Tuvieron que intervenir desde Los Pinos y desde el Comité Ejecutivo Nacional del PRI para resolver el problema de la ruptura, el enfrentamiento y la confrontación al interior del tricolor en Veracruz.

Las posiciones, cada vez más radicalizadas, de los senadores Héctor Yunes Landa y José Francisco Yunes Zorrilla, así como del grupo del gobernador Javier Duarte, se convertían en una amenaza para el partido de cara al proceso electoral de 2016, que es la antesala de la sucesión presidencial de 2018.

En el altiplano sabían perfectamente que ante un escenario de división interna, las posibilidades de éxito electoral el año entrante se reducían de manera dramática; tanto que ningún aspirante, por sí solo, representaba una garantía de triunfo.

Lo malo para el PRI es que en el otro carril, la opción de la alianza PAN-PRD, que representan Miguel Ángel Yunes Linares o Juan Bueno Torio, avanzan sin mayores complicaciones.

En ese contexto se llevó a efecto la visita del dirigente nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones Rivera, al rancho San Julián, de Perote, el pasado viernes. A pesar de los rumores y de la comprensible expectación generada, el ex gobernador de Sonora no llegó a tierras veracruzanas a levantar el brazo de aspirante alguno; no realizó un pronunciamiento claro ni dio una señal que pudiera interpretarse como una decisión tomada. Evidentemente, el ex presidente del Senado de la República no vino a eso; acudió a la propiedad de la familia del senador José Francisco Yunes para encabezar un ejercicio de unidad interna y el resultado fue contundente.

En San Julián estuvieron representados los grupos y las corrientes más importantes del PRI; además de Manlio Fabio Beltrones, de los senadores José Francisco Yunes Zorilla y Héctor Yunes Landa, y del gobernador Javier Duarte de Ochoa, estuvieron presentes alcaldes veracruzanos, diputados locales y federales, delegados y funcionarios del gobierno federal, secretarios de despacho, como Flavino Ríos Alvarado, de gobierno; y Tomás Ruiz González, de Insfraestructura.

Líderes, ex dirigentes del partido en la entidad; representantes de los llamados sectores priistas y de las organizaciones adherentes; estuvieron todos y no hubo ausencias notables; en ese sentido, la comida de San Julián podría calificarse como un éxito, al menos en las formas, las apariencias.

En realidad, muy difícilmente se puede imaginar un escenario en que los agravios queden como asunto pasado; sin embargo, a nadie, al interior del PRI, conviene un rompimiento irreconciliable porque eso representa la certeza de una derrota el año próximo, de tal manera que el encuentro celebrado en San Julián no fue una unidad simulada, sino una suma de fuerzas, la unión de contrarios por instinto de sobrevivencia política.

El reparto y las encuestas

En los círculos políticos se comenta que la decisión con respecto a la candidatura del PRI prácticamente estaría ya tomada: Héctor Yunes Landa iría por la gubernatura para el periodo 2016-2018, dos años; José Francisco Yunes Zorrilla le sucedería y contendería por el cargo precisamente cuando a nivel nacional se elija presidente de la República, seis años; mientras que Tomás Ruiz González, otro fuerte aspirante, se posicionaría rumbo al Senado. En dicho escenario, sin embargo, no aparece ninguno de los duartistas que se han mencionado hasta hoy, ni Alberto Silva Ramos, ni Erick Lagos Hernández, y de Jorge Carvallo Delfín mejor ni hablar.

Por otro lado, llama la atención el más reciente diferendo entre el presidente del CDE del PRI, Alberto Silva Ramos, y el senador Héctor Yunes Landa: el primero desestimó las encuestas como método para la selección del candidato a gobernador; mientras el segundo reiteró este domingo que será a través de una encuesta como se elija al abanderado y que dicho método ha dado buenos resultados y candidatos competitivos al PRI.

Por cierto, durante la tercera y cuarta semana de noviembre trascendió que desde la oficina de Presidencia se ordenó un ejercicio de encuesta para saber cómo están los aspirantes a gobernador en cuanto a la percepción de los ciudadanos veracruzanos. Destaca en ese ejercicio que sólo cuatro nombres han sido incluidos: José Francisco Yunes Zorrilla, Héctor Yunes Landa, Tomás Ruiz González y Adolfo Mota Hernández.

Pepe Yunes, concurrido informe

Quienes asistieron al informe de actividades del senador José Francisco Yunes Zorrilla comentan que el llamado pacto de San Julián, celebrado el viernes pasado y relativo a la unidad priista, se cumple a cabalidad por parte de los actores involucrados: a pesar de las diferencias entre los duartistas y los simpatizantes de los senadores del PRI, hubo señales de unión y muestras de cordialidad, más allá de lo políticamente correcto.

Pepe Yunes ponderó el papel del gobernador Javier Duarte, a quien calificó como factor de unidad, pese a las diferencias, que han sido públicas.

En su mensaje, Yunes Zorrilla habló de su trabajo en la agenda legislativa nacional y de la cercanía, en materia de gestión, con la población de la entidad.

“Desde el Senado, frente a la Federación, enfatizamos la dimensión económica, la producción agropecuaria, el liderazgo empresarial, la contribución comercial, la población industrial y de recursos naturales, la fuerza de trabajo de uno de los Estados estratégicos para el desarrollo del país que es el nuestro, que es Veracruz”. @luisromero85