El Presidente López Obrador ha puesto en lo más alto de la agenda política nacional un panfleto que asegura le llegó de manera anónima a Palacio Nacional, “posiblemente por un simpatizante que trabaja con ese grupo”, -refiriéndose a un supuesto Bloque Opositor Amplio (BOA)-, y que contiene la ruta de una falsa conspiración contra su gobierno. Es el delirio del Emperador.

El documento de siete páginas conserva toda la nostalgia de los manifiestos comunistas y dista mucho de la metodología y el lenguaje utilizado por la derecha conservadora de intenta usurpar el poder por la vía más deleznable de todas: las urnas. Las carcajadas de los supuestos conspiradores se escuchaban de costa a costa.

Por la tarde se sabría que efectivamente, la gestación del documento habría sido en la mismísima Secretaría de Gobernación y cuyo autor –el titular del área de comunicación social- hizo un tímido deslinde sin aportar prueba alguna

López Obrador parece estar desesperado por conservar el poder a cualquier precio, o como cualquier mártir, morir en el intento. Encuestas a modo anunciando carro completo en 2021, préstamos en el exterior para mantener sus programas sociales  -y con ello su estructura electoral y de choque-, movilización de anarquistas oficiales –incluidos funcionarios de su gobierno- para infundir temor y desalentar la protesta, han sido parte de un elaborado guión para justificar lo que hoy se anunció.

Curioso que a las manos del Presidente sólo lleguen las cartas de la madre de Joaquín “el Chapo” Guzmán y los anónimos que buscan alertar a su gobierno de una falsa asonada. El correo de López Obrador tiene filtros muy selectivos. Pero tal vez el escribano de la Segob no se percató que derrotar al poder desde las urnas es la máxima de una democracia real, por tanto no habría delito ni traición en su propia celada.

Al Presidente y sus asesores los podrán tildar de todo, menos de no tener la temperatura de una población enferma por la pobreza, la ignorancia y el agravio. A eso le apuestan. Intentan arengar a la insurgencia social en el momento en que la pandemia se ha convertido en tragedia, en que los escándalos de corrupción brotan por todas las alcantarillas de la administración pública y el presupuesto ya no es suficiente para mantener el espectáculo.

Por supuesto, el documento no deja de ser un episodio de la tragicomedia nacional, sin embargo, tiene visos que nos deben preocupar a todos. Al señalar a sus adversarios, el Presidente ha liberado a sus huestes para que procedan al linchamiento social, económico y hasta físico. Llama la atención que entre ellos se incluya incluso a la revista Proceso, uno de los arquitectos del descrédito y el derrumbe del viejo régimen.

El gobierno pretende organizar un golpe de estado desde palacio nacional. Y ha dicho a la turba quiénes son sus objetivos: 14 gobernadores, 2 ex presidentes, los grupos parlamentarios de oposición en el Senado y en la Cámara de Diputados, Consejeros del INE, Magistrados del Tribunal Electoral, las dirigencias nacionales de los partidos PAN, PRI, PRD y MC, México Libre, el grupo de medios de comunicación a los que ha tachado de conservadores, así como periodistas e intelectuales a quienes hoy los ubica como parte de la conspiración. Están incluidos todos aquéllos que cometan la osadía de emitir una crítica al presidente.

Según “Rescatemos a México”, el propósito fundamental del BOA es desplazar a Morena de la mayoría de la Cámara de Diputados en 2021 y revocar el mandato presidencial en 2022. Nada que no supieran, nada que no hayan dicho el resto de los partidos políticos, nada que no forme parte de la lucha electoral. ¿O acaso no fue eso exactamente lo que logró López Obrador en su camino a la Presidencia?

La vez la turba ya lo olvidó, pero quien promovió e impuso la revocación de mandato –con el voto en contra de PAN, PRI, PRD y MC- fue el propio López Obrador, como una estrategia para ir a la boleta electoral en el 2021 y poder arrastrar la cuestionable fama de los candidatos de Morena. Sin embargo, hoy que la revocación sería hasta el 2021, un momento inútil y riesgoso para el Presidente, resulta que son los insurrectos los que promueven el fin anticipado del régimen.

¿Qué sigue? ¿Acaso la conspiración es el primer paso para desterrar la vía electoral? ¿Para qué hacer uso de las urnas si estas sólo sirven de instrumento a los conspiradores? ¿Por qué defender una democracia que sólo es un estorbo para la transformación social del país? ¿Es necesario un estado de excepción y cancelación de libertades para frenar a un grupúsculo de se aferran al liberalismo que los enriqueció? El mesianismo es la respuesta.

Las del estribo…

  1. ¿Saben por qué el gobierno decidió contratar médicos cubanos por millones de dólares –una manera de disfrazar el subsidio a la isla- en lugar de contratar a médicos mexicanos que estaban en el desempleo? Porque los médicos mexicanos sólo saben de medicina, no saben adiestrar e integrar comités de defensa de la transformación. El complot está en otro lado alimentándose de la pobreza y la ignorancia.
  2. Dante Delgado jugará, una vez más, un rol protagónico en la vida política del país; cuando parecía relegado y humillado tras verse obligado a apoyar la candidatura del hijo de su principal adversario, Dante hoy se ha posicionado como el opositor de mayor peso a López Obrador. Lo conoce bien porque el también construyó el camino a la Presidencia. Hoy se presenta como el actor político en torno al cual se construirá el único bloque opositor que podría derrotar a Morena.