En esta segunda parte de la conversación, Beto Guzmán habla de sus impresiones y sus vivencias en Xalapa.

JazzUV

Yo sabía que venir acá iba a ser difícil en todos sentidos porque hay bajistas increíbles, y venía son muchas preguntas, me cuestionaba qué iba a pasar porque no quería estar en Guadalajara pero no sabía si iba a quedar en JazzUV, sabía que aquí estaba el maestro Aldemar [Valentín], el bajista de Miguel Zenón, imagínate, qué iba pensar de un provinciano (risas).
No sabía en qué me estaba metiendo, cuando fui a hacer los exámenes de la licenciatura, también estaba haciendo examen el maestro Carlos Zambrano y me siento muy afortunado de haber quedado dentro de esa generación, están Carlos Zambrano, Enrique Rubio, Amaury Villalobos, o sea, bajitas que saben lo que hacen (risas); me siento muy afortunado porque yo no venía totalmente preparado para eso.

Jazzimiento en la arena

Llegar a Xalapa fue un respiro total para mí, yo venía de estos dos ambientes —es mi percepción—: en la UdeG todo es clásico, todo es estar estudiando, no hay una vida musical activa afuera de la escuela, los estudiantes no se juntan para hacer proyectos, y el gig está vivo porque no hay perdón, los chavos que vienen de abajo vienen con todo y los que están arriba te vienen exigiendo, y si te pierdes, ya no te vuelven a llamar o ya estás tachado o lo que sea, detalles así que hacen un poco hostiles los dos ambientes —ese es el sentido negativo pero no todo es así, Guadalajara tiene cosas que son buenísimas—, y cuando llegué acá, me encontré con que la escuela es súper relajada, todos los alumnos —al menos los de mi generación— se apoyan mucho, no se siente competencia, creo que eso es bueno; Pachi, por ejemplo, nos ayuda mucho, nos explica cosas, aporta mucho a las clases; también hay mucho nivel en el salón y eso te motiva a clavarte de una manera más natural, sin esos recelos, sin esa hostilidad. La primera jam a la que fui fue en la Jazz House y ni parecía que era una jam, era una gozadera, todos estaban tocando.
Y la escena es increíble, vas al Cauz y está tocando Tim Mayer o Édgar Dorantes, llegas a La Culpa y está cantando la maestra Jatziri [Gallegos], te vas a La Brújula y están funkeando increíble, o sea, la escena está con todo, a mí me encanta, no es que Guadalajara no la tenga pero acá se siente otro nivel.
Cuando entré a JazzUV, mi maestro era Aldemar, pero tuvo una carga muy grande y le pasaron muchos alumnos al maestro Leonardo Cortés, y entre esos me fui yo, creo que era obvio porque no llevo tanto tiempo ahí pero también está muy bien conocer a otros maestros.

Hilvana

Participé en la edición de Tónica en la que estuvieron Charlie Hunter, Dane Alderson —el bajista de los Yellowjackets— y Scott Amendola —un baterista—. Ahí conocí a Silvana [Estrada Beverido] y en el ensamble, nos tocó estar juntos a mí y a Abraham [Rendón], ahí nos conocimos y hubo click porque Abraham es una persona muy amena, muy abierta. Cuando estaba haciendo los trámites de registro de la UV, me comuniqué con Abraham y le pregunté si podía darme refugio en su casa una semana para hacer mis exámenes y conocer Xalapa, nos abrió las puertas de su casa a mi novia y a mí, y sacamos tocadas en La Culpa. En diciembre de 2017 fuimos a una posada y ahí Karina [Galicia] y Abraham me preguntaron si quería ser bajista de Hilvana, y yo encantado. Empecé a trabajar con ellos, me tocó la colita del disco Para ser libre, estuvo complicado porque estaba con una carga medio pesada en la escuela y estaban las giras de Hilvana, se me dificultó un poco pero las sacamos. Ahorita ya estamos haciendo música nueva para sacar nuevo disco este año, las canciones están sonando muy bien, estamos invirtiendo muchas horas en dejar buena música.

Bécame mucho

Ahorita soy el consejero alumno de JazzUV, algunos alumnos inquietos y un servidor estamos organizando cosas para movilizar más al alumnado, estamos viendo la manera de crear un programa de becas por medio de un taller que se oferte los fines de semana para el público en general y que sean los mismos alumnos de JazzUV quienes impartan clases y reciban algo de dinero, y de paso que presten su servicio social y tengan experiencia como docentes, porque JazzUV tiene varios perfiles, el egresado puede trabajar como docente, como investigador, como ejecutante, como compositor. Muchos alumnos son foráneos, no todos tienen el capital para vivir en un ciudad que es muy barata, pero hay que hacer gastos y mantenerse, y creemos que esas becas les ayudarían mucho.

(CONTINÚA)

PRIMERA PARTE: Entre rosetones y guarniciones
TERCERA PARTE: El flechazo al corazón


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