Al emitir su mensaje en el marco de los foros de consulta ciudadana para la integración del Plan Veracruzano de Desarrollo 2016-2018, el gobernador electo, Miguel Ángel Yunes Linares, reconoció lo obvio, que dos años no serán suficientes para revertir la situación que enfrenta la entidad.

Por supuesto, asumir un discurso en diferente sentido hubiera sido una irresponsabilidad, dada la dimensión de los problemas que se registran en un estado en que más de la mitad de la población se encuentra en situación de pobreza; en que los habitantes acusan temor por los elevados niveles de inseguridad y violencia; en que los índices de empleo y desarrollo económico son sumamente bajos; una entidad, Veracruz, cuyas finanzas públicas están, por decir lo menos, sumamente comprometidas.

El estado se encuentra al borde de la quiebra por los enormes pasivos; su población, empobrecida e insegura. A la burocracia les pagan a destiempo; y a los jubilados y pensionados les va peor todavía. Ni siquiera los centros de salud se han salvado de los recortes; muchos no cuentan con médico ni medicinas.

Debido a ese, que es un diagnóstico próximo a la tragedia, Yunes Linares no podía ni debía asumir un discurso mesiánico, que desbordara optimismo; al contrario, fue sumamente cauto porque tiene claro que dos años no alcanzarán para enderezar el rumbo de una nave al borde del naufragio.

Así las cosas, ante el limitado margen de maniobra por la falta de recursos en el gobierno estatal, lo más probable es que uno de los primeros anuncios del próximo ejecutivo veracruzano se relacione con la reducción del gasto y con un programa de austeridad que podría incluir la eliminación de los beneficios de la alta burocracia, al margen del salario; por ejemplo, compensaciones, vehículos y personal de seguridad a cargo.

Ese ha sido, por cierto, uno de los principales motivos de crítica a los funcionarios del actual gobierno, que ofrecen pocos resultados y por ello resultan muy caros para las finanzas estatales.

Pues bien, regresando al tema del mensaje de Yunes Linares en el marco de los foros para integrar el Plan Veracruzano de Desarrollo, el gobernador electo se refirió este jueves a los problemas que enfrenta Veracruz; dijo que el gobierno federal y la actual administración veracruzana deben evitar que la entidad siga caminando al precipicio; y puso como ejemplo los elevados índices de homicidio y la pérdida de unos 60 mil empleos en lo que va del año.

El proyecto del grupo Boca del Río

Fue en ese contexto en que reconoció que dos años no serán suficientes para enfrentar con éxito los retos del gobierno veracruzano; por ello, no falta quien señale que el verdadero proyecto de Miguel Ángel Yunes no era la gubernatura de este año, sino la siguiente administración, que comenzará en 2018 y concluirá hasta 2024. Esa sería, nos dicen, la meta política del grupo Boca del Río, la gubernatura dentro de dos años, cuando todo parece indicar que Acción Nacional podría postular al actual alcalde boqueño, Miguel Ángel Yunes Márquez.

Para eso faltan dos años; la diferencia entre 2016 y 2018 radicará en que los partidos Acción Nacional y de la Revolución Democrática ya no participarán en alianza en Veracruz, debido a que ese proceso se juntará con la sucesión presidencial; el PRD estaría cada vez más cerca del Movimiento de Regeneración Nacional, Morena, con Andrés Manuel López Obrador como candidato. Así, todo apunta a que la siguiente elección para la gubernatura veracruzana se convertirá, otra vez, en una contienda de tercios, con un resultado mucho más cerrado que el del presente año.

El valor de las obras

Al ser testigos de la cantidad de agua que ha caído en la capital en estos últimos días, y los daños colaterales que se ocasionan, uno se pregunta ¿Qué sería de Xalapa sin la inversión que el gobierno xalapeño, que encabeza Américo Zúñiga Martínez, ha realizado en materia de infraestructura hidráulica?.

El Colector Fernando Gutiérrez Barrios, por ejemplo, es una obra sin precedentes que representa más de 37 millones de pesos, para canalizar miles de litros de agua y que ya ha funcionado correctamente en sus dos primeras etapas, evitando las concurrentes inundaciones de San Bruno.

Xalapa arrastra un gran rezago en materia de obra pública, que en este gobierno municipal va superando al invertir cerca de mil 200 millones de pesos en infraestructura, y de este monto una gran parte han sido destinados a la construcción de colectores pluviales.

Junto con la Comisión Nacional del Agua, CONAGUA, la autoridad municipal este año invierte más de 150 millones de pesos para obras de infraestructura hidráulica. Esto significa que lejos de detenerse a ver la lluvia caer, hay autoridades comprometidas con remediar el temporal y el valor de las obras en la capital veracruzana es que se están realizando. @luisromero85