El año 2000, Eric Nisenson publicó The Making of Kind of Blue. Miles Davis and his Masterpiece, un extenso estudio del álbum que le cambió la vida y que lo convirtió en adorador del jazz y especialmente de la obra de Miles Davis. Dada su vigencia, el libro podría haberse escrito hoy. En 2015, la Universidad Veracruzana publicó la versión en español de Guillermo Cuevas bajo el título El nacimiento de Kind of Blue, obra maestra del jazz. Para esta edición, además de traducir el texto, el maestro Cuevas lo acompañó de una gran cantidad de notas dan contexto, aportan datos, ayudan a esclarecer muchas cosas. En sus conjunto, esas notas conforman un libro aparte.
En el penúltimo capítulo del libro, El legado de Kind of Blue, Nisenson sigue las carreras de los integrantes del sexteto y encuentra las huellas que dejó en cada uno esa experiencia fonográfica. Analiza también el impacto que Kind of Blue sigue causando en el público seis décadas después de su grabación
«Las sesiones de grabación de Kind of Blue —anota Nisenson— fueron apenas el inicio de otra historia, la que nos dice qué pasó después de que el disco salió al mercado. Como ya hemos mencionado, podríamos dividir la historia del jazz moderno en un ‹antes› y un ‹después› de Kind of Blue. En cierta manera el disco fue como una caja de Pandora de la que salieron tanto posibilidades mágicas como nuevos retos y problemas que se esparcieron por el mundo del jazz. Las consecuencias fueron más allá de lo artístico y se relacionan con los cambios que tuvieron lugar en la sociedad estadounidense, especialmente aquellos que afectaban la realidad política de los afroamericanos. Quedó claro que el nuevo tipo de libertad musical que propuso Kind of Blue condicionó de manera dramática las carreras de los propios músicos que habían participado en su creación, al mismo tiempo que reflejó cambios que iban mucho más allá del mundo del jazz. Kind of Blue fue tan importante que alteró la justa apreciación de la obra que esos mismos músicos hicieron después».
Aclara que si bien el álbum tuvo un gran recibimiento por parte de la crítica y del público, no faltaron los detractores, cita algunos ejemplos de músicos que declararon, de manera anónima, para la revista Downbeat:
«Ha desaparecido cierta vitalidad. Miles vive en medio del lujo y su música lo refleja». «Se ha restringido a propósito en un estrecho rango de notas e ideas seguras». «Toda esta discusión de ampliar las posibilidades de la improvisación melódica, al reducir los recursos armónicos al mínimo, no garantiza una gran variedad de ideas. Las notas quedan siempre en el mismo registro y no todo compensa la parquedad de las progresiones».
A continuación afirma que estas declaraciones son ejemplos de gente que «pierde de vista el bosque a causa de los árboles. Pocos serían los admiradores de Miles que podrían quejarse ,esperando un discurso con más notas y líneas más amplias y complejas. Criticarlo por el uso de un estilo austero y astringente sería como condenar a Hemingway por no escribir como Faulkner. La elocuencia natural de las improvisaciones de Miles en Kind of Blue depende de la sencillez. Para los que asocian el jazz moderno con las elaboradas improvisaciones atiborradas de notas de los grandes representantes del bop, los solos de Miles podrían significar un retroceso a épocas anteriores. Pero esta perspectiva pasa por alto el contexto en el que surgen las improvisaciones de Miles. Son declaraciones casi desnudas que contrastan con el torrente de notas que tanto Coltrane como Adderly desparraman en el álbum».
«La importancia de esta grabación —continúa— no depende de que haya sido la primera en usar de manera amplia los modos dentro del jazz; esto ya lo había hecho George Rusell desde finales de la década de los cuarenta y músicos como Teo Macero y Charles Mingus también habían escrito composiciones modales.
«El significado de Kind of Blue en términos del uso innovador de los modos surge de la preeminencia de Miles como líder y creador de nuevos conceptos. El disco fue considerado por muchos jazzistas como un manifiesto, una declaración de principios, más allá de sus valores musicales […]
«Dos años después de dejar el grupo de Miles, Adderley grabó un disco para Riverside, Know What I Mean?, donde aplicó todo lo aprendido con Miles, sobre todo en Kind of Blue. En lugar de usar su propio grupo regular, Adderley formó un cuarteto con el contrabajista Percy Heath y el baterista Connie Kay, miembros del Modern Jazz Quartet y Bill Evans al piano. ‹Know What I Mean?› (¿sabes lo que quiero decir?), la composición que da título a ese disco, es una pieza modal, parecida formalmente a las de Kind of Blue, con un tono emocional por completo diferente al del repertorio funk normalmente asociado con Adderley. Era evidente que el tiempo que éste pasó con Miles le sirvió para ampliar su pensamiento musical haciendo que tomara en consideración otras aproximaciones a la música. Hasta el final de su vida Cannonball tocaría ocasionalmente piezas modales, mostrando que los retos de Kind of Blue, que le habían mostrado el camino de la libertad, nunca se habían apartado de su mente.
«Como el resto de los integrantes del sexteto de Kind of Blue, Adderley llegó a ser muy popular y fue uno de los primeros jazzistas importantes en utilizar el piano y el bajo eléctricos en su búsqueda de una síntesis del jazz con el rock. Pero sin importar cuál dirección hubiera tomado, nunca habría perdido credibilidad ante el público, ya que buena parte de su fama provenía de las aportaciones que había hecho en Kind of Blue […]
«Para Coltrane, esos cambios eran la continuación natural una trayectoria que empezó en su en su etapa de las ‹sábanas de sonido› y su obsesión con las progresiones armónicas, hasta llegar a la libertad de las piezas modales que había enfrentado por primera vez junto a Miles, continuando con el jazz libre de mediados de la década de los sesenta. No sabemos si Coltrane, de no haber explorado la modalidad, habría llegado a desarrollar un grado tan intenso de profundidad emocional y espiritual. Con frecuencia Coltrane hablaba de ‹limpiar el espejo›, es decir, usar la improvisación para explorar más a fondo su propia alma. La modalidad le había hecho más fácil el trabajo de desconectar la mente y dejar que la intuición y el espíritu se convirtieran en las fuerzas que impulsan la creación.
«Para Coltrane, este viaje —esta ‹búsqueda›, como la llamo en mi libro Ascension— fue al mismo tiempo espiritual y musical. Para él no existía separación posible. Pero seguir esa ruta resulta muy perturbador. Los primeros encuentros de Coltrane con la música modal se dieron en Kind of Blue y continuaron en su primera etapa como líder. Tenían la radiante fuerza melódica que es, básicamente, alegre y celebratoria, como la escuchamos en ‹My Favorite Things› y otras piezas como ‹Mr. Day› o ‹Equinox›. En el disco A Love Supreme encontramos una atmósfera cercana, pero comienza a mostrarse una dimensión espiritual más compleja. Conforme Coltrane avanzaba en su búsqueda, su visión de Dios se hacía más oscura y mercurial. Meditations, la obra que siguió a A Love Supreme, fue otra grabación extraordinaria, pero ahora el camino hacia la divinidad está lleno de dolor y obstaculizado por feroces demonios, es un sendero angustioso. Después de encarar sin ninguna ilusión la última verdad sobre sí mismo, Coltrane llega a descubrimientos desgarradores y ya no existe ningún retorno.
«En la música de su último año la libertad es total. Parece que apenas empezaba la exploración de un nuevo y aterrador paisaje. A veces sentimos que pierde el camino, que tropieza y trata de recuperar el equilibrio. La música se transforma en sonido puro; no hay creación de ideas melódicas líricas al estar obsesionado mirando fijamente en dirección de los más oscuros rincones de su alma. A los oyentes les exige una nueva manera de escuchar, dejando a un lado la costumbre lineal de pensar la música, misma que toma su propio curso sin luchar contra conceptos previamente establecidos. Coltrane murió en 1967 de un cáncer de hígado, pocos meses antes de cumplir cuarentaiún años. Nunca sabremos si había llegado al final de esa búsqueda. Creo que no. La búsqueda era un peregrinaje interior, no un destino final. Pero algo es cierto: los años más intensos e importantes de Coltrane, en los que logró experimentar la libertad que le permitió emprender esa búsqueda permanente, empezaron con el nacimiento de Kind of Blue […]
«Kind of Blue fue también muy importante para Bill Evans en su carrera como líder. Evans había tocado música modal con los grupos de George Rusell años antes de grabar Kind of Blue, por lo tanto, el principio de organización musical empleado en el disco no era un concepto nuevo para él. Lo que le resultó en verdad novedoso fue la fama que consiguió por participar en la grabación. Al unirse al grupo de Miles, Bill Evans ya tenía una carrera muy activa desarrollada al lado de diferentes músicos, pero para el gran público era un desconocido. Tocar con el sexteto de Miles lo cambió todo y lo favoreció mucho en su papel de líder.
«Desde la perspectiva musical, Kind of Blue proporcionó otros conceptos a Bill Evans. Como hemos dicho, la introducción de la pieza ‹So What?› es un dúo entre Evans y Paul Chambers. De algún modo este breve dueto sirvió como modelo para algunas de las innovaciones que Evans exploró en su primer trío, ahora considerado el mejor de todos los que dirigió. Chambers, como muchos contrabajistas de esa época, exploraba nuevas posibilidades para su instrumento dentro del jazz. No era solamente el ‹guardián del tiempo›: desempeñaba funciones melódicas, creando líneas de contrapunto con los solistas. Músicos como Oscar Pettiford y Charles Mingus habían anticipado el papel del contrabajo como instrumento rítmico y melódico. No quiero decir que la introducción de ‹So What?› fue determinante para la manera en que Bill Evans organizó su primer trío, pero da un buen indicio de los cambios que experimentaban las secciones rítmicas de entonces.
«La influencia más importante que recibió Evans gracias a Kind of Blue fue mucho más sutil. No hay duda que también se dejaba llevar por la corriente hacia la nueva clase de libertad y deseaba que su trío marcara de manera bien clara ese camino. […]
«Lo más importante que Miles ofreció a los músicos fue su ejemplo de romper con las convenciones y los procedimientos de la tradición clásica europea, al revelar maneras de componer e improvisar más cercanas en forma y espíritu a la música de otras culturas. La creciente militancia de la comunidad afroamericana lanzó a muchos de sus músicos a explorar sus más antigua raíces. La necesidad de encontrar la autenticidad cultural fue cada vez más intensa y Kind of Blue demostró que era posible hacer una música al mismo tiempo grandiosa y accesible.
«Pero todavía más importante es la herencia que el disco ha dejado para los oyentes. Existen muchas personas, aficionados y músicos por igual, que se han convertido al jazz gracias a Kind of Blue —un disco que ha cambiado innumerables vidas, incluida la mía—. Son pocas las obras de arte —cualquier tipo de arte— sobre las que se pueda decir lo mismo».
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Improvisación en jazz | Bill Evans
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