Alfonso Durazo, secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, considera prioritario combatir al hampa en Jalisco, Veracruz, Michoacán y Baja California, pero este lunes, sin embargo, puso en marcha una prueba piloto del nuevo Modelo Nacional de Policía en los municipios de Guaymas y Empalme, en Sonora, su estado natal que aspira a gobernar en 2021.

Según esta estrategia, la seguridad en los municipios será coordinada por mandos militares y navales, cuyos nombramientos serán previamente aprobados por los Cabildos. Los policías municipales que sean removidos por no pasar los exámenes serán liquidados y remplazados por elementos de la Marina o del Ejército. El personal que sí reúna los requisitos será capacitado o recapacitado, para que los cuerpos policiales intervenidos sean devueltos a mandos civiles una vez que se depuren y estabilicen.

Durazo declaró que hay corrupción prácticamente en todos los cuerpos de seguridad del país y que si no se mete orden en las policías municipales y estatales, la Guardia Nacional podría resultar insuficiente. Inclusive afirmó que en 50 municipios urge hacer limpieza, ya que están penetrados por el crimen organizado estructuralmente, a tal grado que no hay una distinción entre los grupos delictivos y el funcionario uniformado.

Uno de esos 50 municipios debe ser Coatzacoalcos, donde la Policía municipal opera en medio de irregularidades e influyentismo, según publicó ayer el diario Reforma, que entrevistó a mandos de la Policía Estatal que reprobaron la falta de cámaras de videovigilancia, la capacitación en los municipales y presuntas ligas con el crimen organizado.

El diario capitalino refiere, por ejemplo, que el director interino de la Policía Municipal, Omar Berdón Arres, fue señalado por promover un amotinamiento en marzo pasado para expulsar de la corporación al almirante Víctor Colorado, con la anuencia del titular de la Dirección Jurídica del Ayuntamiento porteño, Agustín Jiménez.

La síndica Yazmín Martínez, por su parte, refirió que Berdón Arres sólo tiene estudios de bachillerato trunco, por lo que carece del perfil para desempeñar ese cargo. Inclusive denunció que varios elementos municipales fueron despedidos sin motivo alguno, pese a que cuentan con mejor preparación que el mando.

Desde mayo pidió la intervención del Congreso local, debido a que Coatzacoalcos tiene más de dos meses sin un jefe de la Policía definitivo.

Un agente estatal, desplegado tras el ataque al bar “Caballo Blanco”, que dejó 30 muertos, acusó que los policías municipales “no están capacitados, no existen un censo real de elementos y muchos de ellos son ‘aviadores’, y qué decir de complicidades con el narcotráfico.”

También dijo que “las instalaciones están muy mal”, que “no se notifican bajas pero muchos de ellos trabajan sin estar contratados”, y que estas anomalías fueron reportadas oportunamente al alcalde Víctor Carranza.
En Coatzacoalcos la seguridad es un desastre: cuenta con 305 policías municipales para resguardar a 300 mil habitantes, aproximadamente. Y de las 1,084 cámaras de vigilancia que el ex gobernador Miguel Ángel Yunes Linares habría adquirido para la ciudad, sólo hay 40 instaladas pero no funcionan.