El inmunólogo estadounidense James P. Allison ha sido el ganador de la décima edición de los Premios Fronteras del Conocimiento en la categoría de biomedicina que concede la Fundación BBVA. Sus investigaciones han impulsado el desarrollo de fármacos que utilizan el sistema inmune para combatir el cáncer. Por ejemplo, el ipilimumab, el primer medicamento oncológico contra el melanoma metastásico. Este tratamiento ha mostrado una alta tasa de efectividad: la esperanza de vida crece de 11 meses hasta 10 años en el 20% de los pacientes.

La inmunoterapia se basa en potenciar la capacidad del sistema de defensa del organismo para combatir y eliminar las células cancerosas de manera específica. A finales de los años 90, Allison demostró con experimentos en ratones que, al bloquear la molécula CTLA-4, se desencadenaba una reacción inmunológica capaz de destruir las células tumorales en el organismo de los animales. Pero la aceptación de sus hallazgos por parte de la comunidad científica no fue inmediata. El escepticismo inicial se basaba, según Allison, en que la inmunoterapia había generado “expectativas exageradas”: “Muchos se lanzaron a probar tratamientos sin comprender realmente que querían modificar, es decir, sin haber realizado antes la ciencia básica necesaria”.

Los buenos resultados de los ensayos con humanos, iniciados en 2001, dieron la razón a Allison, que en la actualidad es director del departamento de Inmunología del centro Anderson de la Universidad de Texas (EE UU). Diez años más tarde, en 2011, la Agencia del Medicamento de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) aprobó el primer fármaco: el ipilimumab. Allison ha explicado este martes por videoconferencia en un acto celebrado en la sede de la Fundación BBVA que este medicamento “no combate el cáncer directamente, sino que hace que el sistema inmunitario lo ataque”.

La inmunoterapia es ahora una de las áreas de investigación más activas en oncología. Una de sus ventajas es que genera una respuesta de memoria en el organismo, lo que aumenta la protección frente a recidivas. Además, sus efectos secundarios son menores que los de terapias convencionales. Pese a estos beneficios, el propio Allison reconoce que la inmunoterapia no será la solución definitiva: “No vamos a curar todos los tipos de cáncer”. No obstante, sus investigaciones han abierto la puerta al desarrollo de otros tratamientos antitumorales. Ya se han aprobado otros tres fármacos basados en la inhibición de los puntos de control para cáncer renal, de vejiga o de pulmón.

Además de que este tratamiento no es asequible para todo el mundo, ya que “el coste puede ser verdaderamente alto”, la inmunoterapia solo es efectiva en un determinado porcentaje de pacientes. Con el fin de analizar la eficacia de los tratamientos, Allison está trabajando en un proyecto con un centenar de ensayos clínicos: “Estamos estudiando tejidos de pacientes para investigar casos en los que funciona y en los que no”.

Aumento de casos de cáncer

El inmonólogo ha alertado de que la población mantiene hábitos de vida poco saludables que están provocando un aumento de los casos de cáncer en todo el mundo. No fumar, realizar ejercicio físico y evitar la obesidad previene la aparición de cuatro de cada diez tumores, según el científico. «La mortalidad está disminuyendo por el efecto de los nuevos fármacos, pero lo mejor es la prevención del tumor y el estilo de vida saludable», ha señalado.

Pese al aumento de casos de cáncer y las limitaciones de los tratamientos, Allison se muestra optimista y señala la inmunoterapia será una herramienta muy útil para combatir diferentes tipos de cáncer en combinación con la quimioterapia y la radioterapia: “Pronto lograremos curar a la mayoría de los pacientes, espero que incluso hasta el 60 o 90% de los casos en algunos tipos de cáncer”.

Con información de El País