Llegó a mi mail y a mis ojos la “Propuesta para reorganizar y mejorar la promoción y la práctica del deporte en el Estado de Veracruz”, que hace María Fernanda D’Oporto Romero.

Es interesante su proposición, pero se vuelve singular a la vista de que ella practica el deporte, pero de una manera extrema, pues es “ultra maratonista”, como si correr a secas los 42 kilómetros y 195 metros de un maratón no fuera una prueba extraordinaria de la resistencia humana.

Bien, esta deportista se queja en su texto con razón -digo yo- de que en Veracruz “para quienes practicamos un deporte no profesional, ni federado, pero sí de alto rendimiento, como es el ultra maratón, el ciclismo de largas distancias, la natación de largas distancias, el alpinismo, entre otros, es evidente la problemática a la que nos enfrentamos, desde las instalaciones inadecuadas y/o carentes de mantenimiento y de seguridad; la falta de apoyos e incentivos de los organismos públicos responsables de esta actividad -altamente burocratizados-, y en los cuales no estamos debidamente representados, ya que generalmente los presiden personas que no son deportistas, que son designados por intereses políticos y quienes lejos de trabajar por mejorar el deporte, se dedican a usufructuar los presupuestos y a quejarse de la falta de recursos.”

Y lamenta que los dineros públicos deportivos se van a financiar a equipos profesionales de futbol o basquetbol, cuando “podrían canalizarse a apoyar a los deportistas de rendimiento y de alto rendimiento, con lo que el estado mejoraría sus resultados en las competencias nacionales e internacionales.”

La maestra D’Oporto propone que la activación física y la promoción del deporte son prioritarias para la prevención de las enfermedades, y para impulsarlas debidamente “se requiere integrar todos los programas existentes en las dependencias y entidades de la administración pública, en los diferentes órdenes de gobierno, mediante una política de coordinación y transversalidad que evite la dispersión de esfuerzos y optimice los recursos que se destinan a esos programas.”

Otro problema que ella observa es la centralización de la estructura del Instituto Veracruzano del Deporte. Obvio, es urgente contar “con mayor presencia e integración del deporte en el ámbito municipal” y establecer “instancias regionales de promoción deportiva”.

Experta en un tema en el que es conocedora y protagonista, señala que generalmente, quienes están al frente de los Comités Municipales del Deporte aplican los recursos discrecionalmente, porque actúan sin un programa y un presupuesto que hayan sido aprobados por el cabildo correspondiente “y que atiendan las prioridades establecidas en la Ley”.Ella opina que los responsables del deporte municipal deberían rendir cuentas al Cabildo y no al Presidente Municipal, como ocurre ahora.

Y en lo general, María Fernanda hace propuestas serias para mejorar la práctica del deporte en la entidad, como:

“Rescatar para la práctica deportiva instalaciones como la del Velódromo de Xalapa, destinado actualmente a la realización de eventos.

“Depurar los organismos encargados de promover el deporte, estableciendo claramente los perfiles de quienes deban ocupar los cargos directivos para evitar que accedan a ellos personas ajenas al deporte y sin conocimientos, ni compromiso con el mejoramiento de la actividad deportiva.

“Promover una mayor colaboración pública-privada en el desarrollo del sistema deportivo, para lo cual se requiere incluir en la Ley mecanismos para transparentar la integración y el funcionamiento del Patronato de Fomento Deportivo, estableciendo la obligación de rendir cuentas y permitiendo que los deportistas tengan representación y ejerzan una contraloría ciudadana.”

Sabias ideas que llevarían sin duda a una mejor salud de la población, pero también a recuperar el orgullo y el protagonismo que llegó a tener la fuerza verde de Veracruz en las competencias nacionales e internacionales hace ya, ay, tantos años.

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