Si aún guarda algo de conciencia, el Fiscal General Jorge Winckler seguramente estará preparando sus maletas para ir a buscar refugio una vez que concluya la actual administración. La bancada de Morena en el Congreso local –la actual y la que será mayoría a partir del próximo cinco de noviembre- ha dicho que una prioridad de su agenda legislativa será precisamente la remoción del fiscal.

En entrevistas concedidas a los columnistas de Formato Siete, tanto el actual coordinador de la diputación de Morena en el congreso local, Zenyazen Escobar García, como la diputada electa Rosalinda Galindo Silva, resumieron el futuro del fiscal en una sola frase: “Vamos por él”.

Al igual que hace dos años –aun sorprende tanto paralelismo- el Fiscal General del Estado podría no llegar siquiera a la asunción del nuevo gobernador. Es evidente que la circunstancia de Miguel Ángel Yunes y Flavino Ríos no es la misma, la capacidad política para defender a su fiscal es distinta, sin embargo, luego del primero de diciembre el destino sí podría ser el mismo para el funcionario que el de su antecesor, incluso la cárcel.

Al inicio de la administración, el gobierno de Miguel Ángel Yunes asumió que un trato políticamente correcto lo llevaría a mantener una relación controlada con los colectivos de búsqueda de personas desaparecidas o ausentes; luego de un apasionado discurso en campaña para santificar a estas organizaciones, ya como Gobernador operó para que se les concediera la medalla “Adolfo Ruiz Cortines”, máximo reconocimiento que otorga el gobierno de Veracruz.

Y aunque aceptaron la presea, la respuesta definió lo que sería su vínculo en el futuro: “de nada sirven las medallas, si el nuevo gobierno no encuentra a los desaparecidos de Veracruz”. De manera casi profética, Aracely Salcedo –quien busca a su hija Fernanda Rubí Salcedo- dijo frente a un incómodo Gobernador: “De nada sirve, si no hay seguridad para nuestros jóvenes, o acciones que garanticen la búsqueda y el derecho a la justicia y a la verdad”. Desde entonces la relación se fracturó.

Desde el entonces, los colectivos se convirtieron en la materialización de la ineficacia, soberbia y frivolidad del fiscal Jorge Winckler; en múltiples ocasiones fue señalado de omisión y burla por parte de las personas que en escasas ocasiones lograron reunirse con él, casi todas en presencia del Subsecretario federal de derechos humanos, Roberto Campa. En Veracruz, el tema de los desaparecidos se convirtió en un lastre para la Fiscalía.

En esta historia de desencuentros, esta semana ha sido premonitoria de lo que será el futuro del Fiscal, quien tiene las horas contadas. Lo que en diciembre de 2016 inició como la entrega de una presea por parte del Gobernador, en octubre de 2018 concluyó con una multitudinaria misa ofrecida en Colinas de Santa Fe –la doliente morada de cientos de cuerpos sin reconocer- sin la presencia de ninguna autoridad del estado.

El lunes pasado, el obispo de Veracruz, Luis Felipe Gallardo Martín del Campo presidió una misa en la fosa clandestina más grande de México, ubicada en Colinas de Santa Fe, para todas las víctimas que han desaparecido en el estado. Al pie de la fosa, se instalaron varias fotografías de algunas de las víctimas que no se volvieron a ver.

La ceremonia se realizó en la víspera de que la Universidad de Notre Dame entregara al Colectivo Solecito el reconocimiento durante el encuentro denominado “Los Retos de la Justicia Transicional en México”, que se celebró al día siguiente en la ciudad de México.

Así, mientras el gobernador de Veracruz acusó apenas en septiembre pasado que Lucy Díaz, directora del Solecito “solo gusta de llamar la atención” y que era “una mentirosa” al dar pormenores del cementerio clandestino ubicado en Arbolillo, una de las más prestigiosas de los Estados Unidos reconoció internacionalmente “los servicios que desde hace años el Colectivo presta en Veracruz y Estados Unidos, con su búsqueda y lucha social ante la falta de atención de autoridades”.

Pero si el descrédito internacional no era motivo de preocupación para el fiscal veracruzano, las recientes declaraciones de los diputados de Morena –electos y en funciones- lo tienen con un pie en la calle y muy cerca de los tribunales.

Este miércoles, Rosalinda Galindo dijo que la remoción del Fiscal es una prioridad en la agenda de la próxima Legislatura, porque es necesario que el estado recupere la procuración de la justicia. “Veracruz tiene a un fiscal que atiende sólo a una familia; que se dedica a atender las instrucciones de la familia del Gobernador, mientras que el resto de los veracruzanos no reciben atención por parte de la Fiscalía”, dijo a los columnistas.

Según lo dicho por la próxima diputada, Morena no viene por la venganza, viene por la justicia. Y al parecer, Jorge Winckler sólo sirve para lo primero, no para lo segundo.

Las del estribo…

  1. Y que se arma el follón en el OPLE. La asignación de diputados plurinominales se irá hasta las últimas consecuencias debido a la inconformidad al interior de los propios partidos. Antorcha Campesina sabía que perdería la batalla y por eso apretó de último minuto. Lo cierto es que entre Diana Aguilar y Jorge Moreno no hay parangón.
  2. Al menos en el organigrama, Veracruz tendrá un gobierno diferente. Entre las nuevas Secretarías que se incorporan al gabinete de Cuitláhuac García estará la de Cultura –de la que incluso ya se dio a conocer su sede y su titular- y la del Mar, que vendrá a sustituir las funciones de pesca que estaban en la Sedarpa, poniendo énfasis al desarrollo de las zonas portuarias. Es cierto, la cultura y el mar nos dan identidad a los veracruzanos.