Por Rafael Arias Hernández

Faltan 380 días. Más desatinos, ocurrencias y enfrentamientos. Más deudas, pérdidas e imposiciones.

Prometer no empobrece, no pagar sí.

No es necesario pedir permiso para defender y fortalecer instituciones públicas, una de las bases del Estado de Derecho.

Lo importante. Entender que NO es un caso aislado, es una pandemia antinstitucional.

La Universidad Veracruzana está siendo atacada y socavada. Repetidas promesas. Imaginarias calendarizaciones de pago. Y sus reiterados incumplimientos lo dicen todo. Preciso defenderla de ataques, así como de obligaciones y promesas quebrantadas. La autonomía se hace valer frente y contra los de “arriba”.

Es, uno de los muchos casos de involución institucional generalizada, de debilitamiento y destrucción de dependencias gubernamentales, intensificado y ampliado desde hace casi 12 años.

Simple resultado de mal administrar, sobre endeudar, simular, ocultar y no evaluar, ni rendir cuentas claras.

Pero a toda acción, corresponde una reacción. LA SUCESIÓN EN VERACRUZ no debe ni tiene que ser más de lo mismo. Reconocimiento a lo bien hecho. Rechazo y denuncia a ineficiencia y abuso. Ni intocables, ni reciclables

Ante inexperiencia e improvisación, ineptitud e incapacidad, las consecuencias se hacen sentir. Años de pérdidas y retrocesos. Hechos comprobados: malos y peores resultados.

Costo de no aprender y corregir a tiempo y a fondo, lo que ha ido y va de mal en peor.

Casi medio billón, esto es 500 mil millones de pesos de recursos públicos estatales, incluido un cuantioso e injustificado endeudamiento. Recursos, hasta hoy sin resultados positivos. ¿A dónde han ido a parar tanto dinero? ¿Cuáles obras públicas importantes?

Veracruz en crisis de todo tipo.

Agravios y delitos contra la UV

La ofensiva contra instituciones y dependencias gubernamentales, estatales y municipales, no tiene parangón. No hay que se recuerde en la historia contemporánea de Veracruz, una involución tan grave y destructiva que, junto a fracasos y retrocesos de otras importantes políticas públicas, que han incrementado marginación, hambre y pobreza a casi 5 millones de veracruzanos, convirtiéndolas en medio propicio y caldo de cultivo para aparición y fortalecimiento de la delincuencia, dentro y fuera de los gobiernos, con su consecuente y perjudicial inseguridad pública, intranquilidad e inestabilidad social.

De la pésima y cuestionada administración oficial; de la costosa, simuladora y cómplice forma de fiscalización que todo lo tolera, permite y justifica; de la irresponsable política financiera y su injustificado sobre endeudamiento; y de su inocultable apoyo y fomento, tanto al enriquecimiento personal, familiar o de grupo, como al hampa electoral que permite lograr triunfos y asegurar impunidad. De todo ello, destaca el simple hecho que no hay liquidez y a todos se debe, por más que se intente desaparecer pasivos y encapricharse en negar deudas. Sobresalen la UV, Pensiones, Salud y otras. En unas palabras, deber y no pagar, mal endémico generalizado.

Por citar sólo tres de los aspectos, que sobresalen en la ofensiva destructiva oficial estatal, contra la UV.

Primero la negativa injustificada y el bloqueo permanente para impedir que la UV cuente con la capacidad de iniciativa de ley, punto central del fortalecimiento institucional autónomo.

Segundo la negativa a pagar el endeudamiento acumulado que, aunque presupuestado, sigue sin ser entregado, incluyendo indebida retención y desvío de fondos federales. Reiteradas promesas y calendarizaciones imaginarias de pago, no sustituyen la liquidez.

Y tercero la perversidad, el ninguneo y falta de seriedad en la atención de flagrantes agresiones y violaciones a libertades y derechos a universitarios afectados. Aún con denuncias presentadas puntual y formalmente.

Defender y fortalecer a las instituciones

Así que no hay excusa ni pretexto. La estructura institucional en general, está en grave riesgo, al padecerse tanta incapacidad, ineficiencia y delincuencia gubernamental. Obligado defender a la UV, del debilitamiento y destrucción que enfrenta.

Ante esta delicada situación. No ha lugar a indiferencia y apatía. Ni desinterés y pasividad. De todos los frentes de participación, destacan:

Apoyar, el reclamo de justicia por la vía legal, que debe sostenerse ante toda autoridad, conforme a la motivación y fundamentación jurídica correspondiente.

Alentar, la gestión gubernamental, que debe insistirse y extenderse a otras dependencias involucradas en el trámite y entrega directa y puntual, de los imprescindibles recursos para la operación de la institución.

Aprovechar aulas, calles y todos los foros públicos al alcance, para recurrir a la desobediencia y resistencia civil, como forma civilizada y pacífica, contra arbitrariedades y abusos del gobierno del estado o cualquier otra autoridad.

Promover, el fin de la impunidad. Denuncia formal de responsables y culpables, ante diversas instancias, incluyendo nacionales e internacionales, particularmente las de violaciones y agresiones a libertades y derechos humanos. Urgen auténticas contraloría y evaluación ciudadana y social.

Hartazgo, inconformidad y protesta

Irresponsabilidad e incapacidad, improvisación y ocurrencias causan y fomentan, desconcierto y rechazo social, inestabilidad y enfrentamientos. Nadie está obligado a padecer gobiernos despóticos y leyes injustas, ocurrencias costosas e improvisadas acciones, así como soportar arbitrariedades y absurdos, ocurrencias y berrinches.

Ahí están los principales responsables de los desastres y sacrificios que se padecen, y que aumentarán en el futuro inmediato; y también de la resistencia y desobediencia civil, a que están llevando a amplios sectores de la población a practicar.

Respuesta normal, la organización y movilización social. Hora de protestar y rechazar, insensibilidad e incapacidad, ineptitud y corrupción gubernamental.

Bajo su compromiso y responsabilidad, daños y efectos causados, y los que siguen provocando. “Mañana te pago”

*Academico.IIESESUV@RafaelAriasHFacebook:VeracruzHoydeRafaelAriasHdez