Gran sabor de boca dejó la participación de Steve Turre —tanto con su proyecto personal como con el de de Maraca Valle— en 2015, en la séptima edición del Festival Internacional JazzUV. La confabulación del swing jazzero y el jícamo salsero en el aliento del cuasipaisano, brotando del trombón y de sus múltiples caracoles, provocaron tal entusiasmo estético que el respetable se puso de pie para desgranar, derramar, ametrallar vítores y aplausos.

Turre es nieto de italianos por el lado paterno y de mexicanos por el materno. Creció en California, en el área de la Bahía de San Francisco, y se inició en el trombón a los diez años, pero ignora por qué eligió ese instrumento. En una entrevista, le comentó a Xavier Quirarte: «No sé, simplemente me atrajo el instrumento. Ahora me doy cuenta que el saxofón y la trompeta son mucho más fáciles de tocar. El trombón es un instrumento difícil, además de que no se le promueve tanto como a otros instrumentos»

Con ese difícil —pero noble y de bella voz— instrumento ha recorrido los caminos de los ritmos latinos y los del jazz. Lo mismo ha tocado con Tito Puente, Mongo Santamaría, Dizzy Gillespie, que con Ray Charles, los Jazz Messenger de Art Blakey, McCoy Tyner, J.J. Johnson, Herbie Hancock, Pharoah Sanders, Horace Silver, Max Roach, Rahsaan Roland Kirk y un dilatado etcétera.

Su estancia con Kirk cambió su vida, en la misma entrevista comentó:

Roland Kirk «tenía una caracola con la que tocaba una sola nota y y yo me conseguí una. Descubrí que si ponía mi mano dentro podía producir notas diferentes. Así fue como ocurrió. Se trata de instrumentos sagrados, que provienen de las raíces»

Sobre la improvisación, sostiene:

«(…) la magia verdadera viene de no saber lo que va a ocurrir. Es algo que sucede solo en ese momento y no volverá a ocurrir nunca. Eso es lo que conmueve a la gente»

La buena noticia es que Steve Turre se presentará, con sus trombón y su montón de caracoles, en el Festival JazzUV acompañado por una big band formada por docentes del Centro de Estudios de Jazz y seguramente por músicos de todos lados. Es un concierto que promete mucho y, lo sé de cierto, cumplirá con creces. La presentación será el sábado 26, a las ocho de la noche, en la sala grande del Teatro del Estado.

 

 

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