Roberto Ramos Alor, el obtuso individuo, corto de entendederas, que se encuentra por desfortuna, como una trágica desgracia para Veracruz, al frente de los Servicios de Salud,  es responsable de las muertes, de los miles de enfermos,  y del alto  riesgo, en que se ha colocado, la salud y la  vida de los veracruzanos, con la epidemia del dengue y otros males, aunque el peor mal, se llama Roberto Ramos Alor y directivos de su insana administración. Negligencia absoluta, escenario trágico, de muerte, de ineptitud y desolación política. Veracruz, se encuentra inmerso en el absurdo de la irracionalidad, en ausencia del sentido supremo por la vida humana, en donde, tal parece, que ésta, no tiene valor. Indiferencia y vacío de gobernanza se demuestran, mientras la gente es azotada por la epidemia y otras enfermedades, la población, se encuentra ya diezmada, por los padecimientos económicos y los males de la salud pública, que la misma Secretaria de Salud Federal ha estado señalando, pero, no actúa, para retirar a el mal del cargo, ya que el Secretario de Salud Nacional, es condescendiente con el nombramiento que otorgó a Ramos Alor, como Director General de los Servicios de Salud de Veracruz, entidad que ocupa los denigrantes porcentajes, de primeros lugares en enfermedades a nivel nacional.  Vergonzosa posición en el Hemisferio, de una población altamente enfermada y enferma, que padece los estragos de los falsos registros de Promoción de la Salud y del Control Epidemiológico, que por mucho tienen también que ver, los responsables de estas áreas en las administraciones anteriores, que mintieron durante años, con falsas cifras estadísticas de avances y atención a los programas, con cifras maquilladas, que les permitieron mantenerse en los cargos, adulando al jefe en turno, y sostenidos desde las oficinas centrales en México. Esos irresponsables, ahí están, siguen mintiendo, uno en la Unidad de Servicios de Salud de la Universidad Veracruzana, la otra ya se jubiló. Deterioraron profundamente, no sólo la Salud Pública, sino la economía y la condición de ser humano. Vergonzosa y deplorable condición para los veracruzanos.

Ante ello, la pregunta que lleva a la reflexión y a la exigencia es: ¿Por qué, el afán de tolerar y permitir lo intolerable, de la permanencia de Ramos Alor, al frente de la responsabilidad de la Salud Pública de Veracruz, poniendo en riesgo epidemiológico a la población de toda una región geográfica. Porqué permitir a la señora Rocío Nahle, protectora  de Ramos Alor, sostener en el cargo a un individuo grotesco, sin capacidad, en una posición política, que pone en riesgo de muerte a una población de más de 8 millones de personas, y los otros millones que conforman la zona geográfica?

¿Acaso el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, en quien la población depositó la confianza absoluta para gobernar, le son indiferentes estos hechos graves, todos estos padecimientos y las muertes. Espera el Presidente de la República a que haya más muertes o que  los Organismos Internacionales, le hagan los señalamientos correspondientes, o, en su caso, que el pueblo de Veracruz, termine señalando al Gobernador del Estado como responsable, por la negligencia de Roberto Ramos Alor?

Ni el Presidente de la República, ni el gobernador de Veracruz, merecen se les coloque en estos escenarios, mucho menos la población de la región: Tamaulipas, San Luis Potosí, Hidalgo, Puebla, Oaxaca y Tabasco, colocados en inseguridad sanitaria, con la epidemia del dengue y las otras epidemias en Veracruz, con un alto riesgo político-epidemiológico para el Hemisferio Continental, los países insulares y los archipiélagos, por la dinámica intensa de la movilidad humana migratoria.

Y, sino, que le pregunten al arzobispo Hipólito Reyes Larios, qué se siente estar al borde de la muerte, con escalofriantes síntomas, y observar que el responsable, sigue, incluso en libertad.

Pero, no sólo Ramos Alor, es el responsable de esta incapacidad, negligencia y omisión, que tiene tufo de corrupción y de Lesa Humanidad, sino también, el que finge como Director de Salud Pública, Argimiro Beristain Hernández, y la responsable de la Vigilancia Epidemiológica, Dulce María Espejo Guevara, los cuales, deben de ser destituidos del cargo y sancionados por estos hechos.

La destitución del Secretario de Salud de Veracruz, del Director de Salud Pública y de la responsable de la Vigilancia Epidemiológica, debió de realizarse de inmediato, antes de que el chirrión de las intrigas de la política y las responsabilidades jurídicas, volteé la mirada hacia el Gobernador y, se le pretenda responsabilizar de las muertes y de los elevados índices de enfermedades y epidemias, que ya tienen un alto costo político-moral-social-económico. La historia del reciente pasado, demuestra que así ha sido. No actuar a tiempo para las destituciones y la aplicación de las normas jurídicas, la Ley lo establece como omisión, negligencia o complicidad. Proceder a la destitución y aplicar las sanciones correspondientes, justificadas, fincar responsabilidades, que establece la Ley, es lo conveniente, lo cual, es ya, una exigencia.

Albert Camus, el filósofo, ensayista, dramaturgo y periodista francés, Premio Nobel de Literatura (1957), escribió sobre la dignidad y la fraternidad, en donde muestra la grandeza del ser humano. Camus, realizó, una obra simbólica sobre la epidemia de cólera en la ciudad argelina de Orán (1849). Titulada, “La peste”. La obra, explora la condición de la irracionalidad de algunos personajes, que se preocupan por atender otras necesidades, más que a la epidemia misma.

Carente de sentido común, del conocimiento básico, fundamental, de lo esencial, de lo primordial de la importancia de la función de los servicios para la salud y la administración pública, Ramos Alor, actuó en corrupción al aceptar el cargo, “porque él no lo quería”, según refirió en meses pasados a los reporteros de los medios de comunicación, cuando se descubrió el fraude corrupto que había realizado con la compra de un lote de medicamentos en complicidad con empresas ligadas al ex superdelegado en Jalisco, Carlos Lomelí Bolaños, empresa denunciada por vender medicamentos falsos y con sobreprecio, por más de 164 millones de pesos, que denunció la organización Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI). “Ningún chile les embona”, respondió a los reporteros, el culto doctor.

Parafraseando al escritor colombiano, Gabriel García Márquez, en aquella memorable entrevista en el semanario “Punto y Aparte”, en exclusiva mundial, en Xalapa, sobre la dictadura militar en Chile, encabezada por el dictador Augusto Pinochet : “Como Pinochet no cae, volveré a publicar”, dijo…..Si Ramos Alor, y el cartel de SESVER no cae, sigamos publicando.

Sintácticas

De Electra, una de las siete tragedias que escribió el poeta griego Sófocles:

En la Antigua Grecia (1200 a.C.- 146 a.C.), Agamemnón regresó a Micenas después de vencer  Troya, su mujer, Clitemnestra, reina de Micenas y amante de Egisto, primo de Agamemnón, lo asesinan, cuando éste se ponía una bata que carecía de orificios para los brazos y la cabeza…Clitemnestra y Egisto, reinaron en Micenas y tuvieron una hija, Erígone…Pero, varios años más tarde murieron a manos de Orestes, hijo de Agamemnón y Clitemnestra, que había sido puesto a salvo por su hermana Electra, y mató a su madre, vengando así la muerte de su padre.

De San Agustín, en su obra “Confesiones”:

Cuando la memoria pierde algo por el olvido y lo andamos buscando para recordarlo, y si se nos ofrece un recuerdo de cosa distinta, lo rechazamos, mientras no se presenta el recuerdo que queremos. La memoria no puede recordar algo olvidado cuando no tiene la ayuda de algo semejante y que tiene relación con ello. Y sin esta ayuda, el olvido es absoluto.

Polina Osetinskaya. Johann Sebastian Bach. Piano Concerto in D Minor BWV 1052: