La polémica desatada a raíz de la desbocada carrera emprendida por el senador priista Héctor Yunes Landa por adelantar vísperas rumbo a la candidatura al Gobierno de Veracruz, que no podrá ser definida sino hasta 2015, ha servido como fuerte distractor mediático de temas más candentes y, si se quiere, mucho más importantes para los veracruzanos, como la inseguridad, la salida de funcionarios que en teoría habrían defraudado no solo la confianza del gobernador sino las arcas públicas y la falta de obras de infraestructura de mediano pelo.

Los ires y venires del senador nacido en Soledad de Doblado han puesto muy caliente la caldera y hasta podrían hacer suponer que las cosas se han tornado definitivas a su favor. Pero el camino es largo y podrían aparecer circunstancias que no puede prever ninguna de las partes. ¿Por qué tanto apresuramiento de un dirigente partidista que, con sus acciones y declaraciones, está minando la preeminencia de quien tiene todavía dos años más al frente del Ejecutivo estatal?

Como quiera que las cosas en la política no solo se quedan en ese ámbito, más recomendable sería que cada uno de los aspirantes a la candidatura priista de 2016 hiciera su luchita en la intimidad del proselitismo fuera de reflectores, como lo hacen quienes también han sido señalados como posibles piezas para el PRI, como José Francisco Yunes Zorrilla, Érick Lagos Hernández, Jorge Carvallo Delfín y Alberto Silva Ramos.

Con 85 años en el poder en Veracruz y el deseo de alargarlo a 93, el PRI enfrenta en estos momentos una situación muy peculiar. El regreso a Los Pinos podría significar el renacimiento de las viejas prácticas en que todo se decide en la cúpula nacional, particularmente en la figura del Presidente de la República, mientras que el poder estatal –que lo decidió todo durante 12 años de gobiernos federales panistas– ha adquirido experiencia para ser factor decisivo en este tipo de elecciones.

Por eso, a la hora de analizar posibilidades, se observan los niveles de cercanía que cada uno de los posibles tiene con los dirigentes nacionales priistas y el presidente Enrique Peña Nieto, pero ¿en qué medida están calibrando las relaciones que guardan con el gobernador Javier Duarte de Ochoa y, si se quiere, con el hombre que ha mantenido el poder tras el trono en la política veracruzana?

 

Las calenturas y las aspirinas

 

En la vida cotidiana se recomienda no hablar ni tomar decisiones cuando uno está enojado o borracho. En política, la mesura frente a las grabadoras, micrófonos y cámaras televisivas evita que el enchilado incurra en posteriores desmentidos o matices. Lo digo por Héctor Yunes, en quien reconozco una gran inteligencia pero la misma mecha corta que su primo blanquiazul.

Luego de asegurar que no solo será el candidato priista sino el triunfador en una contienda que será hasta 2016, el senador bajó ayer el tono de sus declaraciones. Ya por la mañana, en su conferencia de los lunes, Javier Duarte le había deseado suerte pero también le había pedido que no interfiriera en los objetivos de su gobierno.

Que Héctor Yunes reflexione sobre el papel de distractor que ha tenido sobre la marcha del actual gobierno veracruzano, podría significar que ha tomado en serio las repercusiones de sus actos, aunque ya sabemos que en su actuar político no caben los remansos. Ha dicho que profesa el mayor respeto a la investidura del Gobernador, que está a sus órdenes, que Javier Duarte es su jefe político (“porque es mi gobernador y es de mi partido”).  ¿Qué sigue entonces?

 

Ya hay plan estratégico en la UV

 

Aunque en el comunicado oficial no hay el mínimo detalle sobre el contenido del plan estratégico que ayer aprobaron los 335 participantes del Consejo Universitario General de la Universidad Veracruzana, es deseable conocer pronto el documento que, tras un arduo proceso de consulta, constituirá la guía para las transformaciones que buscan los miembros de la comunidad universitaria. Hasta anoche no aparecía en el portal oficial de la UV en internet.

Según la directora de Planeación Estratégica, Laura Martínez Márquez, el proceso de consulta para la elaboración colectiva del plan estratégico tuvo una respuesta favorable: entre quienes participaron, el 64 por ciento fueron académicos, 18% funcionarios y 5.8% estudiantes. El porcentaje restante posiblemente lo ocupen exalumnos o académicos de otras instituciones.

En la sesión del máximo órgano de decisión de la UV se aprobaron los nombramientos de dos miembros de la Junta de Gobierno: el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma (con quien la rectora Sara Ladrón de Guevara ha compartido tareas en el Consejo de Arqueología del INAH), en sustitución del exrector de la UNAM, José Sarukhán Kermez; y Violeta Trinidad Pardío Sedas, coordinadora de la maestría en Ciencia Animal, en sustitución de Carlos Octavio Rivera Blanco.

Destaca la aprobación de nuevos planes de estudio como las licenciaturas en Redes y Servicios de Cómputo e Ingeniería en Software, el programa de especialización en Estudios de Opinión, la maestría en Educación para la Interculturalidad y la Sustentabilidad y el doctorado en Estudios de Lenguaje y Lingüística Aplicada.

Además de guardar un minuto de silencio por el fallecimiento de la destacada jurista Mercedes Gayosso y Navarrete, el Consejo Universitario General dio inicio a las actividades que, para conmemorar el 75 aniversario de la UV, permitirán dimensionar los aportes de esta Casa de Estudios a los veracruzanos.

 

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