No han coincidido en actividades legislativas, militancia partidista, estudios profesionales o áreas geográficas comunes, es más, gobiernan estados que –salvo por los altos grados de pobreza, marginación y violencia que le son similares– no se ubican en una región común, que haga coincidir proyectos de colaboración o la preocupación específica del gobierno federal para aplicar proyectos de desarrollo con un sentido que rebase lo local.

Y, sin embargo, parece que 2016 ha podido juntarlos.

En efecto, mientras que el gobernador de Michoacán Silvano Aureoles Conejo (que acaba de asumir el cargo y estará en él hasta 2021), participó con enorme influencia en las legislaturas LVIII y LXII de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, donde incluso fue Presidente de la Cámara, el gobernador de Veracruz Javier Duarte de Ochoa (quien concluye su periodo en 2016) fue diputado federal por un año en la LXI Legislatura.

El primero, un ingeniero agrónomo egresado de la Universidad Autónoma Chapingo, ha militado en el Partido de la Revolución Democrática (PRD), del que es miembro fundador, mientras que el segundo, abogado egresado de la Universidad Iberoamericana, es miembro del Partido Revolucionario Institucional (PRI) desde que inició su actividad política.

¿Qué puede explicar, entonces, si nos atenemos al protocolo de rigor, el viaje relámpago hecho por el mandatario veracruzano a Morelia este domingo, donde se reunió con el gobernador michoacano?

Para la difusión pública, el gobierno veracruzano envió a medios una fotonota en que vemos a ambos enfundados en chaquetas similares (azul para Silvano, verde para Javier), estrechándose la mano mientras sonríen a la cámara.

Lo que dice el pie de foto es que “la tarde de este domingo, el gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles Conejo, recibió en la ciudad de Morelia al mandatario estatal de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, con quien compartió experiencias sobre políticas públicas en materia de desarrollo social, agropecuario y económico”.

Y añade: “En esta comida, que se llevó a cabo de manera cordial, ambos mandatarios establecieron vínculos de coordinación en diversos temas y acordaron mantener una constante comunicación para beneficio de Veracruz y Michoacán”.

El despacho concluye con una frase que, uno que sospecha del aparentemente más insignificante movimiento del gobernador veracruzano, puede dar pie a diversas conjeturas: “Asimismo, dialogaron sobre temas del acontecer nacional”. Hasta ahí la muy general información otorgada sobre el encuentro.

Elecciones y alianzas, preocupación común

En este espacio he mostrado mi escepticismo en torno a que se concrete la alianza entre el PAN y el PRD, para llevar como candidato común al diputado federal Miguel Ángel Yunes Linares. Los mayores obstáculos, contra lo que pudiera pensarse, no se localizan en el blanquiazul, pese a que están en una fuerte pugna para evitar que Yunes termine por controlar por completo al partido, sino del lado del PRD.

Operan en contra no solo la existencia de grupos que ven hasta con indignación una alianza con su contrario ideológico sino también el hecho de que en el PRD nacional hay resistencias a ir en una alianza que, en los estados de Oaxaca, Puebla y Sinaloa (donde también habrá elecciones de Gobernador en 2016), no tuvieron los frutos políticos calculados: ni ha logrado cogobiernos ni ha alcanzado una significativa cosecha de posiciones políticas en el ámbito legislativo y en gobiernos municipales.

Y uno de los más fuertes opositores a esta alianza con el PAN es, precisamente, Silvano Aureoles, exalcalde de Zitácuaro y exsenador, quien pudo sufrir los embates del gobierno federal panista en tiempos de su paisano Felipe Calderón, el Presidente de la República que inició en Michoacán su sangrienta guerra contra el crimen organizado y, de paso, llevó a prisión a decenas de alcaldes perredistas presuntamente vinculados con las bandas criminales.

Hasta que no se registre ante el Órgano Público Local Electoral (OPLE-Veracruz), la alianza de facto corre el riesgo de caer al precipicio, como cayó en los pasados comicios federales intermedios.

Pero volviendo a Michoacán. La semana pasada, un elemento identificado con los dos gobernadores, con quienes mantiene fuertes lazos de amistad (y, si se me permite, de complicidad política), salió a la palestra para iniciar un proceso que lo lleve a ser el candidato a gobernador de un PRD sin alianza con el PAN: Francisco Valencia García, quien hasta el lunes 7 de diciembre se desempeñó como director general de la Comisión de Agua del Estado de Veracruz (CAEV).

El impulso del amigo común como candidato del PRD, como una forma de romper con la posible alianza PAN-PRD y frustrar el lanzamiento riesgoso de Miguel Ángel Yunes Linares, ¿habría sido uno de los “temas del acontecer nacional” sobre los que dialogaron Javier y Silvano en Morelia?, ¿o cree que enfocaron la charla a esclarecer el incremento de más del 200 por ciento en el número de mariposas monarca que este año están llegando a tierras purépechas?

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