidente ha rechazado apoyar al sector productivo y ha dicho insistentemente que no rescatará grandes empresas porque no caerá en los esquemas del modelo neoliberal.

Luego de cinco trimestres consecutivos a la baja –de la pandemia sólo llevamos dos-, este miércoles se dio la buena noticia de que la economía mexicana registró en junio un crecimiento mensual de 8.9% en términos reales, respecto al mes de mayo de este año; sin embargo, ayer mismo, el Banco de México revisó su pronóstico económico para el 2020, al pasar de una caída extrema de 8.3% a un desplome de 12.8%. ¿Hablará de esto el Presidente en su informe?

Es por eso que López Obrador dejará a un lado temas tan sensibles como la inseguridad -2019 fue el año más violento de la historia y durante 2020 los indicadores han seguido al alza pese a la pandemia-, y el empleo –las 350 mil fuentes de trabajo creadas el año pasado se esfumaron en sólo semanas, dejando a un millón de personas desempleadas-, y volverá a las viejas baladas que le dieron tanto éxito.

En sus spots con motivo de su segundo informe de gobierno, el presidente recicla sus frases más emblemáticas de la campaña electoral y se apoya en referencias religiosas como el Papa Francisco, lo que exhibe el regreso del eterno candidato a la campaña del 2021. Atrás quedaron los mensajes que hacían un recuento de obras y acciones de los gobiernos, para intentar repetir el fenómeno electoral de hace dos años.

En su primer spot que se difundió el lunes por la noche, López Obrador utiliza la misma  frase emblemática que usó como lema en sus tres campañas presidenciales: “Por el bien de todos, primero los pobres”. El resto de los spots también usan descaradamente el lema y nombre de la coalición que lo llevó a la Presidencia, con lo que de facto el Presidente ha dado el banderazo de salida a la contienda electoral.

Con muy poco que informar y presumir, esta vez los spots habrán salido en una bicoca.

Las del estribo…

  1. Lo que está pasando en materia de seguridad pública no sabemos si es para tranquilidad de los veracruzanos o para seguir en pánico. Por corrupción y vínculos con la delincuencia han desaparecido las policías municipales de Álamo, Paso del Macho y ahora de Altotonga; hay que reconocer la decisión del gobierno, pero ¿cuántas policías municipales están en la misma situación? Coatzacoalcos sería un buen ejemplo de que no son purgas políticas.
  2. La frase contra periodistas “el que se lleva se aguanta” se ha vuelto recurrente, por lo que el Secretario de Gobierno ha tenido que salir a aclarar varias veces que él respeta a los periodistas “aun cuando califican sin atino”. Y como para que vean que no es personal, ayer mismo le enviaron un citatorio fiscal a El Dictamen, el cual atraviesa la peor crisis financiera de su historia.