Medellín de Bravo, Ver.-  La coordinadora del programa “Ciudades Seguras” de ONU Mujeres, Yeliz Osman, indicó que el 93 por ciento de las personas del sexo femenino que sufrieron un tipo de agresión en la República Mexicana, no acudieron a denunciar los hechos ante las autoridades ministeriales.

En ese sentido, la activista señaló que existe una baja cultura de la denuncia en el país por parte de las mujeres víctimas de agresión.

Incluso, la activista dijo que encuestas realizadas en la Ciudad de México revelan que siete de cada 10 mujeres víctimas de agresión señalaron que no fueron auxiliadas por testigos que presenciaron la violencia en su contra, lo cual afirmó que se considera como “impunidad social frente al acoso sexual”, lo que provoca que “los depredadores” continúen con ese tipo de conductas ante la falta de consecuencias para sí.

“En todas las ciudades donde hemos elaborado un diagnóstico en el marco del programa, existe una baja cultura de la denuncia; a nivel nacional el 93 por ciento de las mujeres agredidas en el ámbito comunitario no acuden a las autoridades para levantar una denuncia o para buscar apoyo”, puntualizó.

Osman manifestó que existe una tendencia a minimizar el acoso sexual con respecto a otras formas de violencia contra las mujeres.

Advirtió que un chiflido o una mirada morbosa pueden representar el inicio del acoso sexual, aunque no parezcan un acto “tan serio”.

La coordinadora del programa “Ciudades Seguras” de ONU Mujeres indicó que el acoso sexual provocó que féminas modificaran sus hábitos de movilidad.

Y ejemplificó que el 62 por ciento de las mujeres del estado de Puebla dejaron de salir de noche para evitar ser víctimas de una agresión sexual y el 55 por ciento de ellas cambiaron sus rutas de traslado.
En la Ciudad de México, el 28 por ciento de las mujeres procuran salir acompañadas cuando utilizan el transporte público y el 24 por ciento en las calles.

“Hay una tendencia para minimizar el acoso sexual porque, tal vez, en comparación con otras formas de violencia contra las mujeres que parecen más extremas, como violaciones o violencia física, tal vez las consecuencias no son tan evidentes, pero las cifras que tenemos de los diagnósticos en México demuestran que tienen un impacto muy fuerte en el derecho a la movilidad”, insistió.

Por último, se pronunció a favor de que las autoridades mexicanas impulsen leyes y políticas públicas para prevenir y atender la violencia sexual en espacios públicos.

José Juan García/Avc