A días de que haya candidatos partidistas e independientes debidamente acreditados y aceptados de acuerdo con la normatividad electoral, el cotarro sienta sus precedentes en la sucesión de Veracruz.

Los aspirantes se mueven en busca de ser finalmente los abanderados de sus partidos; los directivos de los partidos se mueven en busca de lograr alianzas que les permitan una mayor presencia electoral; los políticos se mueven en busca de colocarse con el que sea designado candidato, y los ciudadanos esperan que quede su favorito, para bien… de su persona y patrimonio.

La primera alianza que se ha cocinado es la del PAN y el PRD, después de la jugada de presión que se aventó Agustín Basave al presentar su renuncia como Presidente del partido al Comité Directivo Nacional, cuyos miembros se apresuraron a contentar a su dirigente, y acordaron ir juntos por lo pronto en dos estados, Oaxaca y Veracruz. Todo hace indicar que aquí el candidato será el panista Miguel Ángel Yunes Linares.

En contraparte, el PRI se apresta a ir en alianza con varios partidos de diferentes tamaños electorales: el Verde Ecologista de México, el Panal de los profesores, el PES de Gonzalo Guízar, el AVE de Alfredo Tress. Y también irá en unión de al menos dos asociaciones políticas con presencia en la entidad: Vía Veracruzana de Felipe Amadeo Flores Espinosa y Alianza Generacional de Héctor Yunes Landa -quien es un denodado competidor por la candidatura-.

Hay otros partidos con una presencia electoral menor, que sin embargo se han planteado ir con un candidato propio. Es el caso del Movimiento Ciudadano de Dante Delgado, que propondrá a Armando Méndez de la Luz, y de Morena de Andrés López Obrador, quien ya ha designado al diputado federal por Xalapa, Cuitláhuac García (a menos que cambie de opinión en un momento y designe a otra persona).

Hay que agregar que hay tres personajes que buscan ser aceptados como candidatos independientes: los ex panistas Gerardo Buganza Salmerón y Juan Bueno Torio, así como el ex perredista Elías Miguel Moreno Brizuela.

La elección, entonces, tendría dos alianzas y podría tener hasta siete candidatos.

Esa multiplicación de opciones beneficiaría electoralmente a la alianza encabezada por el PRI, puesto que los candidatos de la izquierda (Movimiento Ciudadano y Morena) más el independiente Moreno Brizuela restarían votos a la causa perredista, y los otros dos independientes seguro se harán con una buena cantidad de sufragios de militantes o simpatizantes panistas.

Si sumamos a los cuatro aspirantes que tiene el PRI y que firmaron el acuerdo de unidad (Alberto Silva Ramos, Erick Lagos Hernández, Héctor Yunes Landa y José Yunes Zorrilla) y si tomamos en cuenta también las aspiraciones hechas públicas y sostenidas hasta el momento de Jorge Carvallo y Tomás Ruiz, tenemos que hay 13 personajes que han levantado la mano como precandidatos: los siete priistas mencionados, más el pan-perredista Yunes Linares, más el elegido por Dante (Méndez de la Luz), más el elegido por López Obrador (Cuitláhuac García), más los tres independientes (Buganza, Bueno y Moreno Brizuela). Extrañamente (o no) ni una sola mujer aparece en esta lista.

En esos nombres está el de quien será el próximo Gobernador de Veracruz, por dos años.

La cosa es atinarle (para los políticos, los grillos y los periodistas que se sienten adivinos).

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