Este lunes 20, el gobernador Javier Duarte de Ochoa se reunió, en el salón Yanga de Casa Veracruz, con un grupo de alcaldes, todos militantes del Revolucionario Institucional o de los partidos aliados.

Desde la oficina del gobernador se había convocado a más de 140 presidentes municipales, que en su mayoría acudieron al llamado.

Posteriormente, en un escueto comunicado de prensa, el área de comunicación social del gobierno estatal se refirió al reconocimiento que habría hecho el ejecutivo estatal al trabajo que realizan los alcaldes “en favor de la sociedad a la que representan para generar el cambio y desarrollo de Veracruz”.

A la par, los medios consignaron la creación de algo así como una agrupación de presidentes municipales, el llamado “Frente Amplio de Alcaldes”, que tendría como uno de sus principales objetivos conseguir que las participaciones federales sean depositadas directamente a los ayuntamientos, sin pasar por el gobierno estatal.

De igual manera, trascendió que los 148 alcaldes del PRI y de los partidos aliados estarían conformando un frente ante el próximo gobernador en temas de legalidad, procuración de justicia, seguridad y gobernabilidad.

En dicha reunión destacaron los alcaldes de los municipios más poblados, Veracruz, Xalapa, Coatzacoalcos, Poza Rica, Tuxpan, y Martínez de la Torre, entre otros.

Lo que llama la atención; sin embargo, no es la creación del llamado “Frenna”; mucho menos el reconocimiento del gobernador al trabajo de los ediles; sino el mensaje político partidista que no trascendió y que fue muy poco mencionado por los medios.

De acuerdo con versiones de algunos asistentes, el gobernador no sólo habló de ese reconocimiento a que se refirió el comunicado oficial,  sino que también se expresó sobre los cambios que se registrarían en el escenario político estatal, como consecuencia de la derrota del Partido Revolucionario Institucional en las elecciones para gobernador del estado del presente año.

Según las fuentes consultadas, Duarte de Ochoa habría señalado que la etapa en que el gobernador en turno decidía en el partido y en los ayuntamientos era historia; que él (Duarte) sería el último factor en la toma de decisiones y que a partir de ese momento, los alcaldes tenían todas las facultades para asumir la jefatura política de sus respectivos municipios; que los temas de la sucesión en los ayuntamientos estaban en las manos de los presidentes municipales y que ya no había liderazgo estatal; que nadie podía asumirse como líder en el partido porque no existía ya la llamada línea; y que tenían que cuidarse las espaldas porque el próximo gobierno iniciaría una persecución contra los ediles priistas. En pocas palabras, que cada quien se rascara con sus uñas porque los tiempos de los padrinos políticos eran cosa del pasado.

Por supuesto, las caras de los alcaldes, nos dicen, reflejaban una mezcla de incredulidad y desconcierto; estupefactos, pasmados algunos; e inquietos y preocupados otros.

Al terminar la comida en Casa Veracruz, algunos alcaldes se quedaron con dudas sobre los destinatarios de las palabras del ejecutivo en torno al liderazgo estatal; sobre todo porque en estos días se han generado especulaciones sobre el papel de dos actores políticos que han adquirido relevancia en los últimos años: el ex candidato al gobierno del estado, Héctor Yunes Landa, quien está a punto de regresar a la Cámara Alta para desde ahí retornar a su activismo; y el senador José Francisco Yunes Zorrilla, quien ya levantó la mano de cara al proceso sucesorio de 2018.

Como sea, es claro que esa parte del mensaje del gobernador en poco abonó a la unidad priista y en mucho a la división y a la fractura; pareciera que los esfuerzos se concentran en evitar la reorganización del tricolor; o más bien, la llegada de cualquiera de los dos rostros que más suenan para asumir el liderazgo estatal del PRI.

Reflectores en Xalapa

Américo Zúñiga Martínez encabeza uno de los gobiernos municipales que más obra pública ha construido en su administración y lo ha hecho sumando los  apoyos federales que ha logrado convocar de manera eficaz. El caso más reciente de esta fórmula de inversión conjunta es la rehabilitación del IMAC, auditorio cultural que concentró fondos del Ayuntamiento de Xalapa y de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), por un monto total de 22 millones de pesos que han hecho renacer a uno de los espacios públicos que parecían inútiles o perdidos. El munícipe inauguró ya el Segundo Festival Internacional de Jazz que se realiza en esta ciudad y que concentra a un gran elenco de músicos de todo el mundo.

De ahí que los reflectores se dirijan a Xalapa por diversas causas, la cultural y la social, aunque también es la política una de las principales actividades por las que la capital del estado tiene trascendencia nacional. En ese terreno, Américo Zúñiga asume una proyección especial, que muy pocos veracruzanos actualmente tienen. En su calidad de presidente de la Federación Nacional de Municipios de México (FENAMM) fue invitado de  honor a la IV Sesión Ordinaria de la Comisión Política Permanente del PRI, donde Manlio Fabio Beltrones presentó su renuncia a la dirigencia nacional del PRI, apenas el pasado lunes. En ese nivel es en el que anda el munícipe xalapeño, donde las decisiones se toman, los reflectores se dirigen, y las  presencias fortalecen. @luisromero85