Roberto Alifano (1943), poeta y periodista argentino, amigo, discípulo y compañero de viajes de Borges, nos relata El humor de Borges:

Una noche Borges cenaba con el escultor Pablo Edelstein. Goethe les ocupaba buena parte del diálogo. Edelstein sostenía que Fausto era una obra maestra ..La conversación derivó después hacia Macedonio Fernández. Borges contó que detrás de la sonriente cortesía y del aire un poco lejano de Macedonio, latían dos temores; el del dolor físico y el de la muerte. El último lo indujo a negar el yo, para que no hubiese un yo que muriera… “Macedonio quería persuadirse, y persuadirnos de que el organismo del hombre es incapaz de un placer fuerte” –explicó Borges-. Él solía explicar esta metáfora: En un mundo en el que los placeres son de juguetería, los dolores no pueden ser de herraría.

Al parecer, Macedonio, descreía de su propia teoría, que no era más que una liturgia para postergar la visita al dentista. “Llegó a la convicción-completó Borges- de que le convenía conocer muy bien el instrumental para que nada lo tomara por sorpresa…Pero luego, quedaba aterrado y no iba al dentista, que era lo que íntimamente buscaba”…Macedonio practicaba también el tenaz oficio de aflojarse los dientes como otra forma de evitar su visita al dentista…Ese temor alcanzaba a Borges. Y aquella noche, como una suerte de confidencia, Borges reveló como un desengaño amoroso lo había conducido a él al sillón del dentista… “Me había dejado una mujer de la que yo estaba perdidamente enamorado. Cuando suceden estas cosas uno cree que son terribles, y en efecto lo son…Fue algo muy duro. Yo pasé toda la noche en vela y a la madrugada salí a caminar para pensar en ella, pensar que estaría con otro y que me había dicho definitivamente que nunca podría quererme…De pronto me encontré en el barrio de Constitución, sobre los puentes del ferrocarril. No veía el futuro y acaso podría haber llegado al suicidio…Luego pensé: me siento tan desdichado en este momento que sin duda no me sentiría más desdichado en el sillón del dentista…Yo sabía que tenía que sacarme una muela y decidí hacerlo…Empecé a caminar por una calle y en donde veía una placa en la puerta, me detenía… Como mi vista ya empezaba a declinar, le preguntaba al portero si en ese edificio había un dentista… “Recorrí varios, hasta que me dijeron: ´Aquí hay un dentista´. Me arme de valor y entré. “El dentistas me examinó y me dijo: y me dijo: ´Tengo una mala noticia para usted: tiene que sacarse tres muelas… ¿Qué fechas le convienen?”… “Yo soy muy cobarde-le respondí-. Si salgo de aquí ya no volveré más. Usted va a sacarme las tres muelas ahora mismo”…Entonces mientras me las sacaba, me di cuenta que ese dolor físico me hacía olvidar de aquella mujer”…El dentista cumplió con lo suyo…y yo me saque de la cabeza esas molestas muelas…

“A los pocos días me encontré con ella. Estaba con su amante; los dos se sintieron incomodos. Y yo le dije a ella: -Tengo que agradecerte algo.

¿A mí? -dijo ella sorprendida-, no sé qué tenés que agradecerme.

Luego les conté la anécdota y ambos se rieron.

 

Experto en mujeres

Borges cuenta, a su llegada de un viaje que hace a San Juan, que un periodista de esa provincia le pide que defina a la mujer.

¿Qué edad tiene usted señor?.., pregunta Borges.

Treinta y dos años.

Bueno, si usted no sabe a los treinta y dos años qué es la mujer, no creo que le sirva de mucho lo que yo le diga…Vaya y averigüe.

 

Sintácticas

De JVR profesor de matemáticas de Misantla:

Las señoras se enteran entre ellas de que los maridos de otras andan con alguna mujer… pero rara vez se platican de los suyos… porque alguno de ellos anda con alguna de ellas.

Las pandemias son fenómenos que se propagan por la geografía global…atemorizando y poniendo a reflexionar a los seres humanos.

Darwiniano:

Los seres humanos como especie no han evolucionado en las sociedades…más bien han involucionado.

Insistimos: Los títulos académicos…no dan inteligencia.

Las sociedades se amparan en las religiones, buscan protegerse… de lo que verdaderamente son.

En la película “Amanecer de un siglo” del director István Szabo (Budapest, Hungría, 1938):

Como siervos de criminales sedientos de poder…nos volvimos criminales.

Los pueblos les mienten a los políticos…al decirles que les creen.

 

Frédéric Chopin. Cello. Sol Gabetta, Étude, Op. 25, No.7 in C-Sharp Minor: