En octubre, es decir, dentro de unos tres meses, empezará formalmente el proceso de elección de presidentes municipales del Estado de Veracruz.

En marzo de 2017aproximadamente, es decir, dentro de unos ocho meses, serán determinados los candidatos de los partidos que contenderán solos o en alianza en los 212 municipios.

El 5 de junio de 2017, es decir, en once meses y ocho días, serán elegidos los alcaldes que tomarán posesión el 1 de enero de 2018, dentro de unos 18 meses.

Faltan pues tres, ocho, once y 18 meses para que se cumplan las fechas cruciales del cambio de los ayuntamientos veracruzanos.

Y con esos meses por delante, que para unos son pocos y para otros una eternidad, en realidad ya se andan moviendo los suspirantes que creen que pueden aspirar (¿o aspirantes que creen que pueden suspirar?) a ser abanderados por un partido u otro, por una alianza u otra, y/o hasta por una candidatura independiente más o menos exitosa.

Los probables candidatos ya se mueven en sus poblaciones de origen, saludan a sus vecinos con toda amabilidad, le entran a los apoyos sociales, compran todos los boletos de rifas que les vendan, ayudan a escuelas y colegios, a iglesias y curas, a asociaciones y líderes. También se dan su vuelta por Xalapa o -ahora- Boca del Río. Invitan a comidas a dirigentes de sus partidos, a funcionarios, a periodistas… hasta a seudoperiodistas. Visitan a Andrés Manuel en México…

La buscan desde ya, y van con todo, aunque saben que es un arriesgue porque ya nadie garantiza un triunfo como antes con el PRI, cuando te nombraban candidato, te daban una buena lana para la campaña y te prestaban la estructura electoral del partido.

Pero ahora ya no. Ahora hay que buscar primero la candidatura y después ganar la elección con las propias fuerzas.

Obvio, las plazas más peleadas son las ciudades grandes, porque tienen presupuestos más jugosos y una representación más lucida: el Puerto de Veracruz, Boca del Río, Xalapa, Coatzacoalcos, Córdoba son las joyas de la corona, pero tampoco son de desestimar Tuxpan, Poza Rica, Martínez de la Torre, Coatepec, Orizaba, San Andrés Tuxtla, Acayucan, Minatitlán.

En realidad, con la modificación al 115 constitucional que le dio facultades financieras autónomas a los ayuntamientos, éstos se volvieron un bocado apetecible para políticos y ciudadanos, que vieron en ello una oportunidad de hacerse de una fortuna personal.

He ahí una razón por la que muchos quieren ser alcaldes. También hay otras, como la de ayudar y servir a la ciudad o el pueblo en el que se vive.

Bueno, pues ya estamos en plena lucha de los que consideran que pueden ser, que deben ser, que se las deben, que se la merecen. Y es una lucha que enfrenta a primos contra primos, a hermanos contra hermanos, a compadres contra compadres.

El poder que da una presidencia municipal es un poder cercano, que se ejerce entre los conocidos de siempre; se disfruta más que el poder lejano de un gobernador o un presidente de la república.

Por eso es que las municipales son tan intensas, tan violentas, tan sangrientas.

Y ya las tenemos encima…

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