Debo agradecer la suerte que he tenido por subirme a taxis y no me haya pasado algo? O quizá esperar cuándo le podría tocar a mis hermanas, a mi mamá, tías, primas, esto no es de edades, simplemente es por ser mujer, nos exponemos a que nos suceda algo como a Mara Castilla. Los hombres también están expuestos a situaciones así, pero a las mujeres nos ven débiles, más fáciles de agredir y salirse con la suya. Realmente, ¿qué estamos haciendo para que esta cultura machista se elimine de nuestro país?, lo más triste es que no sólo los hombres nos señalan, la solidaridad femenina es muy poca, por no decir que casi nula.

Este asesino tuvo el valor de hacer semejante atrocidad porque sabía que no pasaría nada, a pesar de que sería el primer sospechoso, no pasaría de eso, otra carpeta de investigación inconclusa. Pensó que podría seguir haciéndolo una y otra vez, no habría castigo, lo más repugnante es que tiene razón, si este inhumano actualmente está pagando lo que hizo es porque cobró fuerza el caso de Mara, por hacerse viral en las redes sociales, por un micrófono que usó la señora Gabriela Miranda, madre de la joven. Por esas razones se pudo hacer justicia, no porque las autoridades fueran tan eficientes en su trabajo.

Estos casos se presentan a cada momento, en todo el país y no existe nada por parte de las autoridades para evitarlo, en donde a golpes, o matando, callan a las mujeres. Aún estando enterados de la situación sobre los feminicidios no existe una base de datos oficial de cuántas han pasado por esto. Pero claro, no me digan, nosotras nos lo buscamos, lo merecemos, sólo por ser mujer, creen que debemos tolerar, aguantar cada agresión física y verbal. Estamos muriendo, en todos los estratos sociales y en diferentes circunstancias: una discusión en casa, caminando por una calle, o abordando un transporte público.

Los feminicidios terminarán en el momento que la gente entienda que nadie tiene ningún derecho sobre otra persona ante cualquier circunstancia, ni siquiera si ha bebido mucho, por su forma de vestir, por andar en la calle de madrugada. Esto debe terminar, todos debemos trabajar en ello, empezando por casa, enseñando valores, evitando la propagación de estereotipos como «los hombres no lloran», el lugar de la mujer es en la cocina, por mencionar algunas; para terminar con esto debemos reprobar todas las actitudes que fomenten la violencia, incluso cuando entre mujeres se llaman «zorras».

Lo que le sucedió a Mara es para abrir los ojos, cuidarnos unos a otros, trabajando con la sociedad desde el primer círculo al que pertenecemos: la familia; debemos formar personas de bien para las nuevas generaciones, éstas compartirán lo aprendido y eliminaremos por lo que hoy sufrimos. Al igual que Karen Castilla, soy hermana mayor de dos mujeres y un hombre, no quiero vivir preocupada de que algo les pueda pasar, o que mi hermano sea alguien que pudiera atacar a una mujer.

No podemos seguir fallando como sociedad, en nuestro hogar, en no exigirle a las autoridades castigar a los que cometen estas atrocidades…. que no nos enseñen cómo cuidarnos, si no cómo respetarnos.

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