En territorio veracruzano operan actualmente 19 Centros de Atención Primaria en Adicciones, conocidos, por sus siglas, simplemente como Capas; cada una de esas instituciones funciona con al menos cinco profesionales, entre enfermeros, psicólogos y médicos.

De acuerdo con el Centro Nacional para la Prevención y el Control de las Adicciones, Cenadic, los Capas son unidades que trabajan en la prevención, tratamiento y formación de personas para el combate y control de las adicciones.

Es un proyecto que arrancó en 2007, durante el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa, y que se fortaleció con la asignación de recursos incautados al narcotráfico; entre los que destacan los 205 millones de dólares, 18 millones de pesos, 200 mil euros y 113 mil dólares de Hong Kong, que le decomisó la Procuraduría General de la República, PGR, al empresario de origen chino Zhenli Ye Gon.

En Veracruz, cuantiosos recursos de la Federación y el Estado reciben esos centros, que dependen del Consejo contra las Adicciones, que tiene al frente, desde hace más de 30 años, a Héctor de Leo Tobalina, quien ha trabajado muy cerca del doctor Rafael Velasco Fernández, psiquiatra con postgrado en alcoholismo y drogadicción por la Organización Mundial de la Salud, considerado una institución en temas de adicciones, drogas, alcoholismo y salud mental.

El Consejo Estatal contra las Adicciones es un organismo que depende de la Secretaría de Salud del gobierno del estado. En la estructura de esa dependencia aparecen Vicente de Monserrat Juárez, como encargado de la Oficina de Prevención del Alcoholismo; Lady Diana Flores López, como coordinadora de los Centros de Atención Primaria en Adicciones; Karime Aguilera Ferrara, de la Oficina de Tabaquismo; y Francisco Fabián González Neri, en el Observatorio Estatal de Tabaco, Alcohol y otras Drogas, así como en la Campaña Nacional de Prevención de Adicciones.

Hace poco más de un mes, representantes del Consejo Nacional contra las Adicciones, Conadic, se trasladaron al estado para revisar la operación de los Capas y, en general, evaluar y hacer un diagnóstico del problema de las adicciones y su combate desde las instituciones gubernamentales.

Trascendió, entonces, que el resultado no correspondió a la inyección de los recursos públicos asignados a Veracruz y que por ello, dicha instancia recomendó al gobierno de la entidad hacer cambios de fondo.

En ese contexto se desarrolló la reunión de hace dos semanas, el 16 de octubre, entre Manuel Mondragón y Kalb, del Conadic, y el gobernador Javier Duarte, quienes signaron un convenio de colaboración para reducir el consumo de alcohol y marihuana entre adolescentes.

Modelo ineficiente

Los datos que da a conocer el Consejo llaman a la reflexión porque, evidentemente, algo falla en el combate al consumo temprano de drogas en la entidad; a pesar de los recursos con que operan las instancias del sector, Veracruz se ubica entre las entidades con más problemas de adicciones.

Un dato: el consumo de alcohol y marihuana en el estado supera la media nacional. De acuerdo con las cifras oficiales, de los propios Capas, el consumo de alcohol, en el primer semestre del año, fue de 38.8 por ciento; mientras que el de marihuana llegó a 38.1; el tabaco, a 15.6.

Lo curioso es que personas cada vez más jóvenes entran al peligroso mundo de las drogas. La población más atendida en esos Centros son niños y jóvenes de entre 11 y 17 años, seguidos del grupo de entre 18 y 29.

A ese problema y, sobre todo, a la evidente falta de resultados en el combate a las adicciones en Veracruz, se debe el reciente exhorto que lanzó el diputado local por el distrito de Zongolica, Ignacio Enrique Valencia, quien apuntó que es necesario evaluar los programas estatales, porque los índices de drogadicción y alcoholismo siguen aumentando en la entidad.

El caso de “Cúspide”

En el tema de la drogadicción, un referente obligado en el estado es el Centro Estatal contra las Adicciones, “Cúspide”, que opera supuestamente con un modelo tomado de la empresa Oceánica.

Es un centro de rehabilitación para personas con problemas de alcohol y drogas, que funcionaba con la supervisión y apoyo del Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia pero que más tarde pasaría a la estructura de la Secretaría de Salud.

La implementación de dicho modelo data de 2004, en el sexenio de Miguel Alemán; por ese espacio, en la dirección, han desfilado Ileana López Delfín, hermana del secretario particular del entonces gobernador; y Dalia Selena Landa Santibañez, abogada sin aparente perfil profesional para el cargo; lo que ubica a dicho centro como una agencia de colocaciones para amigos y familiares de quienes ocupan espacios importantes en la administración estatal. Su actual directora es Gabriela Benítez González,  hermana del oficial mayor de la SEV.

Lamentablemente, del proyecto original de “Cúspide” hoy queda muy poco. @luisromero85