La pandemia del covid-19 desplazó los apoyos y caridad que recibían los enfermos de cáncer, dado que Asociaciones Civiles como Atheca, laboran medio día, y Fundación Lepach, dejaron de hacerlo, y por tratarse de familias de escasos recursos, provenientes de otros municipios, necesitan un espacio para dormir, pero se enfrentan a que los albergues localizados en las inmediaciones del Centro Estatal de Cancerología (Cecan) “Dr. Miguel Dorantes Meza” están saturados.

Mientras los enfermos con cáncer se quedan en una de las 40 camas hospitalarias que tiene el Cecan, los familiares acompañantes necesitan un espacio donde dormir y asearse, así que recurren a los albergues, que aunque están saturados y sienten temor de contagiarse por covid-19, no tienen recursos para pagar otro espacio.

A los enfermos de cáncer de mama, cervicouterino, leucemia, pulmón, y colón, entre otros males junto con sus familiares, se les puede ver en las inmediaciones del Cecan, algunos con maletas, otros con bolsas donde traen su ropa, chanclas, una chamarra, y un sobre de plástico con órdenes médicas de análisis clínicos, recetas, y su cartilla donde viene escrita cuando será la próxima quimioterapia o consulta.

En medio del desamparo donde los colocó el covid-19, las familias que no tienen donde quedarse a dormir, dado que los albergues están saturados, se concentran bajo la sombra de un árbol, que está afuera del Cecan.

Ahí se miran unos a otros, y entre ellos se informan donde hay albergues, con un costo de 30 pesos o 50 pesos, donde nada más pueden dormir, e ir al baño, una vez, no más, no bañarse, porque no hay agua y la Comisión Municipal de Agua y Saneamiento (Cmas) de Xalapa, incumple con llevar pipas con el vital líquido.

Un grupo de tres mujeres Catalina y Gudelia González, y Yolada Eulogio Gutiérrez, provenientes la localidad Hueytepec, del municipio de Tecolutla, llevan 14 días en el albergue Zabulón, pero no hay agua, ni alimentos, por eso acudieron a pedir ayuda a la Asociación Civil “Caritas” de la iglesia católica, pero no les dieron.

“Hemos ido a pedir despensas a Caritas, al palacio municipal, le pedimos caridad a la gente del centro y no nos dan, ahí en el albergue Zabulón, nos podemos quedar, pero no nos bañamos, no hay agua, y comemos cuando le dan despensas” señalaron Catalina y Gudelia.

Otro familiar que estaba afuera del Cecan, Armando Guzmán García, proveniente del municipio Tezonapa, y acompañó a su hermano Alejandro que tiene cáncer de intestino, así que entre los dos pagan de pasaje un promedio de 1000 pesos.

“Mi hermano le hicieron la colostomia, y ahí trae su bolsita, y venimos a que le hagan las quimioterapias, yo lo acompaño, no puede venir solo. Nos vamos a quedar porque le tienen que hacer otra quimioterapia en tres o cuatro días, no nos conviene irnos, es mucho gasto, anoche le busqué donde quedarme” expuso.

Armando Guzmán mostró agradecimiento hacia la AC, “Ayúdame Hermano Tengo Cancer” (Ahteca) porque le apoyaron con el medicamento para su hermano Alejandro, pero ya no pudo quedarse ahí en el albergue, porque no había espacio.

Refirió que desde el viernes se llenaron los albergues, “le anduve buscando, de a 60 pesos nos cobraron en uno, pero vamos a ver si encontramos otro de 40 pesos, porque me voy a quedar varias noches, lo malo que están llenos los albergues, muy llenos, los albergues de iglesia cristiana, ya no cabe la gente”.

Por otro lado, Juan Tlaxcalteco, llegó a urgencias del Cecan este fin de semana, porque su hijo Agustín, con edad de siete años, comenzó con dolores fuertes en los brazos y piernas a causa de la leucemia que padece.

Señaló que rentó un cuarto por 50 pesos la noche, donde le dan permiso de bañarse, porque en los albergues ya no encontró lugar, además de que siente temor de contagiarse del coornavirus, y después trasmitir el virus a su hijito.

“Todo albergue está lleno, muchísima gente y con lo de la pandemia, no conviene, tengo mi hijo chiquito, me contagio, lo puedo contagiar a él, mi hijo tiene leucemia, le está pasando sangre ahorita, no puedo enfermarme yo del virus ese” expuso.

Juan Tlaxcalteco tiene otros dos hijos que se quedaron con su esposa en la comunidad, y ellos tienen buena salud, pero Agustín, el más pequeño, al que le dice de cariño “Chalán”, un pediatra de Perote le diagnosticó leucemia.

“No sé qué hacer, porque ya me dijeron que mi niño se va a quedar cinco semanas en el hospital, y nada más estoy yo con él, ora si que necesito un cuarto por este tiempo, le pienso por el dinero, porque si siembro maíz, pero es para ir comiendo, y para pagar el cuarto, es un chingo de tiempo qué voy a hacer” señaló el hombre proveniente de Ahayualulco, localizado a tres horas de Xalapa.

La Asociación Civil “Ayúdame Hermano Tengo Cáncer” (Ahteca) labora de 10:00 a 13:00 horas, de lunes a viernes, y dan el apoyo de medicamentos; en el caso del albergue “Padre Juan Martín del Campo”, sólo admiten a 10 personas, a a fin de prevenir los contagios de covid-19.

También en Ahteca suspendieron las cortesías de pasajes en Autobuses De Oriente (ADO), y sólo dan las comidas a las 10 personas que se hospedan ahí.

En los cristales de las ventanas y puertas del edificio de Ahteca aparecen letreros que dicen al pie de la letra: “Por el momento no contamos con servicio de albergue” “Se suspende servicio de oficina y albergue”, “No hay cortesias para transporte ADO”.

Por su parte la fundación “Luz y Esperanza Para Amigos con Cáncer” (Lepach) informó que suspendieron los apoyos a causa de la contingencia Covid-19, dado que sus atenciones las hacen al interior del Cecan, y no pueden ir ahora al hospital a ayudar.

Hasta el año 2019, la dirección del Cecan “Dr. Miguel Dorantes Meza” informó que por mes atienden a más de mil pacientes provenientes de diversos municipios de Veracruz, y algunos vienen de Puebla, Chiapas y Oaxaca.

Por año otorgan 10 mil quimioterapias a pacientes de todo el estado y con varios tipos de cáncer.

Expusieron que cada año otorgan 45 mil consultas a pacientes registrados y nuevos pacientes, y también por año, aparecen 800 pacientes nuevos que requieren tratamiento para enfrentar el cáncer que les fue diagnosticado.

AVC/Verónica Huerta

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