Prefacio.

Ya lo saben: Si algún amigo o familiar muere de forma violenta, es menester movilizar a todos sus conocidos, a sus colegas, a sus amigos, a quienes lo trataron en alguna ocasión. Todos, en grupo y sin fisuras, deben salir a la calle a reclamar justicia. *** Si tienen suerte y en una de esas el fiscal-carnal le atina y captura a alguien “con el perfil” del probable responsable, tengan la seguridad que el mismísimo gobernador saldrá a presumir el logro de su subalterno y hablará (como corresponde a la gente de bien, cuando tiene que referirse a un difunto) maravillas de la víctima. *** No es que el médico neurocirugano David Casanova no merezca todos los elogios. Lo extraño del caso -que apenas está en proceso y que deberá resolver un juez- es que haya pasado de ser un ataque más de la delincuencia organizada, a “un simple robo”. *** Yunes Linares nos quiere convencer de que las muertes que produce la delincuencia organizada son, siempre, de “gente que anda en malos pasos”. Nos quiere hacer creer que nadie que “vaya por el camino del bien” corre peligro frente a estas mafias. *** El doctor Casanova murió y junto a su cuerpo fue dejada la marca de una banda delictiva. Eso no quiere decir que el profesionista haya tenido algún vínculo con ellos. Lo que sí quiere decir es que nadie está a salvo de la barbarie de esos grupos criminales. *** Lo que también queda claro, es que nuestros cuerpos de seguridad salieron buenos para contar muertos, no para proteger a la sociedad. *** Y mientras la inseguridad sigue sin control, el gobernador demuestra que sabe ser “derecho” con sus amigos. *** ¿O no, Jaime?

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De muchas cosas habían acusado al actual gobernador de Veracruz, menos de estar loco. Hoy el que lo tacha de orate es el vetusto líder agrario, César del Ángel Fuentes.

Recluido por orden de un juez de control, luego de que se le vinculara a proceso por los delitos de estragos, motín e incitación a cometer un delito, el dirigente del Movimiento Nacional de los 400 Pueblos divulgó una carta dirigida a la opinión pública, pero con una petición directa al Presidente Enrique Peña Nieto y al secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio, para que constaten “el estado en que se encuentran las facultades mentales del gobernador Yunes Linares”.

A decir verdad, no hay elementos, ni sintomatología, que permita concluir que Miguel Ángel Yunes esté fuera de sus cabales. Está, eso sí, algo “inquieto”. Hace ya tiempo que su fiscal-carnal no mete a la cárcel a otro duartista y los que están adentro cada día están más cerca de su salida.

¡Le urge distraer a los veracruzanos con ese circo! Que se olviden por un buen rato de las ejecuciones, de los delitos de alto impacto del fuero común, o de la renegociación de la deuda pública.

Por eso fue -entre otras razones- que se agarró, como a un clavo ardiente, al refrito del periódico Reforma, sobre el supuesto patrocinio de los Zetas a la campaña de Fidel Herrera.

¡Necesita escándalos que apunten a otro lado, no a él!

No quiere que con la aparición del reportaje sobre los Paradise Papers, los veracruzanos se acuerden que en un trabajo similar –los Panamá Papers- apareció su familia, esa que siempre ha vivido en la “honrosa medianía” que permite el servicio público.

Lo de César del Ángel es, desde la perspectiva del mandatario veracruzano, “un caso resuelto”. Hay viejas facturas que le está cobrando y pretende que –por su avanzada edad- el líder agrario ya no salga vivo de la cárcel.

De ese tamaño. Así se las gasta nuestro gobernador.

Es algo que ya se ha dicho hasta la saciedad y que, seguramente, no aparecerá plasmado en su primer informe de gobierno: La aplicación selectiva, tramposa, visceral y convenenciera de la justicia.

No hay policías suficientes para cuidar a los comercios de la entidad, los que –a partir de que sea aprobada la iniciativa del gobernador- tendrán que pagar de su bolsa todos los implementos de vigilancia; no hay policías suficientes para levantar tanto cadáver regado por todo el territorio veracruzano; no hay policías suficientes para proteger a maestros, médicos, enfermeras, que han optado por huir de las zonas de mayor incidencia delictiva.

No hay policías para eso, pero sí los hay para cuidar al “cachorro”. Sitio a donde se mueve al virtual candidato de la alianza PAN-PRD a la gubernatura, sitio que es “blindado” por elementos policiacos. Esos mismos que deberían sumarse a la lucha contra la delincuencia.

Justicia y seguridad, sólo para los que Yunes Linares quiere.

¿Los otros?

¡Que se rasquen con sus uñas!

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Epílogo.

Está claro que no será mañana cuando empiece a producir el yacimiento Ixachi-1, descubierto cerca de Cosamaloapan, pero lo que ya deben empezar a hacer es generar la infraestructura que se habrá de requerir. Este martes el neopanista José Luis Enríquez Ambell propuso enviar un exhorto al Presidente Enrique Peña Nieto, y al Director de Pemex, el veracruzano José Antonio González Anaya, para que asignen mayores recursos de inversión a la exploración petrolera, y aceleren el proceso de explotación y desarrollo del yacimiento petrolero. *** Los colaboradores del gobernador entienden muy bien que, a pesar de los “ahorros” y de los recursos adicionales que ha enviado el gobierno federal, en la administración estatal no hay dinero y se han puesto a escarbar en los documentos encontrados a su llegada, para buscar de dónde rascar unos cuantos pesos. El ejemplo más claro fue el famoso programa de reordenamiento del transporte público, que no fue otra cosa que un invento para sacarles dinero a los transportistas. Ahora el gobernador se aventó la puntada de cobrar por los paquetes de obras de la Dirección de Espacios Educativos y por expedir la Constancia de No Antecedentes Penales. Este gobierno no paga, pero ¡qué bueno salió para cobrar! *** Mientras Miguel Ángel Yunes Linares presumía de la “eficacia” de su Fiscalía, al dar con los presuntos homicidas del doctor Casanova, en Acayucan no lograban reponerse del “regalito” que les fue dejado a unos metros de la sala de juicios orales y del reclusorio regional. En el interior de un vehículo Nissan Versa color gris fueron hallados los cadáveres de dos hombres, uno en el asiento trasero, y otro en la cajuela. En el parabrisas del vehículo fue colocada una cartulina en la que se explicaba que los muertos eran “el Sombra” y “el Quino”, quienes (según ese texto) se dedicaban al secuestro y homicidio. Los pusieron como responsables del “levantón” y muerte de Carlos Vicencio Rodríguez Pazos, quien fuera hallado sin vida el 28 de septiembre, en Soconusco. *** ¿Pleito de bandas o escuadrones de la muerte?

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