Poniendo la vista en otros ámbitos, fuera de la carrera por la minigubernatura, viendo más allá de Javier Duarte de Ochoa (porque después de él hay mucho más), se dan hechos cotidianamente que hacen pensar a las y los ciudadanos en qué ciudad vivimos; que nos hacen preguntarnos, a nosotros mismos, ¿merecemos los funcionarios que tenemos?, ¿no somos dignos de servidores públicos mejor preparados y con una visión correspondiente al momento que vive nuestra sociedad? Un par de notas para ilustrar lo anterior son del mismo día en que un servidor escribió el texto que usted lee. No voy a citar más que el titular.

La primera apunta: “Toman empleados de la Sefiplan instalaciones, por incumplimiento de pagos”. Lo que podríamos titular también “Machetazo a caballo de espadas”, el colmo, ejemplo del desastre financiero. Los mismos empleados que laboran en la institución encargada de administrar los recursos públicos son víctimas de sus mismos jefes. ¿Queda alguna duda de que Veracruz está camino a la quiebra, si no hay acciones contundentes? Es tan radical nuestra situación que, después de la reflexión, da risa, es irónico; pero la ironía y la locura andan por todo el estado, fluyendo desde la primera oficina de Palacio de Gobierno.

En voz de los inconformes, Julieta Mendoza Sánchez, refirió que la problemática afecta a más de 500 trabajadores de la Secretaría de Finanzas y Planeación (Sefiplan), quienes amagan con no reabrir las puertas a menos de recibir en sus cuentas dicha prestación.

«Hoy nos tenía que haber llegado, aparte de nuestro sueldo, un incentivo vía nómina, el cual nos pagaban de forma normal, pero de repente se retrasó. En algunas quincenas nos dicen: ‘hasta la siguiente quincena’; pero nos debe de llegar en la primera quincena del mes», criticó la empleada, adscrita al área de Recaudación de la Secretaría.

«La cosa es que nos llegue, porque nos vemos afectados en nuestros pagos diarios y nuestra economía completa», sintetizó.

Reclamó que pese a la movilización, los trabajadores de la Sefiplan no reciben respuesta alguna de parte del titular, Antonio Gómez Pelegrín; ni del subsecretario de Administración, Juan Manuel del Castillo. Y a manera de intimidación, mandos medios de la secretaría los han amenazado con levantar actas administrativas, a efecto de disuadir a los inconformes de continuar con sus reclamos.

Y lo mismo pasa en otras instituciones; como en el Poder Judicial del Estado, donde se les debe a los empleados un pago llamado compactable que, igualmente, está formalmente establecido desde hace mucho tiempo, programado y acordado entre patrón y trabajador; pero no se ha otorgado, sin mayor explicación. Hay rumores dentro del Poder Judicial de que un fondo auxiliar que tenía la institución para acciones extraordinarias en sus gastos fue utilizado, indebidamente, por el Poder Ejecutivo.

Otra nota: “Tras pruebas de urbanismo, rescatan isleta para peatones en zona UV de Xalapa”. Al respecto Alfonso López Pineda, delegado de Tránsito de Xalapa, explicó que con la colaboración de ambas dependencias se rescató para los transeúntes una isleta, invadida durante años por los automovilistas y que generaba un «punto ciego» para los peatones.

«Es una forma que le permite a los ciudadanos apropiarse de espacios residuales, es decir, espacios que no son ocupados propiamente para la circulación de vehículos y bien pueden ser espacios ocupados por los peatones y bajo esta idea en la ciudad hay muchas áreas que pueden ser utilizadas como espacios residuales y que están arrumbadas», explicó.

Citó que en las últimas fechas tanto el Ayuntamiento como Tránsito y Seguridad Vial rescataron dos «isletas»; una, en la esquina de la calle Revolución y el mercado La Rotonda; y la otra, en la coincidencia de las calles Clavijero y 20 de Noviembre, en el centro de la ciudad; ambos espacios lo invadían por igual automovilistas y transportistas.

Son acciones que no abonan a la verdadera mejora de la movilidad en Xalapa, ¿rescatar isletas?, ¿esa es su gran labor?, y se atreven a boletinarla. El día que la vialidad y los espacios para peatones sean del nivel del volumen de la sociedad xalapeña entonces sí; pero no hay que aplaudirles, están haciendo su chambita y punto.

Hasta hoy no existe autoridad con los tamaños para imponer, por la buena, las medidas necesarias para peatones y automovilistas que den seguridad a ambos sectores. Mientras, las autoridades municipales se encargan de imitar acciones que se dan en ciudades que no tienen las mismas características demográficas y de trazo urbano que Xalapa; y los ciudadanos (en coche o a pata) somos víctimas de sus experimentos.

El peatón es primero, sin duda, pero primero que todo; primero que el automovilista, primero que la ignorancia e incapacidad de las autoridades de tránsito (agentes y jefes de oficina), primero que impulsos estériles de apantallar con acciones de primer mundo en una ciudad desordenada.

Y así, día con día, la información fluye y leemos notas que nos dejan con la boca abierta; y lo que falta.

Cuando parece que hemos visto todo con Javier Duarte, recordamos la sabia máxima popular que dice: “como está la cabeza está el cuerpo”. Escriba a mrossete@nullyahoo.com.mx formatosiete@nullgmail.com www.formato7.com/columnistas