Miguel Centeno nació y creció en Acayucan, tierra de son jarocho. Cuando era niño visitaba frecuentemente a su abuelo que vivía en Chihuahua, en donde conoció el blues. A los 13 años asistió, en Puebla, al primer concierto de su vida, una presentación a cargo de Alejandro Filio y Fernando Delgadillo, trovadores que lo dejaron impactado. Así se delinearon los tres vértices de su música: el son jarocho —no solo en su forma musical, también en la literaria pues además de músico es decimista—, la trova y el blues.
Era niño cuando inició el problema de la inseguridad que sigue azotándonos de manera atroz, creció atestiguando el avance de la violencia, pero hubo dos acontecimientos que lo sacudieron fuertemente. Platicamos en marzo de este año, cuando estaba recién salido del horno su disco Parpadeo (ver: Parpadeo, el disco inaugural de Miguel Centeno), en esa charla me comentó:
«En esa época la zona ya era un polvorín, ya estaba muy fuerte la inseguridad, pero yo regresé a tocar, me empecé a enrolar y de repente ya tenía un circuito: acomodé mis horarios para trabajar en las escuelas de lunes a jueves y los jueves en la noche tocaba en Acayucan, los viernes en Minatitlán, los sábados en Coatzacoalcos, pero se empezó a acrecentar más la delincuencia al grado de que un día llegaron a donde estaba presentado mi show, cerraron el lugar y, literal, nos secuestraron de 11 de la noche hasta el mediodía siguiente, yo estaba tocando y pensando a ver en qué momento se pone esto muy heavy y empieza a haber balazos (…)
«Luego la violencia alcanzó a mi familia, secuestraron a mi primo, mi abuelo ya estaba con cáncer terminal pero ese secuestro aceleró su muerte. Eso me provocó una paranoia que hasta el día de hoy, si me entero de que ya mataron a otro, siento una suerte de estrujamiento en el pecho y hablo a mi casa para preguntar cómo están. Ha sido tan fuerte que si hoy, marzo de 2019, hago un pase de lista de mis compañeros de clases, ya sea porque se fueron al lado del dinero fácil o porque les tocó de rebote o por lo que sea, de 100, 30 están muertos (…)
«Gracias a Rafa Campos tuve la posibilidad de grabar esto en RTV Música. La canción que más me gusta se llama El son de tus suspiros, es la canción que hice cuando regresó mi primo del secuestro y después de que murió mi abuelo. Creo que esa canción es poderosa y la gente se ha fijado en ella y la ha buscado, incluso hay un par de colectivos de padres y madres de desaparecidos que tienen interés en poder generar un video o algo con la canción».
De manera azarosa, El son de tus suspiros se convirtió en su primer video, la semana pasada me comentó:
«Daviel Reyes, un amigo periodista que fue a Coatzacoalcos a documentar las marchas por los desaparecidos, escuchó el disco y me dijo yo tengo material para hacer el video de esa canción. Yo le dije hagámoslo, y todo se dio de manera muy natural, platicamos, le di mis ideas y él hizo las tomas y la edición. Como la imagen del disco es en blanco y negro, pensamos que quedaba bien hacer el video así.
«El video ya está en YouTube, el estreno va a ser el viernes 16 de agosto a las 11:00 de la mañana. Hay que entrar al link y activar la campanita, y YouTube les va a avisar en el momento en que se libere
«Es la primera canción que voy a sacar en video, entonces va a ser como una carta de presentación de mi trabajo, espero que lo vea mucha gente».
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