Ante un escenario hipotético de elevación de cinco metros en el nivel del mar provocado por eventos extremos asociados al cambio climático, investigadores del Grupo de Ecología y Conservación de Islas A.C. (GECI) estimaron que el país corre el riesgo de perder 4.3 por ciento de su Zona Económica Exclusiva (ZEE) debido a la inundación total del Arrecife Alacranes y el Cayo Arenas, de acuerdo con el estudio “Evaluación de impactos del cambio climático sobre las islas de México y su área de influencia”, realizado en colaboración con el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), bajo el auspicio del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, Evaristo Rojas Mayoral, director de Análisis Científico de GECI, señaló que el proyecto consistió en la identificación de los impactos del cambio climático sobre la productividad primaria en el océano, pesquerías y biodiversidad de las aguas adyacentes a las islas de México, con el objetivo de producir los insumos para una futura actualización del Atlas Nacional de Vulnerabilidad al Cambio Climático y sentar las bases para un Programa Nacional de Mitigación y Adaptación al Cambio Climático para el Territorio Insular Mexicano.

Como base teórica, el grupo tomó en cuenta el forzamiento radiativo —es decir, los cambios en el flujo neto de energía radiativa hacia la superficie de la Tierra— correspondiente a cada uno de los cuatro escenarios de los Caminos de Concentración Representativos (RCP, por sus siglas en inglés) definidos por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por su acrónimo en inglés).

De acuerdo con Rojas Mayoral, un aspecto fundamental del estudio fue la evaluación de las implicaciones legales en torno a la disminución de 4.3 por ciento de la Zona Económica Exclusiva en México proyectado a partir de los próximos cien años hacia el futuro.

“Cuando hicimos nuestra investigación en asuntos legales —en GECI contamos con un departamento de legislación ambiental—, nos dimos cuenta de que la legislación en el país (y en el mundo en general) no está diseñada para considerar cambios en la Zona Económica Exclusiva (…) Lo más importante es llamar la atención a los legisladores para empezar a considerar qué podría cambiar el tamaño de la ZEE y las leyes no están preparadas para ello”, resaltó.

ZONAS ECONÓMICAS EXCLUSIVAS EN MÉXICO 

A nivel internacional, la delimitación de la Zona Económica Exclusiva se traza a partir de las islas más lejanas del continente, de acuerdo con David Martínez Cervantes, especialista en modelación y simulación del GECI.

“Por ejemplo, del lado del Pacífico, Isla Guadalupe, que se encuentra a 260 kilómetros de la línea continental, nos amplía la ZEE hacia el lado oeste de nuestro Pacífico. Las islas más lejanas que tenemos en el complejo insular del archipiélago de Revillagigedo nos amplían también la ZEE porque son las más alejadas de la costa”, describió.

De acuerdo con el investigador, en el océano Pacífico, las islas más alejadas de la costa son volcánicas y de elevada altura, tanto Isla Guadalupe como Isla Clarión. Sin embargo, en el golfo de México y el mar Caribe, las islas más alejadas de la costa son de baja altitud, por lo que son las que presentan una mayor probabilidad de verse afectadas por los impactos del cambio climático y, por tanto, la pérdida de estas significaría también la disminución de la ZEE.

“Este escenario es un escenario hipotético, va mucho más allá de los primeros 100 años planteados por los RCP. Más que nada fue un experimento para saber cuándo sufriría modificaciones la ZEE y encontramos que no tenemos de qué preocuparnos hasta que haya un incremento del nivel del mar de al menos cinco metros”, apuntó Rojas Mayoral.

IMPORTANCIA DE LAS ISLAS EN MÉXICO

México cuenta con más de cuatro mil elementos insulares —que incluyen islas, cayos, arrecifes e islotes— que representan una superficie de 813 mil 299 hectáreas. En términos de biodiversidad, el valor de las islas está asociado con el exacerbado nivel de endemismos que estas poseen.

Por unidad de superficie, las islas de México concentran 14 veces más especies endémicas que la porción continental. En términos de población humana, 82 islas mexicanas son el hogar de 294 mil 754 habitantes.

Para realizar la evaluación, los investigadores de GECI dividieron el territorio insular mexicano en cuatro regiones: Pacífico Norte, Golfo de California, Pacífico Tropical, y Golfo de México y Mar Caribe. Para cada región se analizaron variables oceánicas, biogeoquímicas y atmosféricas para un periodo histórico que comprendió de 1976 a 2005, y para un periodo proyectado que abarcó de 2006 hasta 2100.

De acuerdo con el estudio, las islas del golfo de California cuentan con la mayor riqueza en el país con más de tres mil especies, así como la mayor cantidad de microendemismos o especies endémicas estrictas (con un total de 88).

Las islas del golfo de México y mar Caribe, tomadas como conjunto, son las segundas más ricas, seguidas de las del Pacífico Tropical y, finalmente, las del Pacífico Norte. Sin embargo, al tomar en cuenta los microendemismos, el Pacífico Norte es el segundo más rico, seguido del Pacífico Tropical y finalmente el golfo de México y mar Caribe.

AVES MARINAS, PINÍPEDOS Y PECES, INDICADORES DEL CAMBIO

De acuerdo con Yutzil Lora Cabrera, especialista en bioestadística de la asociación, para realizar la evaluación se tomaron en cuenta tres grupos de especies marinas que están conformados por especies indicadoras: aves marinas, pinnípedos (mamíferos de vida acuática) y peces pelágicos menores.

“Las especies indicadoras son aquellas que permiten conocer el estado de salud de un ecosistema. Además, los peces pelágicos menores son especies clave debido a que los cambios en su distribución y abundancia inducen grandes impactos sobre el resto del ecosistema”, indicó.

Entre los resultados principales del análisis de la vulnerabilidad de los hábitats asociados a los tres grupos, se encontró que los pinnípedos serán principalmente afectados por aumentos en la temperatura superficial del mar y el nivel medio del mar; las aves marinas serán afectadas por dichos cambios, así como por el aumento de la temperatura del aire; y los peces pelágicos menores serán afectados por aumentos en la temperatura superficial del mar, la estratificación de la capa de mezcla y la disminución en la concentración de oxígeno disuelto.

“Pinnípedos y aves marinas son niveles tróficos mayores, es decir, son depredadores tope, mientras que los peces pelágicos menores pertenecen a un nivel trófico menor, estos pueden ser consumidores primarios o secundarios, por lo que están en los primeros niveles de la cadena trófica. Si tú afectas este grupo —y en nuestros resultados se vieron afectados bajo escenarios de incremento de la temperatura superficial del mar—, se ven afectados todos los grupos de los niveles tróficos mayores”, apuntó Rojas Mayoral.

De acuerdo con el investigador, especies como la sardina y la anchoveta son clave, mientras que los depredadores tope (pinnípedos y aves marinas) permiten conocer finalmente el estado de salud del ecosistema.

“En conclusión, las especies de pelágicos menores se podrían ver afectadas por un incremento en la temperatura superficial del mar, porque ese incremento hace que el agua sea menos rica en nutrientes, hay menos alimento disponible para los peces y eso hace que haya menos alimento para todo el ecosistema”, resaltó.

METODOLOGÍAS DE ANÁLISIS

Los factores asociados con el cambio climático que se consideraron como parte del estudio fueron: aumento de la temperatura superficial del mar y del aire, incremento del nivel del mar, incremento en la estratificación y profundidad de la capa de mezcla oceánica, intensificación en los vientos favorables a las surgencias, acidificación y la disminución de la concentración de oxígeno disuelto.

La herramienta metodológica principal utilizada por los investigadores fue una modificación de la Evaluación rápida de vulnerabilidad en áreas marinas protegidas (RVA, por sus siglas en inglés) creada por la Comisión para la Cooperación Ambiental (CCA).

De acuerdo con Rojas Mayoral, esta herramienta fue diseñada originalmente para evaluar el impacto de hábitats independientes de parques marinos ante el cambio climático. “Nosotros estábamos trabajando sobre grupos de especies marinas y cada uno de estos grupos se encuentra en múltiples hábitats en el territorio insular, entonces necesitábamos trabajar los hábitats en conjunto, y fue por eso que hicimos la modificación en la herramienta”, agregó David Martínez Cervantes.

Mediante la aplicación de las modificaciones pertinentes, la herramienta permitió evaluar el grado de vulnerabilidad de hábitats específicos, considerando su estado actual y su estado proyectado.

“La herramienta nos impone que definamos el tiempo para el cual se evaluarán los impactos. Utilizamos una temporalidad de 50 años hacia el futuro, entonces tuvimos que ver los distintos escenarios que diferentes agencias estiman que podrían existir”, apuntó Rojas Mayoral.

ESTADO ACTUAL Y ESTADO PROYECTADO DE LOS HÁBITATS

Para conocer el estado actual de los hábitats definidos se utilizaron datos de biodiversidad insular proporcionados por la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) y datos satelitales y de reanálisis, por ejemplo, MUR SST, ERA-Interim y Aqua MODIS.

Para determinar el estado proyectado, se realizaron simulaciones computacionales utilizando datos de elevación topográfica del STRM (Misión Topográfica Radar Shuttle) de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) y datos del Earth System Models desarrollado por el Laboratorio Geofísico de Dinámica de Fluidos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés).

“Mediante los datos obtuvimos posibles escenarios en los que se podría encontrar el océano global y las variables oceanográficas y meteorológicas globales dentro de 50 años, y nosotros utilizamos estos escenarios para particularizarlos a los ecosistemas de los grupos de especies mencionados asociados a las islas mexicanas”, agregó Rojas Mayoral.

VISIÓN GLOBAL DE LAS ISLAS MEXICANAS 

El proyecto fue realizado por 10 investigadores con expertise en distintas disciplinas de las ciencias de la Tierra del Grupo de Ecología y Conservación de Islas, A.C. en respuesta a la solicitud del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático y se concluyó en agosto del año pasado.

El resultado formará parte de la actualización del Atlas de Vulnerabilidad ante el Cambio Climático, ya que a pesar de que la versión anterior contenía información vasta sobre el continente y la zona costera, se desconocían en gran medida los posibles impactos en el territorio insular.

En palabras de Rojas Mayoral, el estudio presenta una visión global de las islas mexicanas, por lo que puede servir como base para evaluaciones posteriores particulares en torno a las islas de importancia para diversos aspectos, así como para reformas a la legislación actual de la Zona Económica Exclusiva.

Con información de Sin Embargo