Casi desde su nacimiento en México, las encuestas perdieron credibilidad al grado que es más efectivo pedirle su vaticinio a Walter Mercado sobre cualquiera de los candidatos a puestos de elección popular, que a la mejor de las casas encuestadoras.

Esto no deja de ser una tristeza porque es en detrimento de las mismas casas encuestadoras.

Un amante de las encuestas a modo en Veracruz lo es el señor Miguel Ángel Yunes Linares, gobernador de la entidad y jefe de campaña de su hijo del mismo nombre, que no ha escatimado en gastos para que esos trabajos queden a su gusto y al de su muchacho.

Sin duda la encuesta más representativa fue la del diario Reforma publicada el 23 de mayo, donde Miguel Ángel Yunes Márquez está en primer lugar con el 43 por ciento de las preferencias electorales, Cuitláhuac García en segundo con el 42 por ciento y Pepe Yunes Zorrilla en un lejanísimo tercer sitio con el 14 por ciento.

En su prisa por darla a conocer, los encuestadores se olvidaron de Miriam Judith González Sheridan, candidata del Panal, a la que simplemente no tomaron en cuenta.

Casi en todas las encuestas puntea el hijo del gobernador mientras Cuitláhuac va en segundo, Pepe en tercero y la señora Sheridan en cuarto.

Si esto es cierto ¿por qué la realidad muestra otra cosa?

Y es que mientras en los mítines del joven Yunes los acarreados son los mismos (turismo electoral que le llaman); en los de Cuitláhuac la gente deja de asistir cuando falta su padrino AMLO, y los de la señora Sheridan han devenido en reuniones casi casi familiares, en los mítines de Pepe Yunes la asistencia ha sobrepasado las expectativas.

Sobre el mensaje de los cuatro no hay dudas; el del peroteño ha tenido más penetración y aceptación.

Mientras Cuitláhuac sigue confiado en el efecto AMLO, July Sheridan en lo que le prometieron por pegarle a Cuitláhuac y Miguel Ángel Yunes Márquez se ha estancado, José Yunes sigue subiendo, no en las encuestas pagadas, sino en las preferencias electorales y en el ánimo de los indecisos.

Esto lo sabe el señor gobernador que sacó de la chistera un bombazo mediático llamado Karime Macías Tubilla, con el que pretende que los veracruzanos se olviden de la inseguridad, el desempleo y de paso voten por su vástago.

Lo que no ha dimensionado el mandatario estatal, es que nadie puede olvidar lo que observa todos los días. Porque las calamidades que azotan a la entidad están ahí y forman parte del paisaje cotidiano.

Sí, qué bueno que encontraron a Karime. Pero qué con las familias de los desaparecidos, qué con los ejecutados y secuestrados, qué con los feminicidios, qué con los desempleados, qué con la falta de inversiones, qué con los apoyos al campo, qué con las mineras que están a punto de desgraciar el entorno ecológico de dos municipios y afectarán la vida de miles de veracruzanos.

Qué con todo eso.

Karime es un excelente distractor que llenará de gozo a la raza jarocha cuando la presenten en calidad de indiciada y la encierren; pero ella no dará votos al hijo de un señor que prometió seguridad y empleos y no ha cumplido.

El triunfo o fracaso del joven Yunes Márquez este 1 de julio, depende de lo que haya hecho o dejado de hacer su papá y no de las encuestas pagadas o de las escandalosas cajas chinas.

Y mientras tanto Pepe Yunes ahí va; contra todos los pronósticos, sube y sube.

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