Aparte de presumir que va arriba en todas las encuestas, Cuitláhuac García dijo a un portal de noticias que el mejor activo que tiene para ganar la gubernatura de Veracruz se llama Miguel Ángel Yunes Linares, por el pésimo papel que ha desempeñado como gobernador. Y puede que tenga razón.

De lo que no habló el candidato de Morena fue de sus negativos y uno de ellos es el alcalde de Xalapa, Hipólito Rodríguez Herrero.

Este nativo del Distrito Federal pero avecindado en la capital veracruzana, llegó a la presidencia municipal con las mejores expectativas y después de haber ganado por paliza a sus rivales en todas las casillas.

Pero muy pronto enseñó el cobre.

Ya he comentado que Hipólito mostró un desprecio mayúsculo por su tierra adoptiva al traer gente de la Ciudad de México para ocupar puestos de relevancia en el cabildo. Más adelante se peleó con todos, desde burócratas hasta regidores.

Negado para resolver problemas, ha culpado de sus yerros al ex alcalde Américo Zúñiga, que se ha de carcajear de su ineptitud.

En poco más de 100 días, el chilango no ha hecho otra cosa que quejarse, pelear… y viajar.

Valiéndole sorbete el tiradero que él mismo ha provocado, Hipólito hizo su hatillo y viajó a Ciudad Mendoza, Argentina, invitado por el Banco Interamericano de Desarrollo, pero con gastos pagados por los xalapeños.

Si bien es cierto que el BID pagó los pasajes de avión y hospedaje, los souvenir y demás banalidades corrieron por cuenta de la Ciudad de Xalapa.

Y este fin de semana acudió a Omaha, en Nebraska.

De acuerdo con sus jilgueros fue a “invitación expresa y a estrechar aún más los lazos de amistad entre estas ciudades hermanas”.

Ándele pues.

La hermandad entre Omaha y Xalapa existe desde tiempos en que Ricardo Ahued fue munícipe. Esta hermandad se estrechó en el cuatrienio de Américo Zúñiga, al grado que aquella ciudad le regaló a la Cruz Roja xalapeña cuatro ambulancias totalmente equipadas.

En Omaha tienen a Xalapa como una de las ciudades más limpias de México y si invitaron a Hipólito, seguramente fue para que les explicara cómo es que en apenas 100 días logró convertirla en un muladar.

Otra cosa que sin duda le preguntaron, es cómo pudo tirar en ese tiempo la popularidad de la que gozó hasta un día antes de ser alcalde y que contrasta con el repudio generalizado que le tienen los xalapeños.

En pocas semanas de gobierno, Rodríguez Herrero se ha convertido en la peor de las decepciones. Es un alcalde malhumorado, a la defensiva y para colmo de sus males, se ha trasmutado en la botana de los xalapaños que ya le perdieron el respeto.

Para muestra dos mantas colocadas en calles del centro: “Bienvenido Hipólito a la realidad de Xalapa. Basura, baches, inseguridad, desabasto de agua, manifestaciones” y “¿Cuándo te vas de nuevo de vacaciones?”.

Lo trágico para Rodríguez Herrero, pero sobre todo para el candidato de Morena, Cuitláhuac García, es que los xalapeños tienen una excelente memoria y la van a presumir ante los dos el próximo 1 de julio.

Y es que en los veinticuatro meses que estuvo Cuitláhuac como diputado federal, no hizo otra cosa por Xalapa y su distrito que pasearse por sus calles.

Si Hipólito arrasó en las casillas, muy interesante será saber cuántas de esas casillas ganará Cuitláhuac García en Xalapa en su anhelo por ser el sucesor de Yunes Linares.

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