Era el frío viernes 19 de diciembre. El número Uno despedía el año con su gabinete.

Los vecinos de la casona de la colonia 2 de abril vieron llegar decenas de camionetas de lujo.

El encuentro se prolongó hasta altas horas de la noche y la madrugada. Como la canción de Joaquín Sabina, “les dieron las diez, las once, la una y las tres…” y hasta las seis de la mañana cuando comenzaron a cantar los primeros gallos.

Ya en la recta final de dicha convivencia, el Uno le prometió a Gabriel Deantes que sería el próximo Secretario de Desarrollo Social.

De la emoción al buen Gabo hasta se le bajó la peda. No podía creer que por fin su jefe se la perdonara luego de la exhibidota en conocido diario impreso, en el que a ocho columnas, con letras de molde, quedó constancia de que Deantes fue “cesado”. Sí, corrido vergonzosamente por el mal manejo de recursos del ramo educativo, previa denuncia pública del brazo armado de Emilio Chuayffet, el empresario Claudio X. González.

Y había testigos de honor que escucharon el ofrecimiento a Deantes. Como el promocional de Melate, habría dicho: “ya me vi… ya me vi”.

Al día siguiente, Gabriel le comunicó la buena nueva a su ex poderosa Comadre.

El resto es historia conocida. Ante los señalamientos públicos de enriquecimiento (¿explicable?), Gabriel se debilitó.

Fue ahí cuando aprovecharon ese titubeo los fidelistas. Bety Paredes abandonó por un instante a sus guapas amigas brasileñas. Viajó miles de kilómetros para dialogar con el Uno.

Y el resto también es historia. Llegó a la Sedesol estatal el mapache mayor Ranulfo Márquez Hernández. A Deantes le dieron como premio de consolación la Secretaría del Trabajo, Previsión Social y Productividad.

No quería irse al edificio de Ávila Camacho. Decía que era poca cosa para él.
Hizo su rabieta. Pataleó y pataleó hasta que no le quedó de otra. Ahora, el multialudido se siente como león enjaulado. Ahí no hay manera de hacer “bisnes”. No se siente a gusto. Es como si hubieran aventado un pez al desierto del Sahara. “No me hallo y no me hallo”, dicen que masculla, cual doméstica inadaptada. Ya le quitaron la Presidencia de la Junta de Conciliación y Arbitraje porque no cumple el perfil. No es abogado. ¡Qué oso! ¿Pues qué no hubo un asesor jurídico que alertara de eso al Jefe? Es la primera vez en muchos años que el Secretario del Trabajo no encabeza esa Junta.

Y así irá, de tropiezo en tropiezo. Lo seguiremos cronicando, gracias a nuestras gargantas profundas que tenemos en esa Secretaría.
Esta historia continuará.

EN LA VÍSPERA de que se definan las candidaturas a las diputaciones federales por designación directa de la dirigencia estatal del PRI, las mujeres militantes de este partido alzan la mano y piden ser tomadas en cuenta, más allá de la cuota de género, por su trabajo partidista. Es el caso, por ejemplo, de la maestra Lilia Christfield Lugo, presidenta de la organización civil Magtayani en Poza Rica, quien considera que es fundamental que los partidos políticos consideren a sus mejores cuadros y en esta ocasión las mujeres deben jugar un papel fundamental, por lo que los partidos deberán cuidar que tengan un importante arraigo social, trayectorias limpias de servicio social, militancia probada y un claro conocimiento de la responsabilidad que implica representar los intereses de la ciudadanía como representante popular, como lo demanda la sociedad. Otra de ellas es Lorena Piñón, quien realiza una importante labor en favor de la niñez de la región de Misantla y Martínez de la Torre: “el desarrollo integral de la niñez es prioridad para mí y desde la trinchera en la que me encuentre buscaré siempre mejores oportunidades para ellos, principalmente leyes más justas y que les permitan soñar con un futuro prometedor”, ha declarado recientemente. Asimismo, Irais Morales, quien actualmente preside el Instituto Veracruzano para la Filantropía AC, un proyecto que ha impulsado en este rubro de forma permanente, dando asesoría a más de 600 Organizaciones de la Sociedad Civil del estado que son apoyadas en el acompañamiento jurídico y fiscal, procuración de fondos y certificación. Ahí hay cuadros femeninos importantes de los cuales el PRI puede echar mano no sólo para cubrir la terrorífica cuota de género que impone la ley, sino para presentar caras nuevas al electorado y, sobre todo, con trayectorias limpias y propuestas interesantes. Ahí se las dejamos de tarea.

AYER SE CONCRETÓ algo que anunciamos con mucha anticipación en este espacio. Y es que este jueves el Congreso del Estado designó a Justino Eduardo Andrade Sánchez, como magistrado del Poder Judicial de Veracruz, esto tras la muerte de Julio Patiño Rodríguez, quien estaba adscrito a la tercera sala del Tribunal Superior de Justicia (TSJ). Una vez fue electo, tomó protesta ante esa soberanía. Al ex diputado y presidente de la Sexagésima Segunda Legislatura local, lo propuso el gobernador Javier Duarte de Ochoa, esto de acuerdo con la Ley Orgánica del Poder Judicial, que establece que es su facultad proponer a los integrantes del tribunal. La solicitud que el jefe del Ejecutivo estatal presentó la semana pasada ante el Congreso se deriva de la notificación que recibiera del presidente del TSJ y del Consejo de la Judicatura Federal, Alberto Sosa Hernández, en la que le informó que desde el pasado 3 de diciembre de 2014, Patiño Rodríguez había dejado de asistir definitivamente. El ahora magistrado del TSJ es doctor en Ciencia Política por la Universidad Nacional Autónoma de México, en la que previamente obtuvo el título de abogado y actualmente es profesor titular en la Facultad de Derecho en las cátedras Teoría General del Estado, Ciencia Política y Derecho Constitucional. Políticamente, se inició como director juvenil del PRI en su natal Coatzacoalcos y posteriormente fue secretario de prensa del mismo en el Distrito Federal. También fue secretario de Radio y Televisión y secretario coordinador de Federaciones Estatales del Comité Ejecutivo Nacional de la CNOP. Asimismo fue coordinador de la Comisión de Justicia del viejo Instituto de Estudios Políticos, Económicos y Sociales (Iepes) en la campaña presidencial de 1988, año en el que también formó parte de la Comisión Federal Electoral en representación de su partido. Fue consejero del Consejo General del Instituto Federal Electoral representando al grupo parlamentario del PRI de 1997 a 2000, y representó al tricolor en el Consejo Local del IFE y en el Consejo General del Instituto Electoral Veracruzano (IEV). Fue también diputado federal, Procurador General de Justicia durante el chirinato y senador de la República.

QUIEN SE SACÓ la lotería es la suplente del diputado Leandro Rafael García Bringas, quien solicitó licencia para buscar la diputación del PRI por el distrito de Coatzacoalcos. Nos referimos a Cecilia Josefina Guevara Guembe, quien ayer rindió protesta de ley como diputada a la LXIII Legislatura del Estado. Mientras tanto, Coatzacoalcos está muy complicado para el Revolucionario Institucional. A ver si los grupos se ponen de acuerdo.