Del domingo 3 de abril y hasta el 2 de junio, los veracruzanos seremos bombardeados inmisericordemente con la estridencia de la madre de todas las batallas electorales, la que tendrá como corolario la elección (el 5 de junio) de quien se hará cargo durante dos años de un gobierno estatal maltrecho, y de quienes conformarán durante el mismo periodo un Congreso local que hoy está manchado por la ignominia y el espíritu rastrero de la mayoría de sus integrantes.

Pero no parece que el 5 de junio terminará el electoral ruido. Mucho antes de que se arrojen al ruedo del abierto proselitismo, los golpes bajos, las campañas sucias, las constantes denuncias, hacen prever que el proceso será judicializado, se recurrirán los resultados en los tribunales electorales y las denuncias mediáticas sobre supuestos o reales actos ilegales o excesos en los gastos de campaña se multiplicarán para cruzar un periodo de crispación política.

En los comicios de Veracruz, todo parece estar permitido. Cada una de las pifias administrativas y políticas cometidas por el gobernador Javier Duarte de Ochoa, y mire que no son pocas, están teniendo su proyección en la figura del candidato priista Héctor Yunes Landa, quien hasta el momento ha tratado de mantenerse firme en su estrategia de priorizar las propuestas de gobierno en lugar de subirse al ring para responder al golpeteo de su principal adversario, su primo Miguel Ángel Yunes Linares.

Los priistas de base y los líderes regionales y sectoriales quieren que su partido muestre mayor músculo; se desesperan porque ni su dirigente estatal Amadeo Flores Espinosa ni su candidato quieren hacerle el caldo gordo al candidato de la alianza PAN-PRD, quien no descansa en su permanente violencia verbal contra el gobernador y contra ‘su’ candidato a sucederlo.

Y en las últimas fechas, los temas no escasean, desde la irracional retención del presupuesto a la Universidad Veracruzana por parte del gobierno duartista, hasta el caso de la menor de edad violada por cuatro jóvenes criminales que pertenecen a la elite jarocha, cuya indagatoria ha durado un año por inacción de la Fiscalía General, pasando por la desaparición de jóvenes a manos de la Policía tanto en Tierra Blanca como en Papantla, además de los altos niveles de inseguridad.

Todos esos temas le han sido endosados a un candidato priista que, paradójicamente, ha debido resistir el ninguneo, la mala entraña y el golpeteo del propio gobernador, quien ha sido un verdadero fardo para su partido y su candidato.

Encuestas que no has de beber…

En el juego de las encuestas también ha tenido que tragar sapos Héctor Yunes Landa, quien por cierto ha guardado el debido silencio electoral. Mientras unas encuestas le dan una ventaja de más de 10 puntos a Miguel Ángel Yunes, otras observan una ventaja del priista sobre el candidato de la alianza PAN-PRD.

Sin embargo, como señalara el candidato del Movimiento Ciudadano a la Gubernatura, Armando Méndez de la Luz, un mapa es el que muestran las encuestas cuando solo hay aspirantes, otro muy distinto cuando ya hay candidatos, y todavía más complicado cuando se realizan las campañas electorales.

Y lo decía también para el caso de la supremacía que en el ámbito nacional muestra el dirigente nacional de Morena, Andrés Manuel López Obrador, quien marcha a la cabeza en la preferencia ciudadana entre los hipotéticos candidatos presidenciales de 2018.

Este último dato, por cierto, el de la enorme popularidad del dirigente de Morena, será muy importante el próximo 5 de junio en favor del candidato de ese partido al gobierno estatal, Cuitláhuac García Jiménez, quien buscará incrementar la cosecha de votos en la primera elección local en que participará el partido creado a raíz de la escisión del PRD.

¿Cuál será la constante en la contienda que dará inicio este domingo? Por supuesto, el discurso incendiario de Miguel Ángel Yunes Linares (quien estará vigilante tanto de la agenda pública como de cuánto gasta el PRI); la actitud de reserva por parte del PRI para evitar que el panista module y gane la agenda electoral, o la lleve a su terreno, dejando en grave predicamento al candidato Yunes Landa.

Y es que pese a haber mostrado preocupaciones similares en torno a la corrupción del gobierno duartista, el candidato priista tendrá que moderar sus señalamientos para evitar las sacrosantas vendettas del gobernador, quien ya ha mostrado de qué es capaz para revirar afrentas aun cuando ponga en riesgo el triunfo del PRI, que le significaría enfrentar duros procedimientos judiciales.

Por lo pronto, al meritito inicio de este domingo, es decir, poco después de la medianoche, Héctor Yunes Landa comenzará campaña en el Puerto de Veracruz, con una verbena que comenzará al fenecer el sábado, no solo ahí sino en los 29 cabeceras distritales restantes, donde los priistas prácticamente alertarán a su gente de que la batalla ha comenzado. Ya en el día se reunirá con la estructura partidista, ofrecerá una conferencia de prensa y sostendrá una reunión con universitarios.

Miguel Ángel Yunes Linares, por su parte, comenzará su campaña en Boca del Río, aunque no conozco los detalles; Armando Méndez de la Luz la iniciará en Xalapa con un desayuno con su estructura en el Casino Español. No sabemos dónde andarán Cuitláhuac, de Morena; Alba Leonila Méndez Herrera, del Partido del Trabajo; Pipo Vázquez Cuevas, del Partido Encuentro Social, y Juan Bueno Torio, candidato independiente.

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