Prefacio.

La relación de irregularidades y de evidentes abusos de los instrumentos del poder es gigantesca. No hay municipio en el territorio veracruzano en el que no se hayan detectado operativos de compra de votos, de represión contra los grupos opositores y hasta de agresiones físicas. *** La instrucción fue contundente: Las fuerzas policiacas y los grupos de choque contratados para este domingo, deberían inhibir la participación de los partidos opositores y proteger a los promotores del voto de la alianza PAN-PRD. *** Ese es, en gran medida, el truco de estos operativos. Se trata de desarrollar una extensa red de operadores, que incluyan a los que compran votos, a los que acarrean votantes, a los que reprimen a la oposición y tener siempre listos grupos de choque para “reventar” casillas que pudieran resultarles negativas. *** La idea es que sean tantos los frentes y tantas las acciones violatorias de la ley, que no haya forma de que los resultados en las urnas sean negativos, y tampoco habrá partido u organización civil capaz de consignar y documentar todas esas irregularidades. *** La consecuencia de todo ello es que los tribunales, sin elementos de prueba, terminarán por ratificar los resultados anunciados el día de la elección. *** Este fue un fraude gigantesco y sólo fue “el ensayo”. Para el próximo año Miguel Ángel Yunes Linares espera tener mejor coordinada toda esta maquinaria electoral. *** ¿Les recuerda a alguien?

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“Ahora van a ver cómo se opera una elección desde el gobierno. Hoy Veracruz va a confirmar el cambio”.

Miguel Ángel Yunes Linares juró en discursos grabados que esta entidad viviría “por primera vez” una elección en la que no intervendría el gobierno estatal. Sabía, sin embargo, que eso no era cierto, pues él mismo se encargó de dirigir la operación más intensa y sucia en la historia electoral de Veracruz. Lo repetía, en realidad, porque con ese mensaje remitía a la sociedad a los tiempos en los que era el PRI el que se robaba las elecciones.

Y al grito de: “¡Agarren al ladrón!” mientras se embolsaba la cartera, fue ahora la alianza en el poder, integrada por el PAN y el PRD, la que desplegó recursos sin medida para “motivar” a los ciudadanos a votar por la etiqueta azul y amarilla.

Una manipulación de tales dimensiones, un fraude de tal tamaño, sólo es comparable al que maquinó en el 2007 y en el 2010 Fidel Herrera Beltrán, el alter ego de quien hoy gobierna Veracruz.

Hace siete años, en vísperas de la elección a gobernador (el miércoles previo a la jornada electoral) tuve la oportunidad de charlar con el entonces mandatario estatal, Fidel Herrera Beltrán, quien estaba especialmente interesado en convencerme de que los ataques de Miguel Ángel Yunes Linares (candidato por primera vez a la gubernatura de Veracruz) no habían impactado de forma importante a “su” candidato, Javier Duarte.

La cita fue en Casa Veracruz y, como era su costumbre, el nativo de Nopaltepec llegó más de una hora tarde.

Mientras esperaba su llegada, en los jardines de la residencia oficial, observé con atención a las personas que hacían “antesala” para saludar el gobernador. Había, entre otros, líderes agrarios, representantes de agrupaciones religiosas y dirigentes de diferentes sectores.

En el tiempo de espera, fui testigo de cómo muchos de esos visitantes se retiraban incluso antes de que llegara el gobernador. Lo hacían después de pasar a algún salón de la residencia y salían cargando maletas deportivas, de esas que se cuelgan a la espalda. No había que ser adivino para inferir lo que portaban en ellas.

En un rincón algo alejado, en el patio de la casa principal, cobijado por la sombra, esperaba paciente un personaje que en ese tiempo jugaba un papel fundamental en la oposición veracruzana: Juan Carlos Mezhua Campos, secretario general del PRD.

Él sí espero a la llegada de Fidel Herrera, cruzó unas breves palabras con él y después acompañó a un ayudante del gobernador a uno de esos salones privados. Salió, como todos, cargando su respectiva maleta.

En las crónicas posteriores a la jornada electoral se dio un hecho muy singular: En Zongolica, la candidata ganadora, la perredista Lidia Mezhua Campos (casualmente, hermana del dirigente perredista) era acusada de comprar los votos a su favor. El caso fue curioso, pues hasta ese momento el PRD nunca había sido acusado de esas prácticas, por la simple razón de que nunca había tenido los recursos que una operación de esas requiere.

Hoy, siete años después, el candidato a la alcaldía de Zongolica fue –¡oh coincidencia!- Juan Carlos Mezhua, y los reportes que llegaban desde la sierra hasta la madrugada del lunes, aún no definían a un vencedor, pero había reiteradas observaciones en el sentido de que el abanderado de la alianza PAN-PRD (Juan Carlos Mezhua) puso en práctica un operativo muy similar al que aplicó para que Lidia Mezhua lograra la Presidencia Municipal.

Su hermana fue alcaldesa gracias al patrocinio de Fidel Herrera, y él podría ser alcalde gracias a la generosidad de Miguel Ángel Yunes Linares.

De esas cosas raras que tiene la política en Veracruz.

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Epílogo.

Algo que no ha entendido Miguel Ángel Yunes Linares, es que fue elegido gobernador de Veracruz, no “dueño” de esta entidad. No aprende que por el sólo hecho de que él lo diga, no significa que se le va a creer. Eso sucede con el caso del desarrollo comercial y urbanístico que fue autorizado por la actual administración estatal en el área natural protegida de “Tembladeras”. Ya está confirmado que en enero del presente año, la Secretaría Estatal de Medio Ambiente le aprobó a la empresa Ansasa Inmobiliaria, promotora del Complejo Covadonga, una Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) que le había rechazado el gobierno de Javier Duarte en el mes de noviembre de 2016. Un embuste, la afirmación de Yunes Linares en el sentido de que “él no aprobó dicha obra”. *** En estos últimos días a la inseguridad que ya se hizo cotidiana en Veracruz, se agregó la violencia vinculada con el proceso electoral. Cuentan quienes de esto saben que el recrudecimiento de la delincuencia está íntimamente ligado con el interés de inhibir la participación ciudadana en las urnas. Un caso lamentable, que en otro momento hubiera tenido mayor repercusión, fue el hallazgo durante el fin de semana de 19 bolsas de plástico, con restos de al menos ocho cuerpos humanos. Las bolsas fueron encontradas la noche del viernes cerca de la carretera estatal que comunica a la comunidad de Matatenatito con La Balsa, en el centro del estado, justo una región donde se tiene ubicada la actividad de los huachicoleros. Sabremos más de este caso en los próximos días.

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