Al margen del resultado, las elecciones federales intermedias de este domingo 7 de junio pasarán a la historia por el bajísimo nivel de participación ciudadana en las urnas.

La gente no salió a votar por desencanto, por inconformidad, por los niveles de inseguridad, por la violencia registrada en diversas entidades del país –Veracruz entre ellas–, o simplemente porque los partidos no estuvieron a la altura de las expectativas en cuanto a la selección de sus candidatos.

Por otro lado, el nivel del mensaje, las propuestas y el discurso de la mayoría de los aspirantes de los diferentes partidos no despertó el interés de los potenciales electores.

Cierto: se trata de elecciones intermedias que generalmente no atraen tanto la atención de los ciudadanos; sin embargo, un resultado que tiene un alto nivel de abstencionismo debe ser motivo de preocupación. Había en las boletas nueve, diez y hasta once opciones, con los candidatos independientes incluidos, y ni así acudieron los electores a las urnas.

Previo al arranque de la jornada electoral, especialistas en el tema, incluso el consejero del INE Enrique Andrade González, daban por hecho que la participación apenas alcanzaría el 44 por ciento; es decir, un abstencionismo de 56 por ciento. De acuerdo con la fuente, más de la mitad de los ciudadanos no acudiría a las urnas.

En Veracruz, los hechos de violencia que se registraron en diferentes puntos de la entidad se convirtieron en un factor determinante en el rumbo de la elección.

La tremenda golpiza que sufrieron hace tres días los 8 jóvenes que se reunían en un cuarto habitacional de Xalapa y la sospechosa quema del módulo del Instituto Nacional Electoral, ubicado también en la capital veracruzana, aumentaron la desconfianza de los ciudadanos y, sobre todo, el temor a salir a las calles para ejercer el derecho al voto.

La participación fue desalentada y la pregunta sobre ¿a quién le conviene un escenario así? simplemente sobra.

Un veterano operador político de un partido de oposición, ex militante y cuadro destacado del PRI, reflexionaba ayer sobre esta jornada; “llevo –dijo– muchos años trabajando en asuntos electorales; nunca había visto algo tan desaseado y tan susceptible de caer en los tribunales.”

A partir de hoy comenzará la segunda parte de la batalla electoral, las impugnaciones ante el Trife; ahí, en esa instancia, el escenario podría cambiar en algunos distritos del país. @luisromero85