Luego de que el reo más famoso de Guatemala, Javier Duarte, lanzara la acusación de que Veracruz es un estado fallido, el gobernador Yunes reviró que era otra de sus ocurrencias y que esa no era la opinión de los veracruzanos. Pero no tardó mucho en enterarse de que, en efecto, la patria chica empieza a mirarse en ese espejo.

De no ser por el persuasivo tolete, el número de manifestaciones en el primer semestre de gobierno hubiera superado con creces cualquier periodo del gobierno anterior. Al menos así lo informó el Secretario General de Gobierno, Rogelio Franco, en respuesta a una solicitud de información pública al área de transparencia de la dependencia, dada a conocer este jueves por Al Calor Político.

Según sus cifras, las oficiales pues, en los primeros seis meses de gobierno –del primero de diciembre de 2016 al 31 de mayo pasado-, se registraron 851 manifestaciones en el estado, es decir, un promedio de 5 al día. En 2014, cita el informe, el gobierno de Duarte tuvo 880 manifestaciones en todo el año.

A estas horas, quien proporcionó esta información ya debe andar buscando chamba. No sólo puso en evidencia a un gobierno en un constante desencuentro con grupos sociales –entre los manifestantes se cuentan empresarios, comerciantes, colonos, maestros, estudiantes, familiares de desaparecidos, burócratas despedidos, policías, entre muchos otros-, sino que mostró la ignorante bipolaridad del segundo hombre en importancia dentro del gobierno.

Así, mientras Rogelio Franco presumía irresponsablemente de que Veracruz se encuentra en calma chicha –“todo está normal y en tranquilidad” respondió al ser cuestionado sobre los hechos violentos en Cardel y Coatzacoalcos-, sus subalternos mostraban la crisis de gobernabilidad por la que atraviesa el estado.

En un estado donde habitamos más de 8 millones de personas siempre habrá problemas. Pero además, dadas las condiciones políticas y económicas, es normal que el estado esté en efervescencia. Muchos grupos y sectores sociales pasan por una severa crisis, en buena parte, debido a los compromisos que el gobierno –el actual y el anterior- no han resuelto.

La administración de Miguel Ángel Yunes ha dicho –y lo ha cumplido- que no responderá por los adeudos heredados. Y en esta situación están lo mismo presidentes municipales, que la Universidad Veracruzana, estudiantes y becarios, productores del campo y cualquier cantidad de personas, empresas y comercios. En sentido estricto, la razón le asistiría al mandatario, al menos hasta conocer el origen de tales compromisos.

Por ello es que no se entiende que muchas de estas manifestaciones –como lo reseña puntualmente el reportero José Topete de Al Calor Político-, han sido resueltas mediante el uso de la fuerza pública. Así hemos visto desalojos en el centro de la ciudad de Xalapa, en las plazas públicas, en las carreteras, colonias o en asentamientos irregulares.

En muchos casos, las mesas de dialogo han sido suplantadas por la fuerza del garrote, lo que ha inhibido que otros grupos se manifiesten; pero aún así, se mantiene un registro de casi 5 manifestaciones al día, según la propia Secretaría de Gobierno.

Si en efecto, no es un estado fallido como dice el gobernador, y que hay calma y tranquilidad como asegura Rogelio Franco, entonces ¿por qué tanta gente sale a las calles a manifestarse todos los días? Y si bien el informe no lo refiere, sería bueno saber qué sucedió, qué respuesta hubo, a esas 851 manifestaciones –en las que no se incluyen las del mes de junio- que involucran a miles de personas.

La expresión de Duarte seguramente lastimó el orgullo del mandatario al grado que salió a responderle. Pero si la crisis económica sigue igual, la violencia va en ascenso y las manifestaciones se multiplican por doquier a pesar de la presencia de la policía, quiere decir que los veracruzanos sí perciben que algo está fallando.

Queda claro que el joven ex dirigente del PRD no sale a la calle, no lee periódicos, nadie le reporta lo que sucede y ni siquiera revisa lo que su oficina emite como información pública. Todos ven lo que él niega.

Si bien los pronósticos sobre su salida de la Secretaría de Gobierno apuntaban al mes de junio, una vez concluido el proceso electoral, Rogelio Franco ha tenido la suerte de que la eventual construcción de un amplio frente amplio –encabezados por los dirigentes nacionales del PAN y el PRD- lo mantenga con vida. Es evidente que su permanencia depende de esa alianza y no de su capacidad y desempeño. De otro modo, ni siquiera hubiera llegado al cargo.

Las del estribo…

  1. Pues resulta que la bitácora de vuelo que circuló profusamente en redes sociales este jueves –en la que se señalaba al actual gobernador de haber utilizado aeronaves del gobierno en los tiempos de Duarte- fue desconocida por el propio Alejandro Sánchez Domínguez, ex director general de Aeronáutica del Gobierno del Estado. Cosas de la magia negra.
  2. Dice el OPLE que los partidos se quedarán con la mitad de su presupuesto en lo que resta del año. Acusa irregularidades en el proceso electoral pasado. Pero no se preocupen, en la lógica política podrá no haber dinero para lo urgente pero sí para lo necesario.