Hace muchos años, en la Época de Oro de mi general Arturo Durazo, supe el caso de un sujeto asesinado a balazos por la espalda pero que fue sepultado como “suicidado”.

El tipo había estado bailando en un bar de mala muerte con la novia de un comandante de la policía, cuando llegó éste por la dama y se hizo de palabras con el sujeto que alegó su derecho a seguir bailando.

Hubo palabrotas y manotazos, hasta que un ayudante del comandante sacó una 380 que blandió frente al sujeto. Éste corrió pero fue venadeado de cuatro balazos que lo dejaron en el centro de la pista, tirado boca abajo y con los brazos en cruz.

Contra lo que se acostumbraba en aquellos tiempos, se impidió la entrada de los reporteros al lugar del crimen, pero horas después recibieron un parte donde les indicaban que el tipo se había suicidado.

Y así se fue al hoyo.

El sábado anterior fueron asesinadas en Río Blanco dos jóvenes que según sus padres iban al cine, pero según el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, pertenecían a una banda del crimen organizado.

El problema es que hay dos fotos (muy borrosas) de una de las jóvenes. En la primera se aprecia que está sentada en el suelo frente a un policía de la Secretaría de Seguridad Pública, y en la segunda se le observa muerta y con un arma de alto poder a un costado.

Y eso fue lo que encendió las redes sociales.

Aparte de Nefertiti N y Grecia N, ambas hermanas, murió en la refriega un sujeto de nombre José Eduardo.

De acuerdo con el Fiscal, Jorge Winckler, no hubo ninguna ejecución extrajudicial, sino que las hermanas iban a bordo de una camioneta de unos delincuentes desde donde les dispararon a los policías cuando éstos les marcaron el alto.

Winckler dice que la prueba de rodizonato practicada a los tres abatidos resultó positiva en todos ellos, con lo que se comprueba que dispararon contra los elementos de la Secretaría de Seguridad Pública.

El funcionario agregó que en las diligencias de campo se acreditó que las hermanas habían abandonado sus estudios así como el domicilio materno, para asociarse en actividades ilícitas junto con José Eduardo “N”, lo cual fue confirmado por parientes de las dos menores en entrevistas ministeriales.

Nunca hubo ejecución extrajudicial; reiteró Winckler.

Por último y para no perder la costumbre, se le fue encima a los medios de comunicación a los que acusó de darle una “connotación morbosa y distorsionada” al hecho, y exigió que hagan la aclaración respectiva con los datos, hechos, pruebas y los dictámenes que él presentó.

El Fiscal se tardó casi una hora en dar a conocer los pormenores del caso ante una sociedad que no le cree ni a él ni a los policías de la SSP.

Otra cosa que molesta, es que no es la primera vez que el gobernador sale a dar los pormenores de un suceso delictivo cuando no tienen ninguna autoridad judicial para hacerlo. El señor Yunes Linares es el Ejecutivo estatal y no el Fiscal de Veracruz, pero el miércoles apareció en los noticieros nacionales hablando del asunto antes que el Fiscal y acrecentó las dudas.

Esto no se aclarará hasta que se realice otro peritaje (si se llega a hacer), como ocurrió años después con el “suicidado” del DF en un antro de la periferia, en la Época de Oro de mi general Durazo.

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