El 5 de diciembre, el Organismo Público Local Electoral, Ople de Veracruz, emitió la convocatoria para el registro de los candidatos independientes a gobernador del estado y a diputados por el principio de mayoría relativa.

A partir de ahí comenzó un intenso trabajo de los tres aspirantes que se registraron ante el órgano electoral local, para cumplir con los requisitos para lograr el registro.

Los promotores de la campaña de Gerardo Buganza Salmerón, por ejemplo, afirman que sin hacer “olas mediáticas”, el ex candidato del PAN al gobierno del estado y ex secretario de gobierno en la administración de Javier Duarte está entregado a la recolección de firmas. Igual ocurre con el otro ex panista en la contienda, Juan Bueno Torio.

Se trata de casos que presentan algunas similitudes: los dos tienen un mismo origen geográfico, Córdoba; e ideológico, Acción Nacional. Ambos cuentan con experiencia legislativa, fueron diputados federales y senadores. Los dos tienen experiencia en el servicio público.

Buganza y Bueno renunciaron al blanquiazul con argumentos muy parecidos: la candidatura al gobierno del estado, aunque el primero salió del PAN en 2010, mientras el segundo tomó la misma decisión hace menos de un mes.

Otros puntos: Gerardo Buganza salió hace 5 años del PAN inconforme por la candidatura de Miguel Ángel Yunes, igual que hace un mes Juan Bueno, quien acusó que existían dados cargados para favorecer al de Soledad de Doblado.

Sobre los dos aspirantes independientes han pesado sospechas con relación a sus respectivas motivaciones para lanzarse a una aventura política que se antoja, de antemano, sumamente complicada. En ambos casos han surgido dudas sobre el origen del financiamiento; es bien sabido que mantener una estructura, la llamada nómina electoral, resulta muy costoso, salarios y compensaciones, organización de eventos, combustibles, etcétera; sin embargo, mientras esas especulaciones no sean acompañadas  de pruebas contundentes, todo quedará en la suspicacia, un terreno que puede resultar jabonoso.

Actualmente, los dos ex panistas, hoy aspirantes independientes a suceder a Javier Duarte, se encuentran en el mismo proceso: necesitan reunir 165 mil firmas para aparecer en las boletas electorales del 5 de junio.

Igual ocurre con el ex senador perredista y ex funcionario del gobierno del Distrito Federal, Elías Miguel Moreno Brizuela, quien se encuentra en el mismo proceso de recolección de firmas. El originario de Catemaco no hace mucho ruido pero su coordinación, a cargo del ex dirigente estatal del PRD, Enrique Romero Aquino, está en el proceso de armado de una estructura estatal.

No se espera que enfrenten mayores problemas, a pesar de que se trata de reglas complicadas. La convocatoria del Ople veracruzano establece requisitos como la presentación de firmas, equivalentes al 3 por ciento de la lista nominal.

Muy lejos, un segundo “Bronco”

El proceso para recabar las adhesiones de los ciudadanos, para el caso de los aspirantes a la gubernatura, comenzó el 24 de diciembre de 2015 y concluirá el próximo 21 de febrero. Un día después, el 22, los actores interesados deberán entregar al Ople el original de los formatos de apoyo que acrediten el porcentaje requerido. El plazo vence el 24 del próximo mes y con seguridad, los tres aspirantes a la candidatura independiente al gobierno del estado lograrán su registro para contender.

Por cierto, no hay priistas que participen por una candidatura independiente al gobierno estatal; son dos ex panistas y un ex perredista, lo que nos indica que esas figuras representan un daño potencial a la alianza PAN-PRD. Por otro lado, al dividir la votación opositora al PRI, los tres aspirantes independientes serán factores que jugarán, con o sin esa intención, a favor del partido que encabeza en el ámbito nacional Manlio Fabio Beltrones Rivera.

Observadores de la política estatal apuntan que ni uno de los tres independientes tiene altas probabilidades de convertirse en un segundo “Bronco”; a lo más que pueden aspirar, nos dicen, es a que las 165 mil firmas de apoyo que presentarán ante el órgano electoral se conviertan en votos el primer domingo de junio.

Moreno Valle se juega el futuro

Con la reciente decisión del CEN del PRD, en cuatro de los 13 estados que tendrán elecciones estatales este año habrá alianza entre perredistas y panistas: Durango, Zacatecas, Oaxaca y Veracruz.

Están pendientes, sin embargo, otras cuatro entidades donde se explora el tema de las coaliciones: Puebla, Tlaxcala, Tamaulipas e Hidalgo; entre ellas destaca el caso poblano, primero, por el número de habitantes, casi 5 millones 800 mil; y segundo, por las aspiraciones de uno de los principales promotores de la alianza, el gobernador Rafael Moreno Valle, quien ya se ha pronunciado por una suma de fuerzas para buscar la tercera derrota del PRI en una elección presidencial.

En este proceso estatal, Moreno Valle se juega su futuro político porque sus aspiraciones podrían depender de que se concrete la alianza en su estado y, sobre todo, del resultado en la elección del domingo 5 de junio.

Aparentemente rezagado en la carrera interna panista para elegir candidato a suceder a Enrique Peña Nieto, Moreno Valle necesitar argumentos que le fortalezcan; por eso apostará todo en esta contienda. @luisromero85