«Todo mi reino es de este mundo (…)
El mundo es bello y fuera de él
no hay salvación».
(Albert Camus)
Albert Camus, el novelista, dramaturgo, ensayista y filósofo argelino ganador del Premio Nobel de Literatura en 1957, ha sido un autor fundamental para Producciones Cañandonga, la compañía de artes escénicas creada y dirigida por Estela Lucio y Enrique Cancio. Han montado, en adaptaciones surgidas de la pluma de Cancio, El malentendido, El estado de sitio y Calígula (estas dos últimas presentadas como Estado de sitio y Calígula emperador), y este fin de semana estrenarán Los asesinos justos, adaptación de Los justos. Platiqué con ellos:
Estela Lucio:
Hemos montado tres obras de Camus: El malentendido, Estado de sitio, Calígula emperador —cuyo título original es Calígula—, y ahora estamos con otra obra suya, Los justos, en una adaptación de Enrique Cancio que tiene el nombre Los asesinos justos.
Enrique Cancio:
A Camus le gustaba escribir, como novelista es magnífico, escribió La peste, El extranjero, tiene tres o cuatro novelas extraordinarias y tiene unos cuentos increíbles, además era gente de teatro y dramaturgo, pero yo no veo cómo pudo ser novelista y dramaturgo a la vez porque el teatro y la novela no se llevan, en la novela creas los personajes, las situaciones y te vas explayando, en el teatro no puedes explayarte. Además fue un gran periodista y escribió muchos ensayos, ¿cómo pudo hacer todo eso?, no me lo explico.
Camus era genial pero yo no soy genial, así que tengo que agarrar su texto y entender que él era novelista y que se va a explayar, entonces tengo que cortar, pero muchas veces no es fácil porque el hombre también era poeta, en las obras hay poesía y no puedo cortarla. La otra cosa que tengo que pensar es en cómo hacer una obra de 15 o 16 personajes solamente con seis personajes, no es fácil porque es un gran escritor y todo lo que escribe tiene validez y no puedo quitarlo, lo que puedo hacer es poner los personajes principales, que en el caso de Los justos son El artista, El poeta, El revolucionario, El rebelde, El jefe de la cuadrilla y la mujer que fabrica las bombas. Reviso la obra y digo esto es lo principal, esto tiene que ir, entonces tengo que ver cuál de los personajes que elegí dice ese texto y que quede bien dentro del montaje.
Estela:
Mucho de lo que falta del texto original se puede sustituir por la danza, porque cuando la gente tiene la idea clara de qué se trata, la danza contemporánea dice mucho. Generalmente la danza contemporánea peca de ser abstracta, la gente la ve y dice ya se quieren, ya no se quieren; ya lo tiró, ya lo levantó; no saben ni qué está pasando, es hermosa porque son lindos cuerpos y se mueven bien y es estética, pero hay gente a la que eso no le llena, que necesita un mensaje, que necesita un discurso, entonces, nosotros utilizamos la danza contemporánea para dar ese discurso…
Enrique:
Para apoyar, mediante el movimiento, la palabra
Estela:
…y muchos de los vacíos que dice Enrique que se generan porque no podemos meter todo el texto, los cubre la danza contemporánea, por eso esta obra está hecha en teatro-danza y creo que tenemos muy buen resultado
Enrique:
Hay críticos que dicen que Camus, sobre todo, era esteta a pesar de haber sido uno de los filósofos existencialistas, junto con Sartre; se graduó y era profesor de filosofía y era aceptado como filósofo, pero su vida era como esteta, a él le gustaba la belleza, él estaba en Grecia y en la antigua España, y le gustaba el teatro pero no la comedia, todo su teatro es tragedia, tiene una farsa trágica que es complejísima —también la hicimos y gracias a Dios quedó bien— pero él es trágico y se apoya en la belleza, cuando analizas una obra dices qué bonito está el texto, esto es poesía en prosa y entonces no puedes cortarlo. Lo más importante de Camus como ser humano es la belleza, él decía «el mundo es bello y fuera de él no hay salvación», o sea, la religión no te va a salvar, la cultura no te va a salvar, lo que te va a salvar es vivir.
Tuvo sus detractores porque había muchos problemas en Argelia y él era argelino pero quería ser francés, el padre murió cuando tenía un año, la madre era medio retrasada mental y sorda, tuvo que ir a vivir con la abuela, que era muy católica y por cualquier tipo de pecado le daba de latigazos a la gente, incluyéndolo a él (risas).
Él trató de defender a Argelia pero los argelinos no querían saber nada de Francia, inclusive se armó una revolución y lo que querían era matar a los blancos que estaban en Argel. Camus quería a Argelia y quería a los argelinos, pero no era mahometano ni nada de eso, él quería ser francés porque el papá era francés, pero nunca fue admitido como francés.
Una vez le preguntaron:
—¿Cómo usted ve a Argelia?
—Argelia está en mejores condiciones que muchas partes de Europa y aquí se vive mejor que en Europa
—¿Cómo va usted a decir eso con todo el terror y la pobreza y el problema político?
—En muchas partes de Europa, lo que hay es miseria humana, frialdad, oscuridad, y en Argelia usted tiene el sol, tiene el mar, tiene calor humano, así que Argelia está mejor que muchas partes de Europa
Y no lo querían (risas), se tuvo que esconder por dos o tres semanas porque la gente decía horrores de él.
Estela:
Eso quiere decir que lo principal de Camus es que siempre fue un hombre muy íntegro que defendió la dignidad humana, fue lo principal de su filosofía, prácticamente en eso se resume, y se refleja mucho en sus obras, por eso nos hemos enamorado de este dramaturgo.
Como te comentaba, ahora vamos a presentar Los asesinos justos, la labor de dramaturgia y dirección general es de Enrique Cancio, la dirección escénica es mía y la coreografía, de Dante Mancilla. Cuenta con un elenco joven y entusiasta hacia el extraordinario trabajo del autor. Se estrenará el viernes 30 de noviembre a las ocho y media de la noche y habrá otra función el sábado 1 de diciembre a las seis de la tarde. Las dos funciones serán en el centro cultural CUBARTE, ubicado en Jiménez del Campillo esquina Libertad, Coatepec, Veracruz. Están todos invitados.
CONTACTO EN FACEBOOK CONTACTO EN G+ CONTACTO EN TWITTER