En los Semáforos Económicos de la organización México ¿Cómo Vamos?, presentados a la opinión pública el pasado 11 de febrero, el Estado de Veracruz ha salido reprobado.

Y de qué manera.

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Veracruz ocupa el último lugar nacional.

Si lo observamos en una escala de 1 a 10 de calificación, Veracruz, situado en el último lugar, superado incluso por Oaxaca, logró solo medio punto. En efecto, no es que estemos con una calificación de cinco. No. Estamos en el sitio más vergonzoso, sin siquiera obtener el uno en la evaluación.

Algo no nos está saliendo bien en materia de crecimiento, competitividad y desarrollo.

Podríamos aportar hipótesis sobre las posibles causas, la responsabilidad que corresponde tanto al sector público como al privado, las condiciones que han permitido el colapso de la capacidad inversora del gobierno estatal y las restricciones que ha sufrido la inversión federal en 2014, sin contar las que se vienen con el recorte presupuestal.

Lo cierto es que la situación puede ser incluso peligrosa en términos sociales. Y es que no solo se trata de analizar la economía en general desde el punto de vista de los datos porcentuales.

La organización privada, cuyos resultados ya hemos analizado en esta columna en junio y agosto de 2014, contempla en su evaluación aspectos sensibles como desigualdad, empleo formal, informalidad y pobreza laboral, que apuntan a un retroceso importante pese al discurso triunfalista del gobierno estatal.

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El 52% de los veracruzanos no puede adquirir la canasta alimentaria con su ingreso.

Ocupamos el octavo lugar en pobreza laboral. El 52 por ciento de la población no puede adquirir la canasta alimentaria con su ingreso, superando la media nacional (42%), junto con los estados de Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Zacatecas, Puebla, San Luis Potosí y Tlaxcala, estados que le superan en este indicador. Además, se nos ubica en sexto lugar en desigualdad, apenas superados por los habitantes de los estados de Chiapas, Campeche, Oaxaca, Zacatecas y San Luis Potosí.

Si nos referimos al empleo formal, un indicador que en diversos discursos oficiales ha sido invocado para demostrar la supuesta buena salud de la economía veracruzana, resulta que no es como se nos ha pintado.

Según datos tomados de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, que invoca el documento a que nos referimos, en el tercer trimestre de 2014 perdimos 2 mil 345 puestos de trabajo formales, por lo que luego de Nayarit somos el segundo estado que más empleos perdió; lo más grave, llevamos dos trimestres decreciendo el empleo formal.

Y eso ocurrió, pese a que Veracruz está ubicado en el lugar 12 entre los estados que mejor escenario viven en cuanto a la disminución de la economía informal, cuyo porcentaje es menor a 52 por ciento y logró disminuirlo más de 1.3 puntos porcentuales.

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En alerta, en la mayoría de los indicadores,

En cuanto a la diversidad laboral, en que la organización México ¿Cómo Vamos? considera el porcentaje de la población ocupada que trabaja en el gobierno estatal, sin contar a los trabajadores de salud y educación, Veracruz también es colocado en estado de alerta: más de 5 por ciento de la PEA está en puestos burocráticos, arriba del porcentaje nacional (4.4%).

La productividad laboral también nos tiene el semáforo en rojo, porque el trabajador promedio produce apenas arriba de 550 pesos por hora laborada, cuando el promedio nacional es de 662 pesos y el DF anda por los 1300 pesos.

Un estado en estado de alerta

Como cualquiera, el semáforo de la organización México ¿Cómo Vamos? está compuesto de tres colores: Verde (Excelente), Amarillo (Bueno) y Rojo (Alerta). Veracruz está en rojo en ocho de los 10 indicadores utilizados y solo está en Amarillo en uno (Estado de Derecho) y en Verde en uno más (Informalidad).

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En el tercer trimestre de 2014, Veracruz tuvo un discreto crecimiento.

Su crecimiento económico para el tercer trimestre de 2014 fue de 0.6 por ciento, lo que le ubica junto con otros 19 estados en situación de alerta. En este aspecto, Veracruz solo logra superar a los estados de Campeche (-6.9%), Sonora (-2.9%), Baja California Sur (-2.0%), Baja California (-1.7%) y Morelos (0.5%).

Sus exportaciones constituyen apenas el 16 por ciento de su producto interno bruto estatal, cuando el promedio nacional es de 23.7% y estados como Chihuahua y Baja California se ubican alrededor del 100 por ciento y más.

En cuando a la deuda pública, el documento presentado el pasado 11 de febrero señala que la de Veracruz representa alrededor del 5 por ciento del PIB estatal, cuando el promedio nacional es de 2.9 por ciento. Por ello se ubica en el séptimo sitio entre los estados más endeudados, apenas superado (no por el monto sino por el saldo como porcentaje del PIB) por Chihuahua, Quintana Roo, Chiapas, Coahuila, Nayarit y Nuevo León.

En el documento “Hay un México que crece. ¿Dónde está?” se señala que el país crece poco porque sus grandes economías, el DF y Estado de México, no crecen (0% y 0.6%); no crece porque sus estados más productivos lo son solo porque son economías petroleras (Campeche y Tabasco), dependientes de la producción de crudo y de los precios internacionales.

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Aguascalientes y Veracruz, los polos opuestos.

Y deja ver que lo único que salva al país de la recesión son entidades del Bajío y la Frontera Norte, cuyas tasas de crecimiento son similares o más altas que los países asiáticos. Aguascalientes creció en 11.3 por ciento y Querétaro al 6.4% (China crece al 7%).

¿Por qué crecen?

Por haber invertido en infraestructura adecuada para acceder a las principales ciudades de México y a la frontera norte. Veracruz tiene apenas una comunicación carretera regular con Puebla y el Distrito Federal, toda cruzando la parte central de su territorio; los tramos carreteros al sur permanentemente están en reconstrucción y su vía a la frontera norte es una verdadera vía crucis, desde Cardel hasta Pánuco, y no hay visos de que las cosas mejoren en los próximos cinco o seis años.

Otro aspecto considerado como condición para explicar el desarrollo de los estados del Bajío es que ofrecen educación técnica y profesional adecuada para la industria y por atraer inversiones millonarias en manufactura automotriz y aeroespacial gracias a que tienen una regulación adecuada para las industrias, señala el documento. Veracruz, en cambio, sigue limitado a su apuesta por la reforma energética.

“En la carrera por el desarrollo, ganar no es crecer por arriba del 6%, sino crecer reduciendo la pobreza y la desigualdad al tiempo que se aumenta el empleo y la formalidad. Así mismo, ganar no es crecer un trimestre, es hacerlo de forma sostenida”, concluye el documento.

¿Así o más claro?

 

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